Las evidencias no solamente pesan por su volumen como también por sus caracterÃsticas y los detalles. La calidad de los insumos es directamente proporcional al resultado del ejercicio. La estadÃstica permite alejarnos discretamente de la aparente superficialidad de las evidencias y adentrarnos en una tamaña complejidad, razonablemente reducida a un entendimiento general gracias a un modelo increÃblemente desarrollado con nivel de confianza del 100% y margen de error igual a cero.
Efectivamente el universo de individuos con las iniciales JG debe ser considerable, pero su número deberÃa reducirse significativamente si como condicionante a la búsqueda del verdadero JG, el sujeto en mención deberÃa tener un tÃo carnal de iniciales RR. La muestra podrÃa perfeccionarse aún más si la limitáramos a la nacionalidad ecuatoriana. Si adicionalmente restringiéramos la búsqueda del tal JG a un tÃo con iniciales RR y con contactos directos con Odebrecht, la muestra serÃa inequÃvocamente igual al universo.
Queda finalmente expuesto quién es el escurridizo ciudadano JG, sÃmbolo no precursor de la corrupción, pero portaestandarte, hasta una próxima fecha, de los más altos crÃmenes cometidos contra el Estado. Según los eruditos, la responsabilidad también es coadyuvante, pero no solamente por ello, JG debe ser eventualmente uno más de los múltiples encausados dentro de una larga lista de delincuentes. El estilo de vida de todos los demás es la mejor pista aún no seguida, no porque no lo sepan, pues son ellos mismos.