29 marzo, 2024

¿Qué nos pasa Ecuatorianos?

No creo sea necesario citar el centenar de acciones de este gobierno que han atentado contra la seguridad jurídica de los ecuatorianos y de  empresas pequeñas, medianas, o grandes. No es necesario tampoco enumerar las centenas de ocasiones que se han violentado la institucionalidad y la independencia de poderes, la libertad de prensa y el derecho a disentir de los ecuatorianos. No es necesario detallar el millar de deslices de palabra y acción del ejecutivo contra simples ciudadanos ecuatorianos o contra miembros de la oposición, y contra otrora borregos que se atrevieron a pensar por si solos.

No es necesario recordar la cantidad de leyes y decretos atentatorios, especialmente contra los intereses y la economía de la clase media y del sector comercial y productivo. No es necesario mencionar el nombre de los cientos de ecuatorianos que hemos sido apresados por pacíficamente manifestarnos, ya sea contra la inconstitucionalidad de las reformas a la Constitución de la República o por la aprobación de otras leyes y decretos que han provocado el desastre económico y social al que nos ha sumergido el fracasado modelo económico y la economía en bicicleta de Rafael Correa.  No es necesario aludir a la metida de mano en la justicia mediante el centenar de fallos judiciales, tanto de las cortes ordinarias como de la constitucional que han atentado directamente contra la misma Constitución y leyes vigentes para favorecer los intereses del gobierno -con el falso cuento de defender al Estado- o de funcionarios del gobierno.

No es necesario recordar los cientos de denuncias por corrupción que no han sido investigadas o han carecido de la fiscalización que demanda la transparencia que exige una verdadera democracia. No es necesario recordar la prepotencia con que se expresa y se comporta no solamente el ejecutivo, sino también las autoridades y allegados cercanos al ejecutivo y al movimiento político que nos gobierna.  No es necesario mencionar la ilegal persecución del que son motivo centenares, miles  de ecuatorianos, por jueces de coactiva y funcionarios gubernamentales que atentan contra los derechos y los principios jurídicos universales con el solo objetivo de engrosar las arcas del gobierno.

No es necesario recordar las ilegales intromisiones a la privacidad de ciudadanos que cuestionan al gobierno, periodistas y políticos de la oposición mediante escuchas telefónicas, pirateo de cuentas  personales, blogs, periódicos virtuales o persecuciones tributarias.

No es necesario recordar las amañadas y falsas socializaciones de leyes antipopulares y favorecedoras a los intereses políticos del movimiento que nos gobierna. No es necesario recordar el despilfarro gubernamental en propaganda, sabatinas y ministerios o secretarías absurdas con el objetivo de beneficiar políticamente al ejecutivo y su movimiento político. No es necesario enumerar todos los casos en que instituciones autónomas o privadas han sido avasalladas por decisión presidencial para poder meter mano a sus fondos en detrimento de las mismas instituciones, sus usuarios o de los  trabajadores de dichas instituciones. No es necesario referirse a todas las acciones gubernamentales destinadas a magnificar el culto a la personalidad  de un ejecutivo que ha llegado a convencerse de su celestial superioridad como efecto de la adulación de sus colaboradores cercanos y de los directamente beneficiados por los miles y millones utilizados en inversión y gasto público. No es necesario recordar el deplorable manejo de nuestras relaciones internacionales, que nos ha convertido en parte del grupo de naciones manejadas ideológicamente y que atentan contra las libertades, los derechos humanos, la prensa libre e independiente, el comercio internacional, y en su camino modifican el concepto de democracia a sus intereses políticos y personales.

Definitivamente no creo sea necesario seguir mencionando hechos y acciones con las que nos ha mortificado este gobierno de la revolución ciudadana para que honestamente en un acto de introspección nos preguntemos ¿Que nos pasa ecuatorianos?

Que le pasa a la iglesia, que se ha dormido en su santidad para dejar de cuestionar los pecados de prepotencia, gula política e irrespeto a los derechos humanos que caracterizan a este gobierno. Será que se han dejado convencer de que Rafael Correa es cuasi-autor de los mensajes y las doctrinas planteadas en las encíclicas de Francisco.

Que le pasa a los gremios de trabajadores que han permitido ser divididos mediante dádivas políticas en detrimento de la gran base a la que representan.

