16 abril, 2024

Guerras Fraticidas

Al decir los católicos, que creemos en un solo Dios, Padre Todopoderoso… estamos reconociendo que todos los seres humanos somos hermanos, pues tenemos un solo Padre, Creador y Redentor de todos nosotros.

Estamos viendo los criminales asaltos y destrucción, con ataques incluso a Hospitales en la franja de Gaza, los asaltos a civiles en Irak, las condenas por ser de religión diferente, matanzas entre hermanos que no tienen sentido, a no ser por la intolerancia humana. Cómo seguimos destruyéndonos en lugar de aceptarnos, con nuestros defectos y virtudes, con nuestras imperfecciones y aciertos, con nuestros temas e intransigencias, La intolerancia nos destruye y nos convierte en verdaderos monstruos, justamente en lo contrario a lo que Dios, Yawvé o Alá quiere de nosotros.

Dios habló primero con Abraham para hacer un pacto con su pueblo elegido, el pueblo judío, por medio del cual le pidió que le sacrifique a su propio hijo, y al intentar hacerlo Abraham, decidió mandarnos luego Dios a Su propio Hijo, quien vino como Jesús, para llamar ya no sólo a los judíos, sino a todos los paganos y al resto del mundo, y ante la sordera de los humanos, mandó luego Dios a Mahoma, para mover al grupo de los descendientes de Ismael, el otro hijo de Abraham, para cumplir la promesa hecha a él.

Dios es grande y misericordioso y quiere que todos nos salvemos. Por eso nos perdona todo, pero cuánto lo hacemos sufrir cuando nos matamos entre hermanos. Dejemos los odios, los rencores, las envidias, miremos con amor a nuestros hermanos, como el mismo Cristo nos insistió.

¡Que planten las guerras y las crueles matanzas! ¡Veamos a Nuestro Padre en cada uno de nuestros hermanos! ¡Amemos, no matemos! Cumplamos con la voluntad de nuestro Dios. La palabra de Dios es siempre viva y uniformemente misericordiosa, Es la intemperancia humana, la que cambia esta decisión de nuestro Padre, somos nosotros los que por nuestro orgullo o vanidad pretendemos creernos que somos los llamados. Dios ama a todos sus hijos.

Alá, Yawvé, o Dios como queramos llamarlo, quiere que todos sus hijos nos salvemos y nos quiere a todos por igual.

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7 comentarios

  1. ASÍ COMO VAMOS, DESPUÉS DE MUCHOS AÑOS TENDREMOS QUE LUCHAR Y GUERREAR CON LANZAS, PIEDRAS, MAZOS, ETC., LA LEY DE LA SELVA, O LA ERA DE PIEDRA.

  2. Muy buen articulo y le agradezco escriba sobre la problematica de tierra santa que yo siempre he dicho es tierra de sangre lastima que la memoria de nuestro Señor Jesus se arruine todos los dias….nunca ha habido paz en la tierra de la que salen la tres religiones mayoritarias en el mundo.

  3. Tengo que reconocer, que mis estudios biblicos, fueron siempre superficiales. Sin embargo,creo recorder que el «dios»de los Judios _el que luego seria el de los cristianos_ no dejo de ser una divinidad colerica y hasta cruel que «defendia» a su pueblo elegido,ayudandolo en las batallas en contra de sus enemigos aun hasta el exterminio. Con la llegada de la era Cristiana,tal parece ,que la naturaleza de esta deidad se dulcifico,pero con el Segundo enviado, volvio a las andadas. Los seres humanos siempre creemos que lo nuestro es major que lo del progimo y, nuestros Dioses ,no son una ecepcion. Seguiremos matandonos por imponernos hasta que entendamos que el infierno y el paraiso, estan aqui en la tierra.

  4. Usted ha expresado: «al decir los Católicos (Cristianos) que creemos en un solo Dios, Padre Todopoderoso? estamos reconociendo que todos los seres humanos somos hermanos, pues tenemos un solo Padre, Creador y Redentor de todos nosotros», sin embargo y sin duda alguna, está mal interpretando aquello. Quiero decir con esto que, el común de los católicos, considera hermanos, por ser hijos del mismo Dios, a los demás Católicos, pero no a quienes profesan otras religiones. En realidad, todos sabemos y experimentamos que esta «hermandad» es una mera teoría, pues en la práctica no existe, salvando ciertas benditas excepciones.

    Entonces, de qué nos extraña que judíos estén asesinando a musulmanes y cristianos, y estos a su vez a judíos; los unos por consignas religiosas y racistas, otros, por temas de tierras usurpadas y, los demás, como consecuencia de todo lo anterior, realidades que sin duda alguna causan vergüenza y tristeza, más aún cuando nos consideramos hijos de Dios.

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