En los 8 años de la revolución ciudadana se ha visto de todo, por lo que ya nada nos deberÃa asombrar. Ningún hecho ni acontecimiento puede ser relevante, es como se dice en el argot popular una raya más al tigre ya no es nada nuevo. No obstante la invitación del Presidente Correa al AsambleÃsta Páez para darse de puñetes, es algo de lo más ridÃculo que con seguridad debe ser un hazme reÃr a nivel local y no se diga mundial.
Un medio de comunicación de la ciudad, recordaba con fechas y detalles las veces que el Presidente ha invitado a irse a los puños a diferentes personajes del ámbito polÃtico y periodÃstico. Hay ecuatorianos que piensan que este tipo de actitudes es sinónimo de machismo, de hombrÃa, de peleador y bacán; el relajoso del barrio que genera un ambiente de zozobra y malestar. Lo aplauden y aupan en su actitud hostil.
En el Ecuador se han multiplicado los casos corrupción, al punto de que en el seno del gobierno y desde el inicio de su gestión ya estallaron situaciones como las de los pativideos, el comecheques, negociados de contrataciones de obras públicas en carreteras, helicópteros Druh, etc. Corrupción por doquier.
Por otro lado, se ha incrementado la delincuencia, al punto de que los medios nos informan a diario de los hechos de sangre que se producen en todo el paÃs. El tráfico de drogas y su consumo ya no es ninguna novedad para los ecuatorianos; que decir del sicariato, que es algo que no se tenia; el secuestro en todas las formas, etc. Somos un paÃs peligroso de visitar.
La justicia en manos de personas cuyos fallos son controvertidos, por sus escasos conocimientos de las leyes y donde jamás podrán dictar un fallo en contra del gobierno o alguna de sus instituciones. Una inseguridad jurÃdica impresionante, que hace que la inversión tanto privada como extranjera sea cada dÃa más escasa.
El paÃs enfrenta una crisis económica de una magnitud antes nunca vista. Se ha venido repitiendo por el gobierno de la revolución ciudadana que la culpable de la crisis sigue siendo la larga noche neoliberal, por lo que es prohibido olvidar. Lo que se viene va ser mucho peor, incrementado por el Fenómeno del Niño y la eventual erupción del Cotopaxi
Si a lo anterior le sumamos un Presidente confrontativo que llega al lÃmite de tratar de arreglar las diferencias polÃticas e ideológicas a base de los puños y de retar a sus adversarios para solucionar hombre a hombre lo que le molesta, estamos realmente en un paÃs comparable a los tiempos del viejo oeste norteamericano.
La imagen que proyectamos a nivel internacional debe ser muy penosa. Debemos estar catalogados como poco civilizados; si el Primer Mandatario, el representante del pueblo ecuatoriano, pretende resolver con los puños los problemas internos de su paÃs; estamos en la lona.
Analistas polÃticos indican que lo que se pretende es una cortina de humo para distraer la atención; parece que no se encuentran opciones o soluciones a la crisis económica y esto afecta al temperamento de quien gobierna al paÃs.
Es deseable que no se repitan este tipo de tendencias, aunque es como pedir peras al olmo. El Presidente ofreció disculpas, principalmente a los jóvenes, pese a que estas debieron ser a todo el paÃs. Se fomenta la violencia más de la que ya existe. No se predica con el ejemplo. Realmente vergonzoso.
Totalmente de acuerdo. Faltó sólo decir q hizo el ridÃculo. ..
Excelente comentario.
Es lo que ocurre diariamente.
Quien respondera por el daño a los niños, adolescentes y mayores, por la facilidad de usar sustancias prohibidas
sin mayor control?
Por ello, siempre debemos decir en coro, PROHIBIDO OLVIDAR.
FELICITACIONES. Anteriormente en otro comentario critique esta situación que nos hace ver como paÃs incivilizado y que la única salida serán los puños para resolver los problemas que solo deben ser resueltos por INTELIGENTES. Es una gran verdad que nuestro paÃs está sumergido en un gran problema económico debido a excesivas obras que no han tenido razón de ser de tanta envergadura. Sumada a esta gran crisis económica, el fenómeno delictivo que por más esfuerzo que hace la policÃa son difÃciles de resolver o de disminuir esta vorágine.