25 abril, 2024

¿Ha cumplido Maduro con el legado de Chávez?

Cuando el difunto Hugo Chávez dejó, en testamento público, como sucesor de su reinado a su delfín Nicolás Maduro, pienso que nadie con conocimiento de los entresijos de la política, tanto dentro como fuera del chavismo puso en duda, en términos generales de aceptación, la conveniencia de dicho nombramiento para la candidatura presidencial y, fundamentalmente, para la supervivencia de la “revolución bolivariana”. Lo cual no significa, que fuese la mejor idea para el porvenir de Venezuela y de sus ciudadanos.

Las fortalezas de su heredero político para el puesto, provenían principalmente de su bagaje y rodamiento  durante seis años por los senderos de la política exterior y de sus nexos personales,  de  trato y  comunicación, mantenidos durante ese tiempo con líderes y mandatarios regionales como Lula y Dilma Rousseff, en Brasil, los Kirchner en la Argentina, los hermanos Castro en Cuba, Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador, José Mujica en Uruguay y Daniel Ortega en Nicaragua, entre otros, así como por haber formado parte de los orígenes y puesta en marcha de organismos como el ALBA,UNASUR, PETROCARIBE o la CELAC, con gran influencia en el continente centro y suramericano. Además del importante rol desempañado en las triangulaciones de “ayudas y colaboracionismo” que aquellos países y algunas de sus principales multinacionales como Petrobras, ODEBRECHT o PDVSA, mantuvieron con fines mas allá del deber, destinados al continuismo de sus gobernantes, durante más de una década.

El chavismo y únicamente el chavismo, revestido con ropajes y barnices de revolución bolivariana o de nuevo socialismo del siglo XXI, nació para ser un proyecto político de largo alcance, con pretensiones continentales, que se vieron frustradas por la desaparición de su creador. No era incompatible con el kirchnerismo, ni con el lulismo, y al abrir franquicias en Ecuador y Bolivia, e influir notablemente en Nicaragua y otros países del continente de afinidades anti derecha, se convirtió en un polo de gran atracción política en la región, gracias, entre otras virtudes, a su persuasiva política petrolera, no  solo en países más visibles por su extensión sino, igualmente, en aquellos otros,  que como pequeñas embarcaciones filibusteras, surcan el Mar Caribe, pero que tienen un voto en la OEA, igual de grande.

Por eso, de quienes estaban a su lado, Nicolás Maduro era el único que para Chávez podía sortear los peligros que el chavismo enfrentaría, y para cuya batalla la camaradería continental, convertida en regional por aquello de la Patria Grande, así como el apoyo internacional de sus aliados y protectorados económicos era crucial. Casi un lustro después, pareciera que los hechos le dieran la razón a Chávez.

Y decimos todo esto, porque los resultados están a la vista y, una vez más, la OEA le da la espalda a Venezuela. Pero ¿es el respaldo de ese organismo internacional tan importante, tan necesario? Pues depende como se mire. En términos cortoplacistas le da más oxígeno al gobierno de Maduro al no estar prevista ninguna acción diplomática oficial, en su contra, por parte de los países que integran dicho ente multinacional; pero tan poco impide ninguna de las acciones que otros entes y personalidades internacionales están intentando, a través de la verdadera diplomacia, la secreta, la cual casi siempre funciona.

Además, el que no haya habido un pronunciamiento en la OEA contra el régimen, tampoco entraña un espaldarazo a su favor; sino, en todo caso, una neutralidad similar a la manifestada por algunos gobiernos y personajes internacionales, expresidentes, por ejemplo, que ven en el dialogo el medio más idóneo para la búsqueda de una solución a la crisis venezolana.

¿Ha cumplido Maduro con el legado de su mentor? Si bien es probable que Chávez estuviese satisfecho, tanto con que el guion haya salido, casi a la perfección, como con el papel cumplido por su pupilo en el plano internacional, no creemos que hubiese estado muy de acuerdo con el resto de las medidas tomadas por Maduro en estos cuatro años, sobre todo, a nivel interno. Y es que las causas de la dramática situación que vive Venezuela, se deben fundamentalmente a las políticas extremas, que lo han llevado a quemar las naves, ejecutadas por el gobierno de Maduro.

Una situación de depresión económica de gran magnitud, que derivó en una crisis social y humanitaria a la que Chávez no se hubiese arriesgado a llegar, de haber podido encargarse de su cuarta presidencia el 10 de enero del 2013. Como tampoco estimamos, por mero sentido común, que no hubiese permitido la represión y violencia desmedida con las que el régimen ha enfrentado las protestas y manifestaciones populares en su contra, llevándose por delante derechos humanos y, lo que es peor, vidas humanas. Aunque esta última suposición, nunca podremos comprobarla.

@xlmlf

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1 comentario

  1. Revolución ciudadana es igual a decir retroceso, sea éste social, político, económico, educativo, médico, es decir, los países subdesarrollados en el presente son llamados los «underdog countries» (países donde reina la injusticia),- El socialismos del Siglo XXI reclutó, en su mayoría, a personas ávidas o sedientas de ganar dinero a como dé lugar, de ahí los casos de corrupción, y el dinero lo van a devolver??…—

    Acaso tener dinero es malo y, así mismo el ser pobre es malo?. Muchos adinerados han acumulado fortunas de mala manera, al igual que, muchos pobres son así porque son «ociosos o vagos».

    Hay que pensar que muchos «borregos» del anterior gobierno y del presente son ricos siendo «ociosos y vagos». Eso es lo que propició chávez y toda su cofradía (personas que tienen un mismo fin) regada en América Latina, la espada de Bolívar cada vez es una daga a la que se la mancilla (manchar) con mentira, robo y homicidios. que es la consigna de maduro para «disqué» obedecer a su «papito» chávez.

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