24 abril, 2024

En la puerta de la moratoria, se cae …

A nadie debería sorprender la rotación de miembros del gabinete de Lenín Moreno dentro de su entorno de poder. La práctica adoptada durante diez años le sirvió a Rafael Correa solo mientras gobernó. Muchos de esos cuadros hace siete meses dieron vuelta a la página para seguir en un cargo público. Lenín no consigue aprender de los errores ajenos, lo cual en parte confirma su limitada visión estratégica del país.

Pocos, inclusive dentro del propio Gobierno, se atreverían a afirmar que la economía del país se desenvuelve sólidamente. En todo caso, ¿qué se debería hacer para redirigir la situación económica del país? La premisa básica dicta que no se debería esperar ningún cambio de rumbo si quienes fallaron en su conducción continúan al frente de la institucionalidad gobiernista. Si la racionalidad no bastase para admitir un monumental fracaso, ¿cómo esperar que las políticas de encerramiento ideológico den paso a las de apertura económica?

Lenín no busca la receta de la perpetuidad, apenas la de sobrevivencia. Correa incansablemente buscó perpetuarse, no lo consiguió, pero sobrevivió y se marchó. Lenín continúa intentándolo, pero no llegará lejos. ¿Sobrevivirá? Difícil vaticinarlo, pero si la respuesta del mercado sirviera de algo, por cada día que transcurra sin cambios trascendentales, la moratoria estará más cerca y las medidas de choque solo esperarán por quien tenga que asumir el poder. ¿Se marchará? Por el bien del país debería ser solo una cuestión de tiempo. Constitucionalmente, hasta el 2021.

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Madrid octubre de 1965. Experimentaba mi primer otoño y estaba atento y asombrado por la inimaginable multiplicidad de colores de las hojas que se desprendían de sus árboles formando una alfombra inmensamente bella. Recogí un par de ellas y las puse al interior del libro que portaba. Nunca antes había traspasado la frontera de mi patria tropical por lo que la experiencia resultaba intensa y receptaba ese paisaje con una intensidad que todavía perdura en la retina. Las cuatro estaciones marcan el proceso vital de la naturaleza. La primavera en la niñez. Infancia y primera juventud, el verano la edad productiva, el otoño la sabiduría y la conciencia de que todo se acaba. Finalmente el invierno que es la vejez y la muerte. Luego todo empieza de nuevo y así año a año.

En ese otoño conocí a Jacinto Faya Viesca. Así, hace 48 años se inició una hermosa y estrecha relación de amistad destinada a durar hasta las 01h30 del 8 de enero del 2013.

1 comentario

  1. El no se marchará, hacerlo sería reconocer que sus ideales( quiero creer que alguna vez los tuvo) son un tonel vacío, mucho ruido y absolutamente nada en su interior. EE experimento Social le costará a los ecuatorianos madre y alma mía. Un saludo.

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