24 abril, 2024

Nuestro derecho de Participación

Cada vez que alguien que no es del gobierno habla contra el mismo, es calificado de la oposición.

Si cualquier ciudadano sale en una entrevista, expresa su pensamiento y sobre todo si efectúa alguna acción que no haya sido programada por el régimen, automáticamente se lo acusa de pertenecer a la oposición y debe ser satanizado.

Uno de los más cacareados avances de este gobierno se refiere a la participación ciudadana en el control y la transparencia de todos los estamentos donde funciona el poder del estado.

Se proclama a los cuatro vientos la participación de la ciudadanía en la fiscalización de todos los poderes del estado.

Concursos públicos, elecciones, gestiones de fiscalización etc. se supone que son nuevas  aperturas para que el ciudadano común pueda ejercer su propio control en el accionar administrativo del régimen.

Esta posibilidad resultaría un profundo avance democrático, pero en la práctica solo son un enunciado teórico que fallece con la letra muerta que ha sido escrita por la ingenua ciudadanía.

Todos los organismos de participación y control están ocupados por una mayoría gobiernista.

A quienes sean verdaderamente de la oposición se les niega, descalifica o se les pone trabas a la posibilidad de estar presentes en dichos organismos.

Estos fantasmas burocráticos solo son entidades de nombre que cumplen con el parapeto de constar como una realidad democrática de lo constitucionalmente enunciado, aunque en la realidad solo sirven para que la mayoría representada por el partido político dominante en el poder, pueda opinar, participar y permitir que se haga lo que le convenga al régimen.

Otra de sus funciones es atacar furibundamente a los que sean denominados como sujetos de la oposición.

El hecho de la segregación política existente al no poder participar en forma limpia y democrática en dichos organismos, es una limitación que conculca nuestro derecho de participación ciudadana.

Si escribo un artículo como este para expresar mi punto de vista, estoy ejerciendo mi derecho de participación ciudadana para expresar mi opinión sobre los organismos de participación ciudadana.

En la práctica debería ser de esta manera, pero en realidad el hecho de que no escriba a favor del gobierno, automáticamente me ubica como alguien que pertenece a la oposición y debe ser combatido.

El solo hecho de escribir lo que pienso, me califica de aniñado, hipócrita, violador, pelucón, Cantinflas, chiflado o perro de los socialcristianos.

Automáticamente soy satanizado por no adular ni agachar la cabeza al gobierno.

No pertenezco a ningún partido político, no tengo una ideología sectaria que me encadene y no me debo a ningún líder de ningún partido.

El hecho de que manifieste lo que pienso sobre cualquier tema y a mí manera, es mi derecho constitucional de participación democrática ciudadana.

Debo poder expresar lo que pienso a cualquier precio.

El gobierno tiene la obligación de cuidarme para que yo pueda ejercer ese derecho.

Expresar lo que pienso a favor o en contra del gobierno es mi derecho libertario para ejercer libremente ese derecho.

Nadie puede calificarme de mentiroso, oligarca, pelucón o perro de la partidocracia, solo por el hecho de participar con mi opinión para que sea vigente mi derecho constitucional de ejercer mi participación democrática de poder hacerlo.

Lo que sucede con estos seudo organismos de control ciudadano, es que solo sirven para dar una legitimidad teórica de una actitud autocrática solapada de democracia.

En la práctica es que solo son organizaciones de participación que están llenas de beneficiarios del gobierno.

Coartar la posibilidad de participar y peor evitar la expresión pública del pensamiento libre de cualquier ciudadano, es un acto totalitario.

La expresión libre y voluntaria de lo que pensamos es un derecho constitucional que ha costado sangre, esfuerzo y tiempo en la historia de nuestra república.

Muchos patriotas han muerto para que este derecho se pueda ejercer.

Cualquier gobierno que controle, limite o impida la expresión libre del pensamiento ciudadano es una dictadura que no se debe tolerar.

El alimento del tirano es el silencio del cobarde…

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La realidad educativa del Ecuador presenta un cierto panorama que es necesario asumirlo con algo de objetividad. Nuestra naturaleza nos obliga a tener una visión esperanzadora de los procesos y fenómenos que tienen que ver con el hombre y su accionar social.

Una medida sorpresiva y novedosa en la presidencia de Rafael Correa fue mantener al Ministro de Educación Raúl Vallejo. Ya desde el período anterior le habían pedido hasta la cabeza. ¿Por qué?

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2 comentarios

  1. Una cosa es opinar con altura y buena educaciòn , exponiendo sus puntos de vista lo cual esta garantizado dentro de la libre expresiòn a la que tenemos derecho los Ecuatorianos , y otra cosa es mentir llegando al limite de la calumnia , ofensa y desinformar con rumores sin fundamento. Ahi esta el abuso y la demostraciòn de la tradicional forma de hacer politica de los viejos politicos – No aportan con ideas ni ofrecen alternativas – solo critican por criticar lo que a ellos les parece que esta mal, o les conviene hacer aparecer como malo. – El que siembra vientos cosecha tempestades , y amor con amor se paga

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