18 abril, 2024

De la que nos libramos

Un viejo adagio dice: “Nadie valora lo que tiene sino cuando lo pierde”. Si por un momento nos ponemos en los zapatos de un venezolano, veremos que nos libramos con las justas de caer en una situación similar. Maduro celebro su reelección fraudulenta con un 52% de abstención.

El correato duro una década mientras que el chavismo cumplirá casi dos. Pero la diferencia ha sido muy clara. Con el gobierno dictatorial anterior, el de la más grande corrupción, la velocidad que emprendieron fue tal que destruyeron al país económica y socialmente en la mitad de tiempo,

Maduro enfrenta la condena de su propio pueblo y de muchísimos países que lo aislaran. Ecuador estaba en el mismo camino si no se daba un cambio urgente. No tenemos inversión extranjera; falta de plazas de trabajo; tráfico de drogas, etc., nos libramos a tiempo, pero saldremos.

El dialogo; el cambio de discurso dejando de lado la agresividad y el consultar al pueblo le dio buenos resultados a Moreno. Se demoró un año buscando las alianzas políticas que le den gobernabilidad, tiempo valioso que se debió emplear en solucionar la crisis económica.

El 24 de mayo cumplió con el informe a la Nación donde expuso al pueblo lo ejecutado y lo que falta por hacer. El país fue destrozado y hay que sacarlo con la ayuda de todos. Se dieron algunos cambios importantes en el gabinete, pero faltan más, muchos más.

El año que se inicia para Lenin será de importantes decisiones. Se requerirá de audacia y la voluntad de luchar y encerrar a los corruptos. El Consejo de Participación tiene que hacer lo suyo.

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«Como decíamos ayer»

Frase con la que Fray Luis de León reinició sus clases en la Universidad de Salamanca, luego de haber pasado casi 5 años (marzo 27 de 1572-diciembre 7 de 1576) en cárceles de la Inquisición.

Al retornar no hizo referencia a su ausencia ni a las causas de ella, más bien profirió la frase con que solía empezar sus clases, y que es la que le pone título a este artículo …yo no fui prisionero de la Inquisición, ni cosa que se le parezca, más sí mencionaré que mi ausencia se debió a varias razones, las más de los cuales agradables; pero hubo una que, a mi esposa y a mí, nos vistió de magia – de la más linda de las magias – y consistió en la llegada, desde Francia, de mis dos hijas, mi hijo, mis dos nietecillos, y mis dos yernos, quienes junto a mi tercera hija y su esposo, que viven en Guayaquil, nos dieron la más grande alegría en el mes de la navidad y de final de año.

León Febres Cordero: ¡Sólo la muerte pudo callar tu voz!

Mi padre, un hombre de mucha elocuencia y exquisita cultura, me enseñó desde mis adolescentes 16 años de edad que para ser un buen político, debía aprender muchas…. muchas cosas, y que además tampoco debía dejar de lado de aprender casi de memoria (metafóricamente hablando), dos cosas adicionales: A comer caca…y que me guste (..!!!!)

Parece grotesco, verdad..?. Pero yo les pido que analicen muy profundamente dichos términos, y notarán que esas sabias palabras dichas con mucha sentido criollo, popular y directo, de un padre a uno de sus hijos, quien a tierna edad ya quería ser político, que guardan clarísima identidad para quienes; aun sabiendo el riesgo que se corren por servir a los demás a través de la política, y a costa de cualesquier vicisitud a corto o largo plazo, no deberían de desmayar jamás en sus patrióticos y sanos propósitos.

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