Que les pasa a las Cámaras, a sus líderes,  que solamente se manifiestan una y otra vez con un tibio “no estar de acuerdo” contra la ráfaga de leyes atentatorias contra los intereses de sus representados, de los trabajadores de las empresas en el sector productivo, servicios y comercial, así como de los mismos consumidores. Será que  la juventud de sus líderes pesa más que su clara preparación y falta de experiencia política, para hacerles entender que sin son actores políticos fundamentales con obligaciones y derechos como lo somos el resto de ecuatorianos. Todas las instituciones y personas que somos afectados por las políticas públicas somos elevados a actores políticos obligados en el momento que esas políticas públicas nos afectan.

Que nos pasa a la sociedad civil, que no nos movilizamos con la urgencia y la contundencia que la circunstancia, que el estado de nuestro país y la salud futura del mismo nos demanda.

Que le pasa a la cúpula militar que permiten ser utilizados y manipulada su institución para beneficio y antojo de los caprichos del ejecutivo.

Que le pasa a la oposición que no logra unirse con el solo propósito de salvarnos de esta dictadura que nos dejará sumida en una crisis que podría demorar otra década en ser revertida. Especialmente si no se logra un consenso para legislar específicamente revirtiendo los abusos impuestos por la mayoría de Alianza País en la Asamblea actual, así como para fiscalizar especialmente los préstamos con China, los contratos realizados en los sectores estratégicos y de carreteras e infraestructura vial firmados por este gobierno.

Es que parece que la única solución visible en el horizonte finalmente será la desobediencia civil, el derecho a resistir que nos otorga la misma Constitución en su artículo 98.

Parece que son pocos los ciudadanos comunes que arriesgando su integridad y la seguridad de sus familias, aupados por unos pocos periodistas y miembros de la sociedad civil que en acciones casi heroicas en esta seudo-democracia no esconden su descontento y críticas frontales a este gobierno sordo, autoritario, abusivo, carente de ideas. Ecuador no solo necesita un cambio radical en su gobierno, también necesita un cambio sustancial en la actitud de sus organizaciones civiles, de sus líderes políticos, gremiales y de la población civil en general.

Realmente, que nos pasa ecuatorianos?

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2 comentarios

  1. Lo que nos pasa es que el pueblo llano en su ignorancia no comprende la magnitud del daño que le causa este gobierno y va como excremento en ola,

    Lo que nos pasa es que la clase media y media alta e incluso un porcentaje importante de clase pudiente se somete a la decisión de sus líderes que no quieren liderar ,por temor o favor y que solo quieren que el déspota termine su periodo,

    Lo que nos pasa es que no entendemos que son los políticos y sus grupos los que tienen al país postrado y que no debemos esperanzarnos en ellos para recuperar la democracia.

    Lo que nos pasa es que no entendemos que estamos solos y es unidos militares y civiles los que debemos, aceptando que hay un desquiciado ,corrupto y dictador gobernándonos ,sacarlo de inmediato a él y a sus secuaces, nombrándo un gobierno provisional, poniendo en vigencia la constitución de 1998 , convocando a una constituyente y a oportunas elecciones, eso sí prescindiendo del concurso de los políticos que tienen su propia agenda, al igual que los representantes de las cámaras. Estos se opondrán abierta o soslayadamente. Hay que patear el tablero YA.

    Pero ya se está trabajando para que ya no nos pase ,ojalá tengamos éxito.

    Jaime Vernaza Trujillo.

  2. Miedo, el pueblo esta lleno de miedo, esta aterrorizado, incluyo a las FFAA, por todo «vas preso», el ecuador que marcho para sacar a Bucaran o todos los que abusaron han sido acorralados y comprados como ramera barata, primero con unos bonos de disque pobreza, a esto se suma la ignorancia de lo que se aprobo en Montecristi.
    Les dieron circo y los acorralaron, a los militares los corrompieron, los infiltraron y los maniataron con la constitucion, de alli que hoy cualquier pndejo cercano al poder se siente intocable.

    Dejamos que amordazaran a la prensa y aprobamos queles quitaran sus espacios.

    Miremos lo que pasa en Venezuela, estamos en la misma ruta. La prensa se auto censura, la policia y puede ser el brazo ejecutor de la criminalidad hacia la poblacion civil.
    Recordemos el asalto al hospital militar, o la orden absurda de meter maquinaria sobre los pueblos afectados por el terremoto.,Estas acciones CRIMINALES que son tratadas con pinzas por temor de despertar el monstruo de «vas preso».

    Se contrata a dedo, se reparten el botin y nadie puede decir nada,una gabilla gobierna y quieren peregnizarse,

    Existe todo un tinglado internacional armado para la mantenerce en el poder, todos estuvimos advertidos, pero deciamos no, a nosostros, no nos va a pasar como a Cuba…..
    Estos entran democraticamente pero salen con sangre.

    Mala tos te siento Federico

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