20 abril, 2024

Correa y el Nuevo Mapa Político Ecuatoriano Parte 1 – Del Ayer al Hoy

No hay duda: Ecuador ha cambiado desde que Rafael Correa llegó el poder. Pienso que es una de las cosas en que opositores y partidarios podemos estar de acuerdo con más facilidad. La discordia viene cuando nos preguntamos que tan para bien o que tan para mal. Pero en lo que yo, opositor moderado como me considero, voy a ahondar es en los cambios mas objetivos y evidentes a mi parecer, tanto como en las consecuencias en el presente y a futuro para el país. Mi objetivo es exponer los cambios que el país ha vivido y lo que podrían causar, tomando en cuenta opiniones de oficialismo y oposición, no atacar ni apoyar al actual gobierno. No

Desde la vuelta a la democracia con Jaime Roldós en 1979, hasta la llegada de Rafael Correa al poder en 2007, Ecuador estuvo dominado en gran parte por ciertos partidos políticos bien establecidos que se mantuvieron al frente del acontecer político nacional, acompañados por otros partidos que o bien no duraron, o bien tuvieron un fugaz protagonismo. Protagonistas de esta época fueron el Partido Social Cristiano, la Izquierda Democrática, el Partido Roldosista Ecuatoriano, y luego también la Unión Demócrata Cristiana (antes Democracia Popular), el PRIAN y el Partido Sociedad Patriótica. Otras fuerzas como el Movimiento Popular Democrático y Pachacutik tuvieron fuerte presencia social. Y al preguntarnos: ¿qué tienen en común?, descubrimos en varios de ellos la claves de nuestra política hasta este mismo día: caudillismo, populismo, demagogia y hasta la falta de claros principios ideológicos en la práctica en distintas formas en varios casos.

Sobre el caudillismo, los líderes de los partidos, con su carisma y habilidades, eran quienes arrastraban la votación y daban vida a sus movimientos. Cuando se iban, sus tiendas políticas, sino encontraban nuevos líderes, iban a su muerte. Sino, ¿qué ha sido del PSC más allá del alcance de Nebot, Falquez y otros luego del deceso de León Febres-Cordero, del PRE desde el último exilio de Abdalá, del PRIAN con la decadencia de Noboa, y así del PSP con la de los hermanos Gutiérrez? Y junto a estos podríamos citar ejemplos casi perfectos de antes en el tiempo, como por ejemplo el CFP, que sin Guevara Moreno, Jaime Roldós y Assad Bucaram vio su presencia hacerse casi nula, tanto como el del Velasquismo, tumbado sin Velasco. De la demagogia, eterna enemiga de la democracia, es y sigue siendo nuestra vida política ejemplo. Por la falta de educación es que los votantes han sido y pueden ser todavía presas de la “politiquería”, escogiendo por locuacidad y carisma antes que por la seriedad de las propuestas y la calidad personal de los candidatos. Finalmente el populismo es el conjunto de estas dos prácticas llevadas al encuentro con las masas.

El pueblo durante el tiempo se fue defraudando de los políticos se fue hastiando de las viejas prácticas, buscaba cambio, y esto hizo al país aún más ingobernable; cuya ya difícil gobernabilidad se veía evidenciada en la frágil relación Ejecutivo-Legislativo, tres golpes de estado y el vaivén de las incongruentes alianzas congresiles. Era una bomba de tiempo. De esto el presidente Correa es, tanto resultado como responsable de su consumación.

Correa surgió y se aseguró el poder cuando los principales actores políticos estaban desgastados, muertos o apartados de la vida pública. Con su carisma, juventud y propuestas revolucionarias atrajo a las masas que se identificaron con el, viendo en su “Revolución Ciudadana” la materialización de sus anhelos: el deseado cambio, la esperada “segunda independencia”, el triunfo del pueblo sobre la partidocracia corrupta y la oligarquía, y así. Habiendo destapado una olla de presión popular, logró obtener, y aún conserva, una fiel masa de partidarios en cada rincón del país; aunque con evidente desgaste en ciertos sectores, pues las elecciones del 23F demuestran probablemente menos incondicionalidad para con su proyecto. A pesar de esto es fuerte su apoyo popular. Apoyo sustentado en medidas y megaproyectos aclamados en materias de educación, turismo, vialidad, mejora en la eficacia estatal, seguridad social, economía popular y salud, que son anunciados por una maquinaria propagandística inigualable y un carisma en su persona que nos es sino la mejor campaña permanente, le da un escudo fuerte a las variadas denuncias de la oposición: falta de fiscalización, excesiva burocracia, represión contra los medios y los opositores, actitud agresiva, ataques a la libertad de expresión, malas medidas económicas, etc.

Cuando el presidente Correa entró en el poder no tardó en actuar: destituyó a decenas de diputados del impopular Congreso Nacional, llamó a Consulta Popular para una Asamblea Constituyente y se mantiene todavía de elección en elección, de sabatina en sabatina, valiéndose de esto para sostener su vigencia y darse buena oportunidad de réplica. La arrolladora cantidad de asambleítas constituyentes de AP dejo claro el cambio en marcha: estábamos llendo del estado de ingobernabilidad multipartidista y sus pactos al otro extremo que es el virtual unipartidismo. Sus expresiones duras y audaces decisiones conquistan a un pueblo que ama a los líderes fuertes. Con el apoyo sin precedentes de las masas se vuelve contra viejos aliados y se convierte en el verdugo final de muchos partidos y movimientos nuevos y viejos a lo largo y ancho del campo de batalla político y va convirtiéndose en el influyente Jefe de Estado cada vez más presente en cada rincón del sistema. Ahora las viejas influencias sobre las Cortes mueren con una reforma y la Asamblea Nacional está bajo una mayoría absoluta abrumadora. Es casi innegable el actual poder de la influencia de Correa y su constante injerencia, sobre todo en el Legislativo. Cualquier cosa más allá sería inferir, impropio si no lo puedo demostrar o negar.

Así, la Revolución de Rafael Correa, quien sin duda ya entró en la historia del país, rompió en muchas cosas con el pasado, en otras tal vez no. Pero lo ya pasado esta para meditarlo y buscar un mejor futuro en nuestro constante presente, pues ya pasó. En la segunda parte de este artículo trataré los resultados de las elecciones del 23 de febrero y el futuro bajo y después de Correa bajo mi óptica para ustedes.

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¿Qué se necesita para vencer a Correa?

El paso arrollador del actual presidente se fundamenta en un vacío político causado por el agotamiento de la ciudadanía en ese sistema de partidos políticos que se asfixió a sí mismo. Y Correa estuvo en el sitio indicado en el momento indicado. Su buena estrella le ha acompañado y la caja fiscal ha sido abundante como para crear un sensación de ubicuidad y de transformismo que lo vende como revolucionario de izquierda sin realmente serlo. Su popularidad se sustenta en su infinita capacidad de trabajo; en mantener un sistema de subsidios dados por un Estado paternalista, y finalmente por un hábil equipo que ha sostenido la publicidad de su imagen por encima de todos los ecuatorianos usando el dinero de ellos. No ha tenido que usar siquiera los gastos reservados para impulsarse, pues este concepto ya es exiguo y anticuado; tiene todo el presupuesto a su entera disposición. Es así como Rafael Correa llega a la tercera reelección con una sólida comodidad cargado de herramientas como para vencer en la primera vuelta. Entra a la carrera electoral con la cancha inclinada a su favor, los árbitros a su entera conveniencia y con veintiocho jugadores o ministerios dispuestos a obedecerle a ciegas por miedo de que les caigan a palazos. Al otro lado unos siete o nueve jugadores o candidatos aglutinados por las circunstancias, vestidos con distintos uniformes improvisados y sin un capitán que los oriente o guíe. La pregunta consiste en saber si es correcto pensar que uniendo con pegamento siete o nueve posibles candidaturas, se forma una. Realmente lo dudo.

2 comentarios

  1. QUITO ES LA CIUDAD MÁS POBLADA Y GRANDE DEL PAÍS. QUITO: JUNTAS ELECTORALES. 6.363; GUAYAQUIL, Juntas Electorales: 6.303. QUITO: LA CIUDAD MÁS GRANDE DEL PAÍS!! RODAS, CON MENOR PORCENTAJE DE ADHERENTES, tendrá más votos que Nebot, y Barrera, igualmente, con inferior porcentaje, más que Viviana Bonilla. Hay más votantes en Quito que en Guayaquil. En este momento: Quito, votantes: 1.355.732. Rodas:736.254 (58,70); Barrera: 475.464 (37,91%); Guayaquil, votantes: 1.292.147. Nebot: 720.768 (59.51%); Bonilla: 473.551 (39,10%).

  2. Esta versión del artículo publicado NO es la final. Puede haber errores que llevan a malinterpretaciones como el «No» al final del primer párrafo.

    Disculpas a los lectores por el error.

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