24 abril, 2024

El legado de Francia para el mundo civilizado

Corría el año 1793 y luego de encarnizadas batallas entre jacobinos, girondinos y otros, en una abierta y descarnada pugna de poderes, en el contexto de  una convulsionada Francia arrastrada a un conflicto económico, político, social, resultado de una vieja organización política que oscilaba entre  absolutismo, feudalismo, imperio,  monarquía y república;  Francia sienta precedente para  el mundo civilizado, proclamando  la famosa DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE Y DEL CIUDADANO, así como también el  reconocimiento al derecho al sufragio universal, entre otras conquistas que le permiten mantenerse en el mapa mundial, hasta nuestros días, como una Nación verdaderamente democrática y un pueblo que vive ejerciendo esa Democracia, marcando do así el inicio de la Edad Contemporánea, sentando las bases para la Democracia actual que se sustenta en el principio de la soberanía popular.

Corre el año 2017 y el pueblo de Francia una vez más surge al tablero mundial, haciendo gala de su   lema: “Liberté, Égalité, Fraternité “, dándonos una vez más  lecciones de Democracia. El 7 de mayo de 2017, el pueblo de Francia salió a las calles a ejercer su derecho al sufragio universal, (conseguido en cruentas batallas) con la plena convicción de que su voto no sería manipulado, ni manoseado, ni habría  sistemas tecnológicos que tuerzan su sagrada voluntad de decidir en libertad, el destino de la Nación.

¿Tendrá sustento lo aseverado por José de Maistre,  que “Cada pueblo o Nación, tiene el gobierno que merece” (1753 – 1821)?…

Pregunta de difícil contestación si se la realizamos a Rusia, Venezuela, Siria, Cuba, Corea del Norte Ecuador, Nicaragua….la lista es larga. Naciones de gente noble, trabajadora, cuya fé pública se ha visto burlada, engañada, estafada; en el caso de Latinoamérica por jacobinos y girondinos criollos, que saltan como cardumen en plena subienda, de un extremo al otro, haciendo de la política y la corrupción (hermanas siamesas), su mejor y más pingüe negocio a tal punto que una vez embarcados en el mismo, mueren o matan por mantenerse en él.

Poniendo en ejercicio lo que está de moda por estas tierras, legar el negocio al  hermano, a la mujer, al amigo íntimo, al más bobo de los acólitos (al más puro estilo de las monarquías de vieja data, de las cuales unas cuantas actualmente han tenido que hacer pactos con la plebe para poderse mantener  y no sucumbir ante los vertiginosos cambios) entre otros, con escrituras y ante notario (léase resultado amañado en elecciones “libres y democráticas”).

El pueblo de Francia, ya vivió la aventura de embarcarse en cantos de sirena de iluminados mesiánicos, que ofrecen el oro y el moro y con madurez política cerró filas contra el populismo de derecha tan dañino como el populismo de izquierda.

Bien por Francia, bien por Europa que apostó por la unión, para hacer frente al nuevo orden mundial  y Francia con Macrón al mando le da un espaldarazo y un gran soporte para seguir manteniendo esa unión, que les permitirá tanto a los pequeños países con economías no muy estables y a los grandes  con mayor estabilidad económica, fortalecer a la naciente Unión Europea en todos los campos, recordando que: “L´ unión fait la forcé”  (La unión hace la fuerza).

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