18 abril, 2024

El nuevo presidente

Rafael Correa quedará en la historia como uno de los grandes líderes de los ecuatorianos, por el tiempo que gobernó y por el impacto que tuvo en la modernización de la sociedad y en la inversión en obras públicas. Como quedaron uno en el siglo pasado, dos en este: dos quiteños, un manabita. Los tres intensamente amados u odiados. Va a ser difícil reemplazarlo en la mente de los ecuatorianos. Eso es lo que le tocará al nuevo Presidente.

¿Por quién votarán los ecuatorianos después de tantas veces de votar por Rafael Correa?  Reflexionemos.

Los ecuatorianos hemos estado recibiendo por años una publicidad de alta calidad sobre las obras del Gobierno, que indudablemente ha calado hondo en muchos. El Gobierno se ha vendido muy bien, dice cosas que la mayoría de los ecuatorianos quiere oír, achaca los problemas actuales a la caída del precio del petróleo y al terremoto. El irracional apoyo del Gobierno a Venezuela o su retórica pro castrista pasada de moda o su peculiar Ministro de Relaciones Exteriores no interesa a la gran mayoría de los votantes, que no ven esas noticias en televisión ni leen periódicos.

¿Qué el Gobierno no ahorró? No, no lo hizo, pero lo que gastó lo gastó en obras que son evidentes: instalaciones de servicios públicos, carreteras, hidroeléctricas. ¿Qué hay corrupción? Por su misma naturaleza es mucho menos evidente que la obra pública. El país se ha modernizado en el ofrecimiento de servicios públicos y privados. Muchos ya se han olvidado de cómo era antes. Ahora quieren más. Probablemente quieren más seguridad ante la delincuencia y ante la inseguridad del empleo.

En estas elecciones van a empezar a votar muchos ecuatorianos que no lo hacían cuando empezó la era correísta, cuando tenían nueve años. No han conocido otro Presidente. No recuerdan el Ecuador de ese entonces, ni a sus líderes, ni a sus lemas, ni a sus partidos. A esos jóvenes les preocupa encontrar trabajo  y echar a andar sus vidas, no resucitar el pasado.

Van votar ecuatorianos que están bien, ya sea empleados o con un negocio que les permite vivir. Quisieran ganar más o vender más, pero están razonablemente satisfechos con lo que tienen. Van a votar por el cambio siempre y cuando el cambio les dé razonables seguridades de que las cosas van a mejorar para ellos.

Van a votar ecuatorianos desempleados o con un trabajo o negocio tambaleante. Obviamente les preocupa cómo seguirán ganándose la vida. Les preocupa un cambio que haga que lo que ha mejorado desmejore, porque el nuevo Presidente da ahora más atención a otros ecuatorianos.

Van a votar ecuatorianos marginados que viven en los tugurios de las grandes  ciudades y en las laderas de los volcanes. Algunos sienten que las cosas les han mejorado, otros no. Para esos marginados mejorar no es solamente ofrecer apoyo a la inversión privada o a los grandes empresarios, es ofrecerles ayuda en el desempleo, en la enfermedad, en la educación de los hijos.

En Filipinas acaba de ganar la presidencia un político de experiencia regional, de duro lenguaje, con la promesa de atacar la delincuencia sin contemplaciones. Algo que no gustaba a los defensores de derechos humanos, léase derechos de criminales, que fue efectivo en las Filipinas. En Brasil fue elegida Dilma, ahora defenestrada por un congreso de complejos antecedentes, ofreciendo apoyo a los marginados. En Argentina fue elegido quien era más probable que genere trabajo. En el Perú fue elegido un técnico financiero que aprovechó con éxito el rechazo a un presidente que hizo tanto, pero que no se fue a tiempo.  

