24 abril, 2024

¿Hacia dónde se dirige el Ecuador?

Los países que pesan en sus respectivos ámbitos de influencia son aquellos que poseen una estructura de institucionalidad en la que Gobierno, órganos de control, oposición y opinión pública ejercen sus funciones ante el termómetro de una sociedad sujeta a derechos y obligaciones.

Los diez años de la Revolución Ciudadana fueron una completa confluencia de todos los poderes del Estado alrededor de Rafael Correa. No hubo oposición, apenas opositores, y entre ellos solo una figura descollante, Guillermo Lasso. Su destacada participación electoral y la férrea crítica de la opinión pública han derribado el mito de la invencibilidad del Socialismo del Siglo 21.

Sin segunda vuelta difícilmente Alianza PAIS estuviera hoy contra las cuerdas y sus principales actores deambulando por diferentes frentes procurando escapar responsabilidades. La realidad es que una década de desgobierno no puede desvanecerse rápidamente, más aún cuando toda la estructura gubernamental sigue en manos de los malversadores. El nivel de corrupción del país ha llegado a niveles ya no de escándalo, sino más bien de terrorismo económico de Estado.

La sociedad se refleja en su propia penumbra política. Es hora de actuar alejándonos de nuestras individuales zonas de confort, desconectándonos de preconceptos generalizados e involucrándonos en un mancomunado esfuerzo por cambiar el país. Es difícil, sí, pero el no intentarlo, más allá de convertirnos en cómplices de una tragedia anunciada, solo allanaría el camino para recibir más de lo mismo.

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El pega mujeres…

En la vida tenemos que actuar dentro de los parámetros establecidos para aquello que
representamos. Debemos ser mucho más cuidadosos en nuestro accionar, si personificamos con nuestro cargo a
un país mediante nuestra imagen.

Un cardenal de la iglesia católica por ejemplo, no puede estar ebrio y farreando con dos
prostitutas en una discoteca. Él no se representa así mismo. Con su investidura simboliza a la iglesia y con su accionar es el símbolo de lo que este cuerpo colegiado significa.

Un policía que cuida a un banco no puede ayudar a robar el mismo banco a los ladrones.

Un embajador ha sido noticia mundial por haberle dado golpes a una mujer en un supermercado. Independientemente de quién sea el agresor o el agredido, un funcionario que ostenta la representación nuestra, no puede actuar por sus propios intereses y peor caerle a golpes a una mujer por muy agredido que se sienta.

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