25 abril, 2024

Daniel Camargo Barbosa

El 13 de noviembre del año pasado se recordaron 17 años de la muerte del más grande criminal de nuestra historia: Daniel Camargo Barbosa, hecho para reflexionar. Este sujeto apareció en nuestro país en 1984, el 12 de diciembre; se presentó una denuncia en una comisaría, de la violación de una niña de 11 años a quien trató de ahorcarla. Fue el primer registro que se tuvo de su inicio delictivo.

De 55 años, colombiano, violó y mató a 71 mujeres a lo largo del país en catorce meses. Fue asesinado el 13 de noviembre de 1994 en su celda, por un recluso de 29 años. Fue enterrado en la fosa 798 del cementerio El Batán de Quito.

Un diablo como ese fue sutil y habilidoso en el don de la palabra, dominaba a sus víctimas presentