25 abril, 2024

Perdón Sra. Jessica, Perdón

¿Cuál fue el pecado grande qué pudo haber cometido esta joven mujer a quien el padre de sus hijos al intentar matarla le corto las manos?¿cuál fue su maldad para que este salvaje individuo le haya cercenado las manos?¿qué fue lo que ella hizo? Pero acaso ¿hizo algo ella?

Este brutal ataque demuestra una vez más que la mujer en nuestro país esta desamparada ante tantas ideas de supuesta superioridad masculinidad. Los hombres seguimos dominando, no hemos aprendido a amar, tememos al amor y solo sabemos que con la mujer lo importante es el placer, el dominio, mantenerla, los hijos. No nos podemos someter a ellas, el sometimiento es debilidad y los hombres no podemos ser débiles. Las relaciones afectivas hombre-mujer están marcadas por la debilidad: no para aprender a amar y vivir con libertad y creatividad.

“Soy tuyo, soy tuya”, nos decimos mutuamente. Débiles en el dar, en la generosidad, en desprenderse ante cualquier intención de dominar, vencer, aun creemos que nuestras relaciones están marcadas en una batalla de sexos, de ganadores y perdedores. Ante la imposibilidad de descubrir para qué estamos verdaderamente juntos ocurre la violencia. Violencia de hombres contra mujeres, violencia de mujeres contra hombre. Violencia de mujeres contra mujeres, y de hombres contra hombres. Aquí todos estamos practicando el terror como forma de comunicarnos y manifestar decepción. Lo oculto de nuestra sociedad es nuestra mentira para vivir. Podemos vivir mintiéndonos en todo y de todas las cosas. No hemos aprendido a descubrir la verdad y vivir con ella. La verdad es algo amorfo que no importa si no la dices, y no importa si nunca la vives. Vivir es algo que no acaba nunca, siempre tengo tiempo y nunca pasa algo nuevo. Por eso se miente y se vuelve a mentir hasta que desaparece la verdad y solo hay mentiras.

Tras este crimen horrendo con esta muy digna mujer, quien es madre, amiga, hermana, como todas las mujeres que nos rodean y que nos aman, nos cuidan, nos amamantan cuando nacemos, nos cuidan cuando enfermamos y que cuando le ofrecemos nuestro amor nos ofrecen su cuerpo para ser tocado, olido, amado, tomado como el más grande néctar del paraíso y que luego nos premian con la alegría de los hijos y que hoy al parecer esta consideración de su valor, respeto, de su inmensidad, ha desaparecido. Yo si creo que somos los hombres quienes debemos salir a pedirle perdón a la mujer sin manos. Sus manos son nuestra indiferencia para aprender a ver a la mujer, desde los pies hasta la cabeza tal como es, ni objeto sexual ni enemiga ni motivo de nuestras iras y amarguras. Somos los hombres ser los primeros en aceptar que frente a la mujer somos machistas, dominadores, groseros, avezados, incivilizados en aprovecharnos de su supuesta inferioridad, nos vemos fuertes, aguerridos, inderrotables por eso le levantamos la mano o el fuete o el puño o el machete para expresar nuestra violencia no comprendida, no resuelta. La violencia viene del miedo, y hay que aprender a verse con miedo, a aceptarlo para tener claro que la mujer no es mi violencia, para la mujer mi amor, mi pasión, mi fuerza para llevarla al altar, levantar nuestro hogar.

Perdón Sra. Jessica Ruiz, si pudiera encontrar al individuo que la ataco lo haría, pero la policía esta encargada y en estos días lo encuentran en la ratonera que se encuentra y lo apresará y los jueces lo harán pagar por daño inferido. Pero aun así perdóneme, porque soy hombre y un hombre lo hizo y este infame ha dado un mal ejemplo puede que otros lo hagan aunque eso no debe ser un pretexto para continuar haciendo daño, también de lo malo podemos aprender lo bueno. Me duele esto que ha acontecido, porque todo esto ocurre cerca de mi, de donde vivo, de donde viven otros hombres y otras mujeres y las cosas se repiten sino se las para ¿alguien parara esto? ¿Qué Dios tiene que venir para recordarnos que hay que amar al prójimo tanto como a si mismo?

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El Guayas y los esteros

A nuestro juicio la parte más importante del paisaje natural y urbano de la ciudad de Guayaquil son la Ría (Río Guayas) y los Esteros. Aguas en movimiento que conllevan nuestras formas de expresión y de ser. Que, quizás, son génesis de nuestra idiosincrasia e inspiración. Que son parte fundamental de la conformación, silueta y expansión de la Ciudad. Son emblemáticos.

Estos elementos provocan temas que van desde lo poético y político hasta lo sanitario pasando por lo musical y lo romántico. Otorgan carácter a la Ciudad y sus ciudadanos, humedecen la temperatura y forman parte del ecosistema.
El Guayas:

Formado por la confluencia de los ríos Daule y Babahoyo se extiende frente a Guayaquil en una gran sábana gris que se dirige al mar, llevándole sus arenas para endulzar sus aguas. Originalmente recibió buques de buen calado. Fue escenario de transacciones comerciales, de paseos domingueros, de carruajes y tranvías, de veleros y de muelles Hoy día los barcos no pueden entrar. El Río está sin profundidad, lleno de arena que debe ser drenada y sus aguas contaminadas que deben dejar de ser tóxicas.

2 comentarios

  1. Ud DOUGLAS es lo que se podria decir un hombre definido y autentico ademas salvo de complejos y con una vida limpia, se ve y se nota por medio de este estupendo humano y muy varonil artculo! Dios quiera encuentren al infeliz monstruo de la camada de camargo para que la ley le haga caer el peso de la justicia a este diablo de de vida escabroosa!

  2. Está carta debería ser publicada en todos los medios escritos y hablados, difundida por las redes sociales, tal vez así muchos Hombres «ciegos que no ven» tomarían algo de Conciencia acerca de su comportamiento con las mujeres que lo rodean.
    Educar es el Reto! Debemos educarnos en el Amor, en el Respeto a las mujeres. Difundamos este editorial tan frontal y educativo señores.

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