19 abril, 2024

Correa y el Nuevo Mapa Político Ecuatoriano Parte 2 – Presente Debatido, Futuro Incierto

Después de más 7 años, pareciese casi como si el actual régimen de Rafael Correa nunca fuese a terminar. Es indudable: él está en todo. Natural, pues es el presidente. Pero a diferencia de muchos otros, parece que no se desgasta hasta su caída. Recordemos como Velasco Ibarra, el grande y querido Velasco Ibarra, solo terminó un o de sus cinco mandatos; o a León Febres-Cordero, quien fuera poderoso pero que como presidente vivió con un Congreso haciéndole oposición casi total y un país mucho más inestable que el de hoy. Ambos movían masas y han pasado a la historia, pero nunca tuvieron tanto poder ni lo conservaron como jefes de estado en tanto tiempo seguido y con un apoyo tan leal y esparcido por todo el país como Correa. Mas algo fundamental llevan en común los tres: su frontalidad y genio político.

Así, hoy el Presidente Correa sigue vigente, y recibiendo aun duros golpes como la derrota en ciudades como Guayaquil, Quito, Cuenca, Santo Domingo, Manta y Machala en las elecciones del pasado 23 de febrero, no puede decirse que es exactamente una derrota. Cuando examinamos con detenimiento los resultados, vemos que ciudades como Ibarra, Santo Domingo y Cuenca no han caído en manos de la frontalmente contraria oposición, sino de movimientos o líderes cercanos al gobierno. En los dos primeros casos, gana el socialdemócrata y pro-oficialista Partido Avanza, cuyo líder es el Ministro de Industrias, Ramiro Gonzáles. En el caso de Cuenca vence la alianza regional Participa-Igualdad, que aunque por el lado del Prefecto reelecto Paúl Carrasco (Participa) haya oposición al gobierno central, el también reelecto del período 2005-2009 Marcelo Cabrera (Igualdad) ha expuesto su deseo de colaborar con el gobierno como alcalde. Más aún, el Presidente Correa ha dicho que Cabrera es un amigo y que incluso le propuso alguna vez que se una a Alianza País.

A pesar de todo, AP perdiendo, o gana o se mantiene. Según los conteos hasta el 27 de febrero, las tendencias apuntan a que los alcaldes Rodas y Cabrera van a gobernar con minoría en sus Consejos. En otras ciudades, como Guayaquil, aunque pierde por una buena cantidad y no va a alcanzar más de 5 concejales (si es que no gana menos), alcanza alrededor del 40% de la votación para la alcaldía, lo que significa que AP es fuerte en Guayaquil; aunque fuerte en un aparente dualismo entre la popularidad y el electorado de Correa y Nebot, algo ciertamente peligroso para ambos lados.

Pero lo que puede ser el factor más grande para que esta llamada “victoria de la oposición” se pueda convertir en victoria pírrica: la propuesta tanto de Avanza como del vuelto a la vida Partido Socialista – Frente Amplio para una alianza con el oficialismo. Y esto va más lejos cuando consideramos también la llamada del PS-FA para la formación de un “Frente Amplio de Izquierda”, una extensión hacia los gobiernos seccionales de una alianza ya existente en el Legislativo, donde el oficialismo tiene el poder absoluto para hacer y deshacer. Predecir si esto va a tener implicaciones mayores, va a ser otra efímera alianza al estilo del viejo Congreso Nacional, o si va a quedar solo en propuestas sería más audaz que certero.

Lo que sí es seguro es que la “Revolución Ciudadana” mientras cede, gana terreno en los números. Entre las más de 20 alcaldías socialistas, los desde 30 o hasta más de 40 municipios de Avanza y las decenas y decenas de cabildos que estarán bajo Alianza País, fácilmente se rebasan por una buena cantidad el 50% de gobiernos cantonales. Con las prefecturas ocurre algo parecido. Sí se llegase a concretar esta triple alianza de izquierda, más las ramificaciones de la influencia de Correa, seguiremos viendo fuerte y estable la administración de Rafael Correa por un buen tiempo. Aún así, ¿qué el mismo AP ceda terreno ante sus coidearios no significaría en sí una especie de derrota para este movimiento y su líder, considerado su principal candidato así no corra por ningún cargo? ¿Será una señal de desgaste? Eso solo lo sabe por ahora cada votante para sí. Solo nos queda por el momento saber que el mismo Señor Presidente ha admitido que casos como el de Quito han sido un duro revés.

