17 abril, 2024

Expectativa VS Realidad

Se ha puesto sobre el tapete una propuesta que consiste en seleccionar al azar una cantidad representativa de urnas para verificar si hay inconsistencias contra los resultados promulgados por el CNE. Además se recomienda que acompañen en este proceso personajes representativos de nuestra sociedad, de reconocida e intachable trayectoria, para darle la transparencia necesaria. Este planteamiento fue lanzado la semana pasada por el alcalde de Guayaquil y respaldado de inmediato por el presidente de la República en funciones.

Por cuerda separada tenemos la decisión del CNE de revisar algo más de tres mil urnas, en las que se han presentado impugnaciones por inconsistencias. Sea con la propuesta suigéneris del alcalde o con la apertura de las urnas que llevará a cabo el CNE, ya se debe llevar a buen puerto la promulgación oficial de los resultados y con ello terminar este prolongado capítulo de las elecciones presidenciales para, finalmente, proclamar a un presidente electo, sin sombra de dudas y suspicacias.

No nos engañemos, el pedido radical de abrir todas las urnas para contar cada uno de los votos no es viable y por ello no fue atendido favorablemente.  Es tiempo de que con los pies bien puestos en la tierra y con cabeza fría, se viabilice una alternativa para cerrar esta etapa y seguir adelante. Entiendo el gran debate interno por el que debe estar atravesando el Sr. Lasso, que tiene la seguridad de haber ganado las elecciones, a pesar de que prácticamente todos le dicen lo contrario. Alguna razón tiene, con un CNE que durante este proceso electoral no mantuvo una posición neutral y objetiva, por lo que ahora flota una tela de duda sobre sus acciones, sufriendo los estragos del conocido refrán: “hazte fama y échate a la cama”.

Esperemos madurez, serenidad y aceptación ante los resultados, cualesquiera que sean luego de la verificación que se desarrollará en los próximos días. Es hora de tener resultados oficiales que sean aceptados por la mayoría de nuestro país, por el beneficio y tranquilidad del Ecuador.

Recordemos: “un ganador es un soñador que nunca se rinde”.

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Finalmente es imposible no comentar la actitud de los Vargas Llosa, padre e hijo, principalmente el primero. Es innegable que la obtención del Premio Nobel potenció grandemente la popularidad de Mario Vargas Llosa a nivel del todo el país lo cual le otorgó en este preciso momento, una aún por cuantificar pero innegable influencia a nivel de opinión pública. Bien se podría afirmar que una parte del estrecho margen con el que Humala ganó la Presidencia, se lo debe a este apoyo del inefable “escribidor”. La incongruencia aquí estriba en que luego de pasarse alrededor de 30 años promoviendo una filosofía política calificada acertadamente por un analista de muy clara visión conceptual como “liberalismo salvaje”, al final casi de su trayectoria pública venga a apoyar frontal y radicalmente a quién hasta hace muy poco se ubicaba en sus antípodas ideológicas, propugnando tesis opuestas a las de Vargas Llosa. Por cierto el escritor, en el más puro estilo del “capitán Araña”, (el que embarca a la gente y se queda en tierra), no vino al Perú a votar aduciendo un extremo cansancio generado por “la intensa labor desplegada para promover la campaña de Humala”. Parece que habló mucho por teléfono y eso le causó un agotamiento que indujo a su médico de cabecera a “recomendarle el abstenerse de volar en avión”…

Igual es el caso del hijo, el también inefable “niño Alvarito”, como lo motejó una comentarista política limeña, que luego de haber sido hace varios años coautor del célebre libro llamado “Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano”, en el que se atacaba despiadadamente a todos aquellos que profesan las ideologías afines a las que siempre ha defendido Humala, terminó al igual que su padre, apoyando a dicho candidato que ciertamente pertenece a la categoría que en su libro tan duramente criticó. Ahora se lo menciona como aspirante a la Cancillería, lo cual implicaría una serio golpe para la diplomacia peruana, asentada en el Palacio de TorreTagle, tradicionalmente manejada por auténticos profesionales de la materia lo que la llevó a ser una de las mejores del subcontinente.

3 comentarios

  1. Sra. Diana Acosta:

    Su sugerencia de aceptar con calma y serenidad los resultados del reconteo de votos es correcta. Plausible porque usted es la única persona aquí que con sensatez pide se retome los causes legales, como debe ser.

    El reconteo se ha realizado y los resultados han sido lo que se esperaba, sin ninguna novedad. Obviamente el candidato perdedor, como se le agotaron los pretextos, como guagua revoltoso no fue al reconteo. Primero pidió el reconteo y ayer brilló con su ausencia. Será por la verguenza de haber sido descubierto en su mentira?

    La ciudadanía que es sabia juzgará el comportamiento del Sr. Lasso. Quienes siempre creimos en la actuación del CNE, el corolario de esta situación lo único que abona es descartar aquella mentirilla del fraude y legitimar una vez más con claridad los resultados de las elecciones.

    Bien por el Ecuador que requiere paz y tranquilidad para trabajar.

  2. Que interesante ver como escamotean la realidad de un fraude institucional que va más allá de los votos. El uso de todos los recursos del estado, los tengo que enumerar? El padrón con más de un millón de votantes que no deberían de estar. La obligatoriedad de los empleados del estado a votar por el ungido, etc. Carlos Franco.

  3. Sr. Franco;

    Usted le hace el coro al Sr. Lasso que 20 días antes de las elecciones ya dijo que aceptará los resultados de las elecciones solo si le daban a él como ganador !!

    No hable de recursos económicos, porque el candidato perdedor tuvo los suficientes y necesarios para todo; más de 10.000 personas para control electoral en las juntas receptores del voto, para poner afiches y hasta para poner en cada esquina del país las pancartas son su fotografía.

    Debe haber traido por lo menos la décima oarte de su fortuna que lo tiene a buen recaudo en los paraisos fiscales, no lo cree?

    Lo demás que usted dice y supone, prefiero no comentarlo.

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