28 marzo, 2024

A mi nieto Juan Andrés

(En sus 20 años)

No quise dejar pasar la ocasión, para dedicarte estas letras. La fecha es muy importante para un joven como tú, lleno de virtudes, de buenos sentimientos, de trato amable y cariñoso.

Desde tu nacimiento, te convertiste en la atención de todos en la familia.

Fuiste el 1er nieto, por muchos ambos lados, y tienes el privilegio de tener 3 hermanas maravillosas a quienes tuvistes incluso que cuidarlas para darles, primero, una mano a tu mami; después, en muchas ocasiones llevarlas a sus escuelas de  especialidades, para lo cual tuviste que aprender a manejar y obtener tu licencia de manejo.

De muy niño, despertaste la solidaridad que los guayaquileños saben demostrar. Fuiste el niñito mimado de médicos y enfermeras, en el “Children Hospital” de Boston y te convertiste en el niño de los ojos de tus padres y de tus abuelos. Tus maestros y compañeros aceptaron tu ingenio y tus conocimientos en materias que no eran común, en chicos de tu edad, gracias a tu pasión por la tecnología, la que hoy por hoy, estas implementando en tu aprendizaje superior, en la producción de guiones para cine.

Si, ya creciste y ya no eres un niño, aún cuando mantienes en tu alma la inocencia y poco conoces de la vida. Eres muy fiel, y hasta testarudo, lo demostraste en tu escuela, el IPAC, hasta que convencistes a tus padres que te dejen graduar de Bachiller, en esta escuela, que fue también tu casa familiar y la preferiste a la educación de los jesuitas del Colegio Javier, donde estudiaron tu padre y tu abuelo.

Hoy, el futuro te pertenece, es tuyo, pero, sólo en aquello que te propongas realizar, con tesón, con interes de servicio a los demás y con creatividad y sólo tú, saldras victorioso, contando siempre, con la ayuda de tus padres, tus abuelos, familiares, tus maestros, amigos y compañeros.

Todos en el entorno, serán parte de tus logros, por eso, debes ser selectivo al escoger, con quien andar, con quien caminar y con quien trabajar en el futuro.

Para concluir, quiero dejarte este mensaje inmortal del poeta Medardo Ángel Silva, adaptado a tu circunstancia, muy diferente a la de aquel, que no te corresponde: “Hoy, 20 años cumpli, alegría sin nombre, de dejar de ser niño y comenzar a ser hombre”.

Sigue adelante, y cuando necesitas un consejo, no dudes en llamarme.

Un beso muy grande y un abrazo de tus abuelos. Que Dios te bendiga.

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