20 abril, 2024

Los derechos de las mayorías

Mucho me temo que por la forma cómo se ha defendido los derechos de las minorías, nos hayamos descuidado de proteger los derechos de las mayorías.

Estoy completamente de acuerdo con defender los derechos de las minorías, pero no por eso debemos descuidar los derechos de las mayorías, que, como se indica por su nombre, son más personas que la minoría. Ellos también tienen derechos y tienen necesidad de respeto a sus necesidades.

Todos los seres humanos merecemos respeto y LIBERTAD. Nadie tiene derecho a decidir por nosotros, ni a imponernos su criterio. Todos los seres humanos somos libres y debemos poder decidir como actuar en nuestra vida, siempre y cuando respetemos a los demás seres humanos y a su libre albedrío. No debemos, por lo tanto, permitir que “den pensando”, o “den haciendo” por nosotros. Como bellamente dice Julio Flores, poeta colombiano en su poema “En Paz”: “Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida, porque nunca me diste ni esperanza fallida, ni trabajos injustos, ni pena inmerecida. Porque veo, al final de mi rudo camino que YO FUI EL ARQUITECTO DE MI PROPIO DESTINO, que si extraje la hiel o la miel de las cosas, fue porque en ellas puse hiel, o mieles sabrosas. ¡Cuando planté rosales, coseché siempre rosas! ¡Cierto! A mis lozanías va a seguir el invierno, mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno, Hallé sin duda largas las horas de mi s penas, mas no me prometiste tu sólo noches buenas ¡y en cambio, tuve algunas santamente serenas! ¡Amé! ¡Fui amado! ¡El sol acarició mi faz! ¡Vida, nada me debes!, ¡Vida, estamos en paz!”

Todos tenemos derechos y obligaciones, y entre las obligaciones está la de respetar los derechos de los demás. Nadie es más que otro, Todos somos iguales! ¡Todos somos hijos de Dios, si creemos que hay un Dios!, y debemos respetar a los que no creen, y a los que creen en uno diferente al nuestro. En reciprocidad, los otros deben respetarnos a nosotros y a nuestras creencias.

Así como las minorías han reclamado sus derechos, creo que las mayorías debemos reclamar los nuestros y exigir respeto. Vuelvo a insistir: Tu derecho termina donde empieza mi derecho y viceversa. El respeto es la base de la convivencia humana. Nadie, sea mayoría o minoría, puede aplastar al otro. Todos merecemos respeto.

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