Pero eso sí, no olvidemos que muchas victorias de estas fuerzas políticas se dan más en el sector rural que las ciudades. Esto conjuga también con los resultados para las prefecturas, pues en provincias cómo Pichincha, Guayas y Chimborazo, gana la oposición en las capitales pero los Prefectos hasta ahora resultan de Alianza País. Eso genera otra pregunta: ¿la victoria en número de cantones se traduce en un gran número de votantes para las elecciones nacionales? Eso depende. Porque aunque tal vez puedan perder los candidatos de País, no significa necesariamente un rechazo al Presidente y su proyecto. Un ejemplo sería de nuevo Guayaquil con su dualismo Correa-Nebot. Sí la oposición, especialmente los nuevos actores políticos como CREO y Suma, usa el terreno ganado con ética y responsabilidad como una base firme para posicionarse en el tablero político con sus tesis y propuestas, estos pueden convertirse en futuros grandes adversarios para Correa, País y sus aliados. Sobretodo para sus líderes Guillermo Lasso y Mauricio Rodas, con gran futuro político.

Las verdaderas grandes victorias de la oposición son, entre otras, en las alcaldías de Guayaquil, Quito, Manta, Machala, Portoviejo y Riobamba, urbes con una importancia electoral mayor. Mientras que en las prefecturas de las más importantes son las de El Oro y Loja. También cabe resaltar la rotunda derrota de País en Tulcán y el Carchi, frente a fuerzas locales. Pero incluso así, el Presidente no tarda en responder, refiriéndose a algunos alcaldes de estas ciudades, los de Suma, como gente amiga del régimen e incluso en el caso aparte del Puyo, cuyo alcalde también es del movimiento de Rodas, habla del alcalde electo como un “médico comunista”, lo que sería incohorente para tal movimiento. Esto que ha dicho el Primer Mandatario no lo puedo corroborar, pero es muestra junto a explícitas declaraciones de que el está consciente de la idea de derrota del régimen, y aunque admite reveces la rechaza. Él declara ha su movimiento la primera fuerza del país. Y ciertamente aún lo es. Pero como el mismo Correa ha dicho, este y el próximo año serán difíciles para la economía, y ya sabemos que eso es peligroso para cualquier gobierno. Para mí, la clave para la futura estabilidad está en mayor apertura de la economía, y una solución sana pero determinada contra el déficit y las deudas.

Con estos datos y estas interrogantes, conociendo nuestro pasado y debatiendo nuestro presente, vamos hacia el futuro, bajo un régimen que no parece ver su ocaso, en un país que ya es diferente pero que integralmente no ha cambiado mucho. Y lo digo por esto: a mi parecer Ecuador se aqueja de sus problemas socio-políticos por varias razones que se mantienen desde el pasado. Tres de estos: caudillismo, populismo y demagogia, ya los trate en la primera parte. Aunque bajo el correísmo han decaído un buen número de los partidos que la practicaban mucho, personalmente percibo a estos en nuestro actual gobierno, sobre todo el caudillismo, pues es innegable que Rafael Correa es el pilar y la fuerza central de Alianza País y sus masas populares. Sostengo que una de las mayores herencias que nos dejará su gobierno será haber barrido en gran parte el viejo tablero político y generado nuevos espacios para que surjan nuevas alternativas. Y tengo la esperanza de que estas sean más serias, honestas, y fundamentadas en valores y principios que las de antes.

Conservando lo bueno, solucionando lo malo, protegiendo al indefenso, buscando acuerdos y llamando al servicio y la entrega a cada familia y cada ciudadano de la nación, y así avanzaremos.

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