Mala praxis gubernamental

Mala praxis es un término que se utiliza para referirse a la responsabilidad profesional por los actos realizados con negligencia. La forma más conocida de la mala praxis es la negligencia médica o mala praxis médica, pero también se aplica a otros ámbitos profesionales como la abogacía, la contabilidad pública, la escribanía, la mala administración gubernamental.

Con él se viene a definir a toda aquella responsabilidad profesional que es consecuencia de que se han llevado a cabo una serie de actos con absoluta negligencia o mala fe.

En varios ámbitos se utiliza dicho término, así es más frecuente hablar de mala praxis médica; empero, no se limita a ésta profesión.

Esta viene a traducirse como el conjunto de cuidados imprudentes, omisiones con culpa o prácticas irregulares con respecto a un humilde ser aún cuando se supone que manifestó poseer los conocimientos necesarios para no incurrir en ello.

Una persona afectada por la citada imprudencia pueda exigir responsabilidades ante la justicia ordinaria. Pero el concepto también es aplicable en otros campos de la vida ordinaria o en el mundo empresarial, financiero y contable.

Tenemos claramente conformado un caso de Mala Práctica con el manejo del actual Gobierno que ha administrado no sólo negligentemente, sino que ha utilizado la malversación de cuantiosas fortunas en darse coba y amasar fortunas personales mal habidas.

Hoy quieren imponer medicamentos mucho más dañinos que la enfermedad que ellos han causado. Las nuevas “Leyes” extorsionadoras que nos van a precipitar en una espiral de estanflación, que significa combinar los términos «recesión» (o estancamiento) e «inflación»; es la situación económica que indica la simultaneidad del alza de precios, el aumento del desempleo y el estancamiento económico, entrando en una demoledora y cada vez más acelerada crisis.

Entre tantas otras cosas, se reimplanta el casi olvidado término “emisión inorgánica” al legalizar la creación de una moneda que actúa como medio transaccional, pero es virtual. Será de fácil comprensión para los que han jugado el famoso juego “Monopolio”; tienes millones, billones de nada. Más contemporáneo es Farmville, con cien mil vacas, miles de hectáreas, silos, castillos, sólo existente en el éter virtual.

Lo proclamado es manifestar que se va a extraer agua de las piedras, lo que teóricamente es posible. Por ejemplo: El yeso, por cada molécula de sulfato cálcico suele incorporar dos moléculas de agua, alrededor del 20% de su peso. Sin embargo, el agua se agotaría al mismo tiempo que el yeso y no sería renovable. El proceso “no es barato, pero sí técnicamente sencillo”.

Un ser mentalmente estable, notaría que hay todavía mucha agua disponible, la cuál de forma sencilla y práctica vendría a saciar la necesidad y a crear más fuentes de producción y bienestar. Empero, deben de tener los ríos la seguridad de una pendiente libre y positiva, que no se pierda más de la mitad en la “absorción” del tránsito y de que exista una segura forma de recuperación.

Rescatemos lo estudiado sobre las “Leyes Físicas de Newton”, vemos que la tercera norma dice: “Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: quiere decir que las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto”.

Apliquemos el concepto: Todo valor que sale del país debe tributar cinco por ciento, entonces debe existir a contraparte de que cada cuantía que ingrese debe recibir un cinco por ciento. No obstante, aplican la Ley del Embudo. Todo para mí.

Igualmente, a través de la vida y el desempeño, labora el sujeto que aporta para que le guarden (ahorren) forzosamente, una cantidad de dinero para subsistir ¿qué base hay para hacer tributar a ésta devolución como si fuera utilidad? Habida cuenta de que se ha ofrecido atención médica, vivienda, vestimenta; para compensar su esfuerzo en la vida.

Basta ya de atracos y exacciones. Ineptos Indolentes, pésimos regentes.