28 marzo, 2024

Transpirando

Una de las cosas que más me gusta hacer es transpirar; es una sensación bastante placentera, siento que sudo y sudo y me voy quedando más y más ligera…eso ocurre cuando camino, hago spinning o hatha yoga, pero últimamente sobre todo spinning. Mientras transpiro pasan ideas dentro de mi cabeza, muchas y diversas, inclusive tengo la sensación de que me encuentro observando a esas ideas, desde un punto ni cercano ni distante, desde el punto del observador, y así no me hago ningún juicio sobre ello, solo pasan, observo y luego, si retomo alguna analizo y expando lo que cada idea quiere decir.

Parece un juego mental mientras el cuerpo se ejercita y suda, es algo que me agrada mucho. Son como los momentos de liberación del día, que intento, disciplinadamente, no perderlos por nada.

Las ideas surgen porque algo quiere expresar el pensamiento, cosas como la Iglesia, es una institución que debe revisar algunas situaciones, … ese asunto de los abusos sexuales, es algo grave…

La misa, a la que era asidua, ahora, ¿por qué no me atrae? ¿Qué hay ahí que me aleja? ¡Cuánta hipocresía y aborrecible cinismo encuentro en algunas personas! ¿por qué tengo que pedir por el Papa y los Obispos, si ni siquiera sé cuáles son sus verdaderas intenciones? El Papa no me agrada y ciertos Obispos tampoco. Se viene a mi mente la idea de Jesús y de cuán sencillas debieron ser las eucaristías en las primeras comunidades cristianas… ¿qué se debe pedir a Dios? ¿Por quién se debe pedir a Dios? ¿Qué quiere de cada uno Dios? ¿De verdad creen en Dios todas esas personas que van a misa? … ¿En qué Dios creen? ¿Quién es Dios para mí?

Hay una sensación extraña, la de sentirme bien visitando iglesias y asistiendo a misas fuera del país, quizás porque en esos lugares no conozco a los que están ahí.

Luego tengo la idea de mi imperfección, de lo que he hecho bien y de lo que he hecho mal; de las decisiones de mi vida, de las buenas y de las equivocadas. Pienso en la gente enferma y en lo que representan algunas enfermedades, como puede la mente humana fabricarse una enfermedad para conseguir lo que no se puede hacer teniendo salud; así no lo crean, cada enfermedad tiene su rango de manipulación, cosa que no es fácil de

explicar pero que es cierta. La manipulación para nosotros mismos y para los demás.

Se viene a mí la idea de los lugares, a dónde me gustaría ir y cuándo; el mundo es grande y la vida es corta. Pienso en la gente que me cae mal y el por qué. Pienso que hay gente que me quiere y gente que me odia; y me pregunto enseguida si querer u odiar tiene algún sentido. ¿Acaso sería preferible tener un corazón asceta, despreciando todo afecto? Hay entonces un recuerdo, que no es idea, el recuerdo de una sonrisa, me digo que el amor tiene sentido con algunas personas y luego otros recuerdos más…

Mientras transpiro le doy una ojeada a los demás de la clase de spinning, y veo a una mujer que se pasa mirando en el espejo, cada pedaleada una mirada; y no se para qué lo hace. Me doy cuenta de que algunos son constantes como yo en el ejercicio, y que otros son itinerantes.

Lo cierto es que la bicicleta me fascina y mi gusto por ella trasciende el intenso dolor que siento en el pie derecho, por un nervio que se ha hecho bola debido a usar un zapato equivocado. Todos esos son mis pensamientos, idea tras idea, mientras la música con un volumen exageradamente alto suena en el ambiente y me digo que ya me daré el tiempo para escribir un artículo sobre el impacto del volumen elevado en el pobre oído de las personas y recordando a Dios le pido que algo le pase al parlante de la clase para que el escándalo de la música cese.

También pienso en mis metas y a veces dudo que tengan sentido, cuestiono la vida y su para qué… y recuerdo a mi mami en sus últimos meses en este mundo, es entonces cuando además de sudar, estoy llorando.

Me detengo y mi pensamiento hace una pausa, pienso en mi esposo, en mis hijos, en todo, y en que no quiero hacer daño, pero tampoco quiero permitir que me lo hagan. Miro al frente y hay una pantalla gigante a donde están transmitiendo un partido de fútbol, me llevo la alegría del día cuando me doy cuenta de que Liga ganó el partido de la Sudamericana. Antes de terminar le doy una ojeada al país, pienso en lo políticos y con un gran suspiro sale de mí: “ladrones”, así como los del Gólgota hay los de “la derecha” y los de “la izquierda” y pienso en el gobierno y digo: ¿quién les cree? ¡¿cómo es posible tanta barbaridad?! ¡¿Qué nos pasa?!

Termina la clase, estoy empapada en sudor y pienso en Guayaquil, es una caldera, un sauna enorme, un vapor sin fin, pero me alegro de haber nacido aquí, pese a todo, aún los padres tienen derechos sobre sus hijos y la

naturaleza no permite que muera gente ni de hambre ni de frío, después de todo, me digo, mientras aflojo el pedal, ser quien soy tiene sus ventajas.

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