25 abril, 2024

Bodas de Oro Matrimoniales

¿Tarea Titánica?

¿Titánica?. No lo creo, pero, tampoco fácil de cumplir, es más que un doctorado (PH.D) para quienes los han cumplido y/o están por cumplirlos.

Tenemos como pareja, méritos, dignos de alabar y aunque nunca hayamos pensado en divorciarnos, no dejaron o dejan de haber, sobre todo a los hombres, piedras en el camino, que hayan hecho o hagan tambalear la armonía en el hogar.

Hasta que lleguemos a convencernos que NO somos buenos “conquistadores”, que las “jevas”, se divierten con nosotros. NO caemos en cuenta. Quienes transitan por una situación así, lo que son, NO son más que “lowers de billetera”. Cuidado, lo que quieren es nuestro dinero.

Nadie lo acepta, porque no cobran por satisfacerte, pero si te hacen “préstamos”, para estar en forma y lucir “bellas”. OJO, tus ahorros y los bienes que lograstes con el esfuerzo y tu honestidad en los trabajos que tuviste a lo largo de tu vida, o la empresa exitosa que manejas -con grandes sacrificios y esperas de tu esposa e hijos/as- esos bienes y esos ahorros, a ella y a ellos les pertenecen por ley y por derecho natural, producto de la “sociedad conyugal” que contrajiste cuando te casaste.

Cuando te dominan, las “conejitas”,  o las pasiones y en ocasiones, los “vicios masculinos”, no te das cuenta. La situación de “enfermo”, psicológico y corporal, no te permiten reconocer tu delicada situación social.

Lo comentan tus amigos, tus verdaderos amigos, que no logran entender tu actuación, tu esposa y tus hijos/as, no comprenden tu(s) cambio(s) de actitud. Pareciese que casi que no les importas, porque no te das cuenta como sufren.

Esas reuniones familiares, tan alegres, tan llenas de afecto filial y familiar, ya no se dan, como que ya no te interesan, como si una amnesia total te embargara la memoria. Algunos la llaman alzheimer, otros, irresponsabilidad. ¿Tu, como la llamas?.

Te sugiero, querido amigo de toda una vida, familiar o conocido, un viaje familiar al exterior, tu, con seguridad ya los has hecho en el pasado y lo repetías con gusto. Pruébalo de nuevo, aunque sea éste  el último que realices. Encontrarás más bella la vida familiar y recuperarás, inmediatamente la alegría en tu hogar.

Cambia esas gafas oscuras que usas, que no te dejan ver la luz del dia. Las tinieblas son así, están ahí para cegarte, para evitar que veas, para que  tropieces.

Simplemente prende la luz y encontraras el camino seguro, sin piedras en las cuales tropezar.

Tambien puedes rezar, el rezo mitiga el dolor cuando pierdes un querido familiar o un gran amigo y si no es suficiente, busca una curación. Hay casas y clínicas aquí y en el exterior, que te pueden  curar de tales o cuales adicciones. Pero, acepta que no estas bien, que estas equivocado  en tu proceder.

Tu no eres hipócrita, ni mentiroso. Es que no ves, sinceramente, la luz al final del túnel,  por el que transitas.

Los  fumadores, -me incluyo- somos asi, todos los fines de año, nos hacemos la promesa de dejar  de fumar, e incumplimos. Hace poco, tu lo sabes, tuve una cirugia,  que gracias a Dios y a los facultativos que me intervinieron, salio todo bien. Diez días No fume. Ya no me acordaba ni necesitaba fumar, pero, un “atoramiento” en el tráfico infernal, fue suficiente para volver a fumar.

Sólo tu y nadie mas que tu, con la ayuda de Dios y de tus buenos amigos y familiares, te sacarán del hoyo en que te has caido.

Extiende la mano y veras que encontraras muchisimos brazos extendidos para sacarte del pozo de agua, que pese a estar seco, no podras salir de él, por sí solo.

Anímate amigo del alma, estas a tiempo para hacerlo.

Que Dios te de las fuerzas necesarias para superar tu crisis.

Recuerda, no eres el único, estamos en tiempo de crisis. En el país, hay crisis, en las naciones más poderosas hay crisis, en los organismos internacionales hay crisis. En todas partes hay crisis.

Pero, no es el fin del mundo, las crisis, son superables, si todos ponemos un granito de arena y hacemos lo que debemos hacer. Tu no eres la excepción, inténtalo y veras que no era tan dificil y ni tan profundo el pozo en el que te caiste.

Convierte ese pozo seco, -seco de sentimientos y no solo de agua- en un pozo de dicha y felicidad.

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