Hasta luego Lenín

Un nuevo año nos brinda siempre renovados bríos para aprender de los errores cometidos y enmendarlos con el propósito de superar lo realizado el año anterior. La reducida productividad económica del país es la razón directa por la falta de generación de puestos de trabajo. Los alicientes tributarios propuestos por el Gobierno con la intención de mejorar los índices de empleo no generarán demanda debido a las fallas estructurales del modelo económico continuado por Lenín Moreno, muy a pesar de su aparente credibilidad reflejada en encuestas de opinión. Desde el individuo que carece de un consistente vínculo con una determinada remuneración económica, hasta el que sufre el embate de una delincuencia producto de la ausencia de oportunidades, todos somos víctimas avisadas de un populismo que intenta, bajo un aparente matiz conciliador, continuar jugando con el futuro de todo un país.

La terna enviada por Lenín a la Asamblea Nacional parece haber copiado el espíritu de Rafael Correa en cuanto al menosprecio político y personal por sus propios Vicepresidentes. Un nuevo y decorativo vicepresidente en la figura de María Alejandra Vicuña, lejos de aportar con lo que Lenín carece, solo escenifica la renuencia a realizar cambios sustanciales en el modelo gubernamental. Así, las elementales necesidades incumplidas hacia la sociedad continuarán desbordando las retóricas excusas de un régimen incorregiblemente fallido que se mantendrá alejado del mercado al que desesperadamente necesita para sostenerse.