18 abril, 2024

Un acercamiento a la liberación humana

¿Quieres conocer tu pasado? Entonces mira tu presente  que es su resultado…¿Quieres conocer tu futuro? Entonces observa tu presente que es su causa”.

Siddharta Gautama

¿Vivir  en libertad es aclarar, en términos  sociales, la posibilidad  cierta de poder expresar, en coherencia, la experiencia concreta de una verdadera relación humana?. ¿Sin libertad la simulación promueve, entonces, una falsa identidad, hacia el objetivo de un destino amorfo?. Pero, como que la liberación humana, tal cual  explican teosofías, filosofías y religiones,   está más allá de estas limitaciones para tomar consciencia de comprensión de sí mismo. Y, al parecer, es en esta comprensión de sí mismo en que la libertad, sus razones y objetivos, para el humano, entra en juego.  Es posible, incluso, que mucha gente viviendo en libertad sus relaciones sociales, es prisionera de la ausencia  del sentido propio de su existencia.  ¿Reside  aquí  la clave de la paz, del amor, de la confraternidad…?

Subsistir para el humano ha sido hasta hoy estar entre cosas y proyectarse desde estas cosas. Para no olvidarse, sin embargo, de su trayectoria como sujeto antes que objeto está obligado, continuamente, a interrogarse en su interior… ¿Hasta qué punto lo racional, el sentido común, lo coherente,  es en mí un evento permanente y no algo aleatorio? El estado espiritual de buda, esto de lograr la percepción de la realidad en tanto consciencia de una ilusión es, en esta búsqueda, el inicio de la suprema verdad de cada quien… Pero, conseguir dicho momento responde al logro previo de mantenerse, caminando, en el Sendero de la Rectitud. Sea en los puntos de vista, de los pensamientos, de las palabras, de la conducta, de los medios de vida, del esfuerzo, de la atención, de la concentración. ¿Cómo si no, al margen de la práctica de la realidad, llegar a una toma de consciencia cierta? Ahora el humano descarnado del pellejo superfluo del simular, de la seudo vivencia asume las condiciones y características de buda… Es el instante del despertar. Es la iluminación  por la consciencia  clara de comprender…

¿Comprender? ¿Comprensión de qué? Que al asumir, por fin, por voluntad propia, la responsabilidad de ser hay asunción también del dolor, consecuencia de la cosificación de la vida… Pero, también, del mágico impronto de la aceptación o no del sufrimiento. Porque el dolor es permanente y, de cualquier forma y  bajo toda circunstancia,  estará siempre presente,  el sufrimiento, en cambio, está en ti, en las condiciones en que vives y comprendes la vida… Para Siddhartha Gautama, quien según  la tradición histórica, alcanzó, hace muchos, muchos siglos, el más alto nivel de la liberación humana (nirvana), consagrándose en calidad de un verdadero BUDA, cualquier humano que asuma esta vivencia de trascenderse a sí mismo, puede obtenerlo. En su último discurso (Sutra) dejó ACLARADO “NO ESPERÉIS NADA DE LOS DIOSES…SOMETIDOS A LA LEY DEL KARMA… ESPERADLO TODO DE VOSOTROS MISMOS. NO OLVIDÉIS QUE CADA HOMBRE CREA SU PROPIA PRISIÓN Y QUE EN CADA UNO ESTÁ SUPERARSE A UN NIVEL SUPERIOR…”

Artículos relacionados

La asamblea nacional constituyente, un verdadero fraude

Consultado muchos textos constitucionales y ratificando el criterio de ilegitimidad y novelero desacierto por la instauración de una Asamblea Nacional Constituyente de plenipotenciarios y antojadizos poderes, desde hace 8 meses, observamos además que careció de todo soporte constitucional la creación de la misma, pues a pesar de ser literalmente cierto que desde aquel entonces atravesábamos ya por un gobierno prepotente e intolerante, el cual se estrenó prácticamente como un gobierno dictatorial desde sus inicios, aquel membrete de “mentes lucidas y corazones ardientes y de una patria que ya es de todos”, se ratifica por los resultados, el fracaso de ese mal llamado proceso constituyente por el supuesto bien del país. No era aquello precisamente lo que el país; ávido de cambios, esperaba. No queremos ser clon de ningún otro país, lo que queremos además es una patria con identidad propia.

Como Diputado (en receso), y a pesar de no endosarme ninguna culpabilidad como parte de las barbaridades cometidas por el Congreso Nacional, fue este en definitiva a quien le correspondió siempre la responsabilidad histórica de reformar o crear una nueva constitución. Pero ya podemos notar que por desgracia, no todos remamos necesariamente en la misma dirección, y haciendo un breve análisis del tema, considero que este último congreso quedó vergonzosamente debiéndole al país una factura de infinita carga moral y política. Vaya usted a saber entonces cuales y cuantos intereses personales y partidistas estuvieron siempre de por medio para que suceda lo que hasta hoy se considera como la gran afrenta de una institución tan democrática y necesaria para el equilibrio constitucional del país, tal cual es el H. Congreso Nacional; y, que por mas que se la cambie de nombre, no procederá ningún tipo de cambio positivo, decente, sensible y honesto, si sus integrantes no renuevan el verdadero patriotismo y desinterés por servir a los mas necesitados. Esa, lamentablemente, es una verdad que duele…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×