23 abril, 2024

Castillo de Naipes

Un viejo dicho popular dice que: “El que tiene plata hace lo que quiere.” Y es lo que ocurrió con el Gobierno de la revolución ciudadana por el lapso de 8 años en forma interrumpida. Gozaron de grandes recursos como consecuencia de los altos precios del petróleo y de las recaudaciones tanto por el SRI, como por Aduanas. La bonanza se terminó y es tiempo del ajuste.

El gobierno tratando de mantener esa calma que ya nadie le cree, busca que las medidas a tomar para paliar la baja de ingresos vayan por el lado de la “optimización institucional”, que consiste en suprimir o fusionar ciertas entidades del Ejecutivo, sin que cunda el pánico. La Senplades será la que deberá entregar la solución al tema, no obstante que dice que tiene 8 años revisándolo, tiempo en el cual la burocracia ha crecido significativamente.(?)

Algunos economistas han considerado que es muy difícil el no llegar a un despido importante de empleados del sector público. Con la creación de los nuevos Ministerios y Secretarías que suman como 36, los gastos subieron en forma impresionante debido a los sueldos, viáticos, viajes, etc., no se diga los asesores que tiene cada ministro, cuya lista se publicó en un medio de comunicación, dejando boquiabierto a muchísima gente.

La estructura creada por el Ejecutivo parece que se derrumban como CASTILLO DE NAIPES. Es sabido que al castillo si le tocas ciertas cartas corre el riesgo de que colapse, por lo tanto el trabajo de Senplades no será sencillo, tendrá que tocar las instituciones y la burocracia sin causar un caos. No puede disminuir ni militares, ni policías, sin que se le repita un 30S. Por el lado de profesores y médicos, tampoco es muy factible, ya que hay deficiencia de maestros por las tan renombradas escuelas del milenio, y los médicos cubanos no serán regresados a su país pese a que se dice ganan más que los criollos.

En el Sector Público hay aproximadamente 472.000 funcionarios, contando aquellos que tienen nombramiento, es decir los que tienen un poco más seguro la chamba, y los ocasionales que están bajo la figura de Contrato. Los Servidores Públicos agrupados en la Confederación, ya están sugiriendo que el recorte debe ser por el lado de los de contrato, pero el Presidente Correa no está dispuesto a ir por ese camino, le restaría votos y popularidad para las próximas elecciones.

Para que el CASTILLO DE NAIPES no se desmorone, no sólo se deberá recortar por el lado de la burocracia, sino también por las grandes obras proyectadas, algunas calificadas de faraónicas, como el Yachay, la refinería del Pacifico, etc.. Es imprescindible que se de un marco de confianza para que pueda funcionar el Proyecto de Alianza Público- Privado, para que las empresas nacionales o extranjeras estén dispuestas a meter el hombro, de otra forma el panorama se pinta negro, no sólo por lo petrolero a la baja, sino por las cenizas del Cotopaxi y los nubarrones del Fenómeno del Niño.

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Para atender asuntos de mi trabajo profesional viajé a Lima-Perú a la feria de materiales de construcción que realiza anualmente la Cámara de la Construcción del Perú, CAPECO, sus características y presentación es similar a la que se realiza en Guayaquil, exponiendo muchos materiales y soluciones para construir mejor.

Mi estadía en Lima la aproveché para compartir criterios y opiniones con los colegas peruanos, quienes me brindaron una exquisita atención y la oportunidad de compartir y conocer la amplitud de los programas de construcción que existen, lo que hace pensar en la posibilidad de un importante incremento en el desarrollo de la construcción en Lima, que ya bordea los 9 millones de población.

Deshumanizados

Ese es el principal problema de nuestra sociedad. El abierto y profundo proceso de deshumanización en el que todos, en diferentes grados, estamos inmersos. Ya no nos condolemos ante lo que naturalmente debe causarnos dolor. No nos congratulamos ante lo que debería llenarnos de satisfacción. El concepto de felicidad ha variado sustancialmente. No nos sorprenden las aberraciones. No nos indigna la injusticia. Más bien tratamos de sobrevivir en su sistema y en ocasiones nos sometemos a ella. Es más, muchas veces la justificamos.

Hemos perdido la capacidad de reacción. La muerte de un niño con una bala perdida, por ejemplo, pasa al registro de nuestra memoria individual como un dato más cuando debería hacernos llorar. La violación a una mujer muchas veces es noticia que sirve para satisfacer el morbo subconsciente, cuando debería desvelarnos porque la próxima puede ser nuestra hija, hermana o esposa. Tan mal estamos como sociedad que hasta llegamos a admirar la pericia de los narcos en su intento de pasar la droga, la habilidad de los ladrones para sustraerse algo a la luz del día y en la cara de los mismos policías, nos reímos a carcajadas cuando un locutor de radio imitando a un ex radiodifusor que fue tan sabio y apreciado como Pepe Murillo (+), so pretexto de distraer y presentarse como original, manda a fumar marihuana al oyente que llama para contar sus depresiones.

1 comentario

  1. Yo comenzaría por eliminar a la Semplades. Esa tarea de inútiles que se creen imprescindibles. Luego iría por la cabeza del badulaque e incompetente mayor, Rafael Correa. Cortaría el mal por la raíz.
    El parque electorero de R Correa es de casi medio millón de penitentes que se llevan el fruto del trabajo de millones de ciudadanos, que esos sí se mojan a diario la camisa.
    Tenemos más ministerios que la mismísima Alemania, o el gigante Brasil. Tenemos mas impuestos que la misma Noruega, pero con servicios básicos del Burkina Fasso.
    Cuando leí su título, creí que iba a tratar sobre el corrupto ex mandatario guatemalteco, y que le seguirían el psicópara R Correa, y luego el mastodonte con cerebro de rata del Maduro. Pero bueno. Armémonos de mucha paciencia. Buen artículo.

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