25 abril, 2024

La casa de Isaac Newton

Opticks

Hay veladas ociosas a las que resulta relativamente fácil acceder, tales como un partido de fútbol, un mitin político; otras, que no lo son tanto, por ejemplo, el concierto de música clásica del primer día del año en Viena; y existe un tercer grupo de este tipo de eventos a los que es imposible entrar de manera lógica y real y precisamente a uno de estos espectáculos es donde quiero invitaros el día de hoy, así que aparcar la razón y la realidad durante unos instantes que nos vamos a colar en la casa de Isaac Newton para confundirnos entre sus familiares y más allegados, encerrados todos ellos en una habitación oscura de la vivienda, un día determinado entre los años 1670 y 1680, desde aquí no atino más con la fecha.

Todos en silencio, no hay que llamar la atención ni molestar al maestro, que en estos momentos está haciendo un boquete en la pared, resulta curioso comprobar cómo sin taladro eléctrico hacían los agujeritos en esa época, ¡sorpresa!, a través de él está pasando un rayo de luz solar en forma de hilillo luminoso y ahora qué, pues ahora me pregunta Isaac si he traído el prisma, ufff menos mal que no se me ha olvidado.

Y ahí tenemos al fenómeno, descomponiendo la luz blanca a través de la varilla de cristal de forma triangular, en los siete colores: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta. Hay comentarios para todos los gustos, desde los partidarios de las apariciones marianas que bautizan el evento como la aparición de la virgen de los siete colores, jóvenes mozas que acercan sus manos para verse sus uñas policromadas, viejos incrédulos y atemorizados que ven la obra de Lucifer, hasta el propio Isaac que en un inglés tímido y arcaico que apenas alcanzo a entender, nos dice “uff y todo este jaleo para solo siete colorines”.

Mientras la mayoría estamos estupefactos, Newton ensimismado en su monólogo particular nos comenta que los colores son ondas de luz, corpúsculos más pequeños que los átomos. Bueno, yo creo que en agradecimiento por habernos permitido asistir a este evento hemos de decirle la verdad a Newton y que las ondas de luz no solo son partículas pequeñas sólidas sino también ondas electromagnéticas y que los distintos colores son manifestaciones de longitudes de onda diferentes, así empieza por la luz roja que tiene la mayor longitud de onda pasa por la verde y acaba con la azul que tiene la longitud de onda más corta. Newton agradecido nos invita a una copita de licor de malta y a debatir sobre los colores. Pues vamos a ello.

Por qué el tomate tiene el color que tiene? Hoy en día nadie se hace ese tipo de preguntas, pues antes de terminar de enunciarla está sonando el móvil o una alarma del ordenador nos avisa o un comentario en el wassap nos sorprende, pero como estamos donde estamos sí que podemos decir que al ser iluminado, el tomate absorbe todos los colores del espectro salvo el rojo que refleja, a consecuencia de lo cual lo vemos de ese color. Siguiendo con ese criterio entendemos mejor por qué en los lugares calurosos las casas son blancas.

El blanco es la mezcla de todos los colores que al ser todos reflejados permite que el interior de la casa esté fresquito. Isaac vuelve a sentirse agradecido y nos anima a que le ayudemos a pintar la vivienda de negro, pues hace mucho frío donde viven, sí porque otra copita de malta no creo me entrara.

Ahora, mucho mejor, más calentitos. Hay personas, incluso ilustradas, que asumen que el color ejerce una poderosa influencia sobre las mentes y las emociones. Yo no dispongo de la ilustración suficiente para valorar si están o no en lo cierto, pero no está de más mencionar algo al respecto, describir algunas cualidades de estos colores por si en algo nos puede beneficiar.

Sí es verdad que hay gente que entiende que el color es un modo de vibración de la luz y que toda materia irradia luz y como tal, emite radiaciones y vibraciones permanentes que nos afectan. Y si es así, cada color tiene asignado una serie de atributos que podemos mencionar.

El amarillo es el símbolo de la mente e inteligencia. “Por eso los actores son tan inteligentes”, nos comenta Isaac que un tal Moliére, conocido director teatral francés, falleció hace poco interpretando como actor la obra suya “el enfermo imaginario” y que dado que su personaje iba con un traje de color amarillo, desde entonces, los actores evitan ese color para la indumentaria.

El rojo es el símbolo de la vida, la fuerza y el vigor; el rojo claro revela ambición, generosidad y afecto pero su exceso significa propensión a la fuerza bruta; será por eso que los toros enfurecen al divisar el intenso rojo del capote de su matador y es que los colores claros y brillantes simbolizan buenas cualidades, mientras que los oscuros y jaspeados denotan defectos.

El naranja es el símbolo de la energía; si es claro traduce salud y vitalidad y si es oscuro, orgullo.

El verde es el símbolo de la armonía y la simpatía y representa el plano mental superior; si es brillante significa don de palabra y si es oscuro, engaño.

El azul simboliza la inspiración y la devoción; está unido a la naturaleza espiritual; si es un azul brillante denota lealtad y sinceridad.

El añil representa la autodoctrina, la sabiduría y la santidad y el violeta es el símbolo de la espiritualidad.

Permitamos a los colores expresarse por sí mismos, comprobemos si realmente afectan o no a nuestras emociones. Cerremos los ojos, en paz y en silencio y visualicemos un campo inundado de abetos y al fondo, la puesta de un sol que irradia sus rayos destellantes sobre una capa de nieve blanca; unos rayos que se funden desde el naranja hasta el azul del cielo, pasando por el amarillo y el verde de los abetos. D

el horizonte cuelgan unas cuantas nubes doradas cuya disposición recuerda una guirnalda, una corona repleta de flores de todos los colores que acaba reposando sobre nuestra cabeza…..

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Iba en el taxi rumbo al aéreo puerto de Ezeiza en Buenos Aires, de vuelta a casa, y alcancé a ver en una esquina a una mendiga, pobre mujer que a pesar de su miseria me pareció ser muy organizada. En la esquina que aparentemente es “su casa”, tenía unos cordeles amarrados en sus extremos, de donde colgaba su ropa en completo orden. Tenía también grupos de periódicos colocados a los lados de la vereda, unas cajas y un tapete (en el que ella estaba sentada). Frente a ella, el momento en que la vi, había una maletita en la cual apoyaba unos cuadernos. En una de sus manos tenía un libro y en la otra mano un lápiz. Alcancé a ver que la mendiga leía luego subrayaba. Nunca es tarde para estudiar, pensé y no existe lugar inapropiado si queremos superar nuestras limitaciones.

Mi lugar para superar las limitaciones estaba a punto de ser abordado: el avión.

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