Eso es. Trabajo para los jóvenes y los desempleados, servicios públicos para los marginados, seguridad en el trabajo y en las calles. Sin tratar de resucitar banderas ni rencores olvidados. Generando confianza en la imagen que se proyecta y en lo que se dice. Sin dar tanta importancia a la parte dogmática o a los principios programáticos. Rafael Correa fue exitoso porque decía y hacía. Nadie hay en su partido con su verbo ni con su imagen. En los otros partidos quizás lo haya, pero están enredados en los intereses personales de sus líderes, hambrientos de poder, no tanto preocupados en escoger quien puede ser un candidato y un Presidente exitoso. Quien finalmente sea escogido, o quienes, tienen que ir sin carga del pasado. Como lo fue Correa. Tiene que hablar duro y generar confianza.

País tuvo un Congreso ampliamente a su favor y una estructura de estado a su mandar.  El próximo presidente, sea de País o de otra afiliación, no tendrá ese Congreso.  Le será  mucho más difícil gobernar, por lo que el Presidente no puede tener el perfil cuasi dictatorial de Rafael Correa, tiene que ser duro pero hábil en forjar alianzas, encontrando intereses comunes.

Ese candidato puede surgir de donde menos se espera, como ha ocurrido en el pasado. Pero las características humanas que necesita para el cargo tiene que desde ya tenerlas. Si no las tiene va a fracasar luego, por más que sea elegido producto de una estupenda publicidad de campaña.

En breve necesitamos un hombre o una mujer nuevo, duro en la campaña, conciliador en el despacho. Que tenga credibilidad personal para ofrecer empleo y seguridad, no solamente por sus planes de Gobierno, que pocos leen, sino por él mismo. Como es poco probable que el Presidente salga en la primera vuelta, hace falta que tenga la habilidad para recoger banderas, las del hoy Gobierno y las de la fragmentada oposición, y fusionarlas en una sola, la bandera del Ecuador

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5 comentarios

  1. Muy bueno su artículo pero no lo comparto. si se ponen cifras sería excelente.Un Presidente que después de tener tantos recursos deja quebrado y polarizado al país no merece ser recordado. Para ganar tantas elecciones, implantó 9 años de autopropaganda, un marketing impresionante, aprovechó la ingenuidad de nuestro pueblo, mintió a diestra y siniestra, copió la táctica de Abdalá: simular amor infinito a los pobres y odio a empresarios, banqueros y ricos, utilizando una verborrea convincente. En la práctica a los pobres, especialmente agricultores no les ayudó nada. Su mayor fracaso, no crear fuentes de trabajo, más bien subió la tasa de desempleo. Su socialismo ya caduco ha llevado al país a la ruina.
    De acuerdo el nuevo gobierno para componer este desastre debe buscar consensos con la oposición, atraer a toda costa la inversión extrajera, convencer a los desocupados que habrá fuentes de trabajo y actuar con sinceridad ante los más necesitados. Debemos ser prácticos y evaluar objetivamente las capacidades de todos los candidatos. Correa fue un inexperto total pero con un discurso de barricada que si llega al pueblo. Con una evaluación previa no calificaba para presidente.

  2. Simplemmente el Ecuador necesita UN PRESIDENTE DE VERDAD. Que no se mofe semana a semana de ningún ecuatoriano. Que no se vanaglorie de todos los pasos que da, PORQUE ESA ES SU OBLIGACIÓN. Que no despilfarre la plata de los ecuatorianos. Que sepa ahorrar para cuando necesitemos ayudar a nuestros hermanos ecuatorianos por alguna contingencia, llámese ésta terremoto, guerra, fenómeno del niño (que nunca se dio, o en cualquier otra desgracia, QUE NO META LA MANO AL BOLSILLO DESGASTADO DE LOS ECUATORIANOS para cubrir estas necesidades, por el contrario que vea la forma de como hacer para que ganemos más sueldos, en fin, tantas cosas como las que hemos visto y pasado en este gobierno, no deben estar en el plato del nuevo gobernante. Que deje en paz a los jubilados, pues tenemos razón de reclamar mejores condiciones de vida, pues ya dimos todo. A aquellos que tienen su derecho ganado, no trate de arrebatárselos, como a los militares retirados. Como dice el señor autor del comentario, votarán todos aquellos que de una u otra forma están bien en este gobierno, o los que tienen esperanza de tener algo y creen conseguirlo votando por un candidato creíble de sus propuestas o de sus ofrecimientos. A las elecciones siempre se va con optimismo, alegría de unos por haber ganado sus candidatos, tristeza en otros por haber perdido los suyos, pera al fin, descontento general por el mal gobierno que hicieron. Parece ser que eso es un lema común. Nunca nadie al final del túnel hace las cosas bien. Lo que queda es nuevamente saber votar.

    1. Sr. Ernesto
      Tuvimos que esperar mas de 100 años para tener UN PRESIDENTE DE VERDAD como el Ec. Rafael Correa.
      El hecho de desmentir cada semana las mentiras y calumnias que algunos malquerientes emiten a traves de ciertos medios complices no creo que se consideren Mofa sino una necesidad que requiere el publico Ecuatoriano para estar verdaderamente informado.
      No conosco otro Presidente que haya cumplido mejor su OBLIGACION ,y considero que la sana alegria de conseguir solucionar problemas ancestrales que tiene nuestro pueblo es motivo para estar contento , y eso no creo que se considere vanagloria.
      Dice el editorialista:¿Qué el Gobierno no ahorró? No, no lo hizo, pero lo que gastó lo gastó en obras que son evidentes: instalaciones de servicios públicos, carreteras, hidroeléctricas.y por lo tanto tampoco podemos hablar de despilfarro.
      Con respecto al ahorro , estoy convencido de que cada represa ,puentes , carreteras , hidroelectricas , ambulancias , hospitales, escuelas y colegios son las obras que nos han permitido ahorrar recursos al momento de enfrentar desgracias y catastrofes naturales , recuerde que en esas ambulancias y hospitales se transportaron y atendieron a los heridos , y por los puentes y carreteras llegaron los auxilios y ayudas que requerian , asi mismo las obras hidroelectricas han logrado mitigar los efectos del fenomeno del niño que siempre nos han afectado.
      A diferencia de anteriores gobiernos que en similares circunstancias elevaron el precio de combustibles y servicios publicos que afectan al pueblo mas necesitado , las actuales medidas solo LE METEN MANO AL BOLSILLO de los que mas tienen y mas ganan.
      En este Gobierno los sueldos se han triplicado y las pensiones jubilares han mejorado sustancialmente y se incrementan cada año acorde con la inflanción – Tenemos de los mejores sueldos y pensiones de la región y en algunos casos incluso sueldos dignos – Los jubilados se han beneficiado con leyes y servicios que los favorecen y reconocen su aporte y esfuerzo con la Patria durante su vida productiva.
      Me parece correcto que en las FF.AA. se busque la equidad y el bienestar de todos los miembros de la Institución tratando de que haya justicia en las cesantias y pensiones acordes con los años de trabajo y no solamente de acuerdo al rango , y tambien equiparando con similares beneficios de los demas ciudadanos civiles que tenemos la misma Patria y los mismos derechos que los ciudadanos uniformados.
      Finalmente creo que las elecciones presidenciales no son un partido de futbol donde los partidarios de un equipo se alegran del triunfo de su equipo aunque sea inmerecidamente sino por el factor suerte.
      Hay que ir a las urnas pènsando en el bien del Pais y eligiendo a un candidato que sea igual o mejor que el anterior , y debemos evitar retornar al pasado de oprobio y verguenza que tanto daño nos hizo como sociedad y como Pais – Un buen Patriota siempre piensa en el bien comun y no solamente en su bienestar personal.

  3. Mi felicitacion al editorialista por su articulo que hace un analisis preelectoral imparcial.
    En el Periodismo es fundamental la objetividad haciendo a un lado las empatias o antipatias que el tema que se esta tratando le produsca
    En este medio digital he leido articulos que dan pena y a veces repugnancia porque los editorialistas no han podido dejar de mostrar su parcialidad y el sesgo politico que raya en la mentira y la calumnia , lo cual es impropio de quien se llame Periodista
    No hay ningun problema en discutir y exponer toda clase de temas siempre y cuando prime siempre la verdad.
    Si vamos a emitir criterios que en realidad son infundios y rumores como si fueran la verdad estamos denigrando la Profesión que fundamentalmente tiene como objetivo informar siempre con la verdad.

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