28 marzo, 2024

Destripar una lagartija

Sentí algo espantoso, sentí asco y miré para ver que había pisado, era una lagartija;  al destriparla con mi pisada le salió sangre que se desparramó por el piso.

¡Qué asco, destripé una lagartija!

La sensación fue horrible. Por un momento tuve ganas de vomitar y me sentí descompuesta.

En parte esta sensación descrita es generada por algo que se llama culpa. La culpa nos hace sentir muy mal, y no siempre sentimos culpa por estar pisando lagartijas, en mas de una ocasión hacemos daño, sin querer o queriendo, a personas que nos importan, o , afectamos de manera inadecuada situaciones que podrían tener un matiz mas llevadero.

Hay momentos en que el gusto por el desquite llega, es cierto que hay personas que son una especie de “lagartijas humanas” y ganas sobran de destriparlas… pero luego igual la culpa nos hace dudar, ¿hice bien o hice mal?

¡Pude haber procedido con más inteligencia!

Lo interesante de esto es darnos cuenta de que no debemos quedarnos en la culpa o en el reproche; el atascamiento en el problema  no sirve de nada. Hay que aflojar el enganche , soltar y seguir.

Soltar y seguir significa que avanzamos, pero la experiencia debe contribuir a nuestra evolución. De alguna manera la culpa esta ahí y su misión es hacernos ver en que fallamos para intentar no hacerlo mas, tratando de reponer aquello que generó la culpa, tal vez ya no con las mismas personas o las mismas situaciones, que será imposible que se repitan, pero si con otra gente y en otras instancias. Todo momento es apropiado para hacer el bien, cada segundo está bien usado si es para avanzar en nuestra evolución interior. Parece que “no mudamos de cascaron” como las lagartijas; una vez cortada no nos crece la cola por sí sola pero si podemos mutar desde el interior.

El ser humano es capaz de pisotear al ser humano, destriparlo y desangrarlo y seguir como si nada…tarde o temprano llegará la factura. Hay personas que llegan al final de sus vidas en la mayor de las inconciencias. Otras no. El sentir “culpa”, de alguna manera, es un indicativo de tener conciencia. Pero no hay que quedarse en la culpa, por que eso no sirve de nada. Hay que llegar al fondo, saber de qué nos sentimos culpables, qué hicimos mal que nos está afectando tanto?

La culpa mal encausada puede generar distintas afecciones tanto emocionales como orgánicas.

En el ser humano la culpa y el miedo son dos tipos de “larvas emocionales” que pueden llegar a destruirlo, y hay quienes están infestados o infestadas con las dos.

Estas emociones, que no son malas en sí, al experimentarlas se deben modificar y pasarlas de su lado oscuro a su lado amable.

En este artículo les estoy hablando de la culpa. Pine, es la esencia de la terapia floral de Bach que transforma la culpa a través de un proceso armónico y la vuelve “responsabilidad”. Al darnos cuenta de nuestra “responsabilidad” entonces maduramos y entendemos, hasta que llega el perdón por nuestras propias carencias, por los errores que todos somos capaces de cometer, cada uno según su lugar en la vida.

Perdonarnos a nosotros mismos es un proceso necesario y constante de evolución mental y espiritual cuyo resultado es el aceptar que somos responsables de nuestras acciones.

Ya no le echamos la culpa a nadie: Ya no sentimos culpa por nada. Eso es una parte del “sentirse libre”.

Entre las esencias de Flores Andinas, Endulzando la Vida es apropiada si la persona se mortifica, siente pesadumbre y amargura; se puede acompañar también con Liberación del Trauma, esencia que sella el campo energético y cicatriza heridas causadas por emociones de alto impacto.

Este artículo es una secuencia de los que ya he publicado, pero de ahora en adelante usaré títulos comunes, sin especificar que se trata de “artículos sobre esencias florales”. A la corta o a la larga, la vida es un cúmulo de emociones, no siempre asimiladas o bien encausadas y es ahí a donde vale la pena insistir para contribuir al bienestar de todas las personas.

Las esencias florales son un regalo de la naturaleza para restablecer el equilibrio emocional, despertar a la conciencia y restaurar la salud.

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