24 abril, 2024

¡Bon Voyage! – Buen viaje, muchachos

Un número significativo de jóvenes serán incorporados en estos días. Los futuros profesionales de este país. Los ciudadanos jóvenes que se convertirán en los adultos responsables, que regirán la sociedad que han vivido y desean que sea mejor para su familia, amigos, hijos y nietos, para todos.

Es un largo viaje ¿serio? Ya han pasado 6 años, 13 años en algunos o 16, depende de cuándo comenzó a asistir a un centro educativo; desde maternal o no. ¿Increíble? ahora somos educadores y responsables de niños y niñas desde 2 años hasta los 17 ¿Qué harán nuestros chicos después de tantos años con nosotros? ¿Saldrán bien formados: conscientes, competentes, compasivos y comprometidos con su ciudad, el país y el mundo? ¿No es pedir mucho? ¿no hay una desorientación en los jóvenes, una falta de conciencia de quiénes son y qué quieren? Aunque algunas de las inquietudes planteadas puedan ser reales. La actitud de fondo no puede ser la de desconfianza o falta de esperanza en nuestro propio trabajo.

Hace algún tiempo un joven estaba ultimando los preparativos para un viaje en solitario alrededor del mundo en una embarcación que él mismo se había construido. Todas las personas que lo miraban alrededor de un muelle, expresaban abiertamente su pesimismo, y todas se esforzaban abiertamente en hacerle ver al arriesgado marino la infinidad de dificultades que habría de afrontar: “El sol te achicharrará”, ¡Te quedarás sin víveres! ¡Tú barco no resistirá los embates de una tormenta! ¡No lo conseguirás!

De repente un extranjero oyó todas aquellas desalentadoras advertencias, sintió un irresistible deseo de infundir ánimos y optimismo al emprendedor joven. Y cuando la pequeña embarcación empezó a alejarse del muelle, rumbo al horizonte, corrió hasta el extremo del muelle y se puso a agitar enérgicamente los brazos como si fueran semáforos que deletreaban la palabra confianza. Y gritaba: ¡Bon voyage! ¡Eres un valiente! ¡Estamos contigo! ¡Estamos orgullosos de ti! ¡Buena suerte, hermano! ¡Buen viaje!

A veces en la vida nos encontramos con dos tipos de personas: las que se sienten obligadas en decirnos todo lo que puede salirnos mal cuando nos disponemos a adentrarnos en las desconocidas aguas de nuestra irrepetible existencia; y las que de pie en el extremo del muelle no dejan de animarnos y tratar de contagiarnos la confianza que necesitamos para las aventuras de la vida: ¡Bon voyage!

QUERIDOS NEOBACHILLERES de este pequeño y maravilloso país, te deseamos BUEN VIAJE en la aventura del saber y las aventuras del conocimiento. Saber es VER y Conocer es CREAR. Ver tus posibilidades y realidad; y crear soluciones para el bien de los demás y el mundo. No dudo en que debemos examinarnos educadores y padres. No te hemos exigido lo que deberíamos para sacar lo mejor de ti. Desconfiamos del entorno en que puedas seguir tus estudios, hay tanta maldad, tanta falsedad, tantos peligros, que es casi imposible no ser pesimista. Pero en medio de la oscuridad surge la luz: recuerda Saber es Ver y Conocer es Crear.

Con tus estudios podrás examinar tu vida y ver tus posibilidades, y con tus éxitos en lo académico podrás crear respuestas nuevas a preguntas viejas, horizontes nuevos a laberintos viejos. El joven ante todo despilfarra vida y nos enseña que la persona plenamente viva, viaja, con la certeza, de que si uno está vivo y explota plenamente todas sus dotes y facultades, el resultado será la armonía. La persona viva está abierta a toda la experiencia humana, es viva de mente, porque reflexiona, pues sabe que, una vida no reflexionada no merece ser vivida. Y ante todo una persona viva, ama mucho.

BUEN VIAJE BACHILLERES 2015.

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Yo prefiero el libro impreso.

Vamos a ver porqué.

Más allá del “olor del libro”, como me dijeron mi hijo y una amiga, literalmente me dijeron: “me encanta el olor de los libros”; está el hecho de que lo llevo sin problema a cualquier parte, no necesito electricidad, ni internet, lo puedo subrayar, revisar, guardar, volver a sacar y seguir subrayando.

Y en este punto coincidieron varias personas a quienes pedí su opinión respecto al tema.

Dijeron: “Al libro impreso lo puedo subrayar cuantas veces quiera”.

Canto a mi ciudad hospitalaria

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Salieron de todos los lagos, mares, ríos, riachuelos, cascadas que rodean la ciudad, formando una poderosa columna diáfana e indestructible, que alcanzaba desde la orilla sur del malecón hasta Durán, de orilla a orilla, una distancia como desde la Torre Morisca hasta Pascuales.

El viento acariciaba a todos los desfilantes convocados. Se trataban de miles de pescados: lisas, pargos, corvinas, atunes, caballas, robalos, etcétera; además camarones, langostinos, cangrejos y jaibas que habían resuelto dejar las aguas para desfilar por las calles de la urbe y rendir homenaje a Guayaquil por las fiestas octubrinas. Saludan su grandeza, su historia inolvidable e imprescindible. Su gesta de ciudad que da cobijo a todos los hijos de la patria.

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