24 abril, 2024

«Cuando tú te hayas ido»

(Me envolverán las sombras…)

Título de esta carta, tomada del nombre de este precioso poema -canción, escrito hace más de 7 décadas por la dama mexicana Doña Rosario Sansores. Inmortalizado por Carlos Brito, dejándola registrada en ritmo de Pasillo, como SOMBRAS, en los años cincuenta. Todavía vigente, para la generación de románticos, cuando bailábamos y entonábamos las canciones hacia los años 60/65.

Nuestras edades oscilaban entre los 14 y 17 años, muy apropiadas para el enamoramiento y de nuestras primeras incursiones en el amor romántico, y de las fiestas de la juventud en casas privadas, que nos permitían hacer nuevos amigos y amigas, en una Guayaquil, que todavía era “pequeño”, donde casi todos los que asistíamos a tales fiestas éramos amigos y/o conocidos.

Hoy por hoy, Guayaquil ya creció lo suficiente, mas bien son pocos los conocidos; solo los grupos de amigos, se salvan, para disfrutar juntos el escenario escogido: presentaciones, conciertos y -restaurantes incluidos- para pasarla bien y en compañía, de quienes conocemos, cuando no de toda una vida, al menos de años recientes, por causa de la vecindad, en las ciudadelas, o con compañeros de Universidad o coincidencias en “Primeras Comuniones o Aniversarios” y, las damas, en Academias de ejercicios corporales: Pilates y ejercicios de todo orden, Patinaje y Natación.

En ocasiones, en paseos colectivos, con familiares y/o amigos, lugares a visitar que Ecuador -país privilegiado- los tiene en sus 4 regiones -Costa, Sierra, Oriental e Insular- a escasos horas de transporte vial o aéreo, de costos baratos y admisibles.

Si, cuando tu te hayas ido o yo, no se quien se ira primero, lo lógico, es que sea yo, quien se va primero por ser mayor, pero eso nadie lo puede predecir.

Lo que si se, es que ambos nos preocuparnos más, uno respecto del otro.

Tu más, como que intuyes que me iré primero, o que encontrándome en la 9na. etapa matrimonial, -de las operaciones y de las enfermedades- me cuidas más para evitar que se apoderen de mí, enfermedades, que son de riesgo, que generalmente, las llaman catastróficas, por cuanto no tienen cura total, solo un detenimiento de sus peligrosos avances, pero que en pocos meses o años igual te mueres. .

No soy de aquellos que me preocupo, del dia en el que me voy a morir. Ya lo dije en carta anterior cuando cumpli 70.

El dia que Dios lo haya dispuesto me iré, tranquilo, sin pensar en lo que hice, o qué más pude hacer en vida.

Estoy muy claro que realice en mi vida, la aplicación de los principios éticos y morales, que me enseñaron mis padres y abuelos y los que me transmitieron mis maestros, a lo largo de mis tres niveles de enseñanza: primaria, secundaria y universitaria. No hice ni desee el mal a nadie, ni perjudique a persona alguna, que en épocas actuales, es bastante.

Yo, quiero irme primero, porque si te vas primero, no estoy seguro si podría vivir sin ti mucho tiempo. Solo el tiempo que nos queda, nos podrá recordar las cosas que juntos pasamos, durante nuestro enamoramiento y durante nuestro matrimonio.

Si yo muero primero, yo te prometo que “hasta en la tumba te amarán mis huesos”, como lo esculpió, el poeta en la lápida de la tumba de su amada, antes de su muerte.

Si tu te vas primero, me envolverán las sombras, pero sombras de bellos recuerdos que se agigantarán con los días, hasta nuestro reencuentro.

Por ahora, te sigo amando y lo seguire haciendo hasta mi muerte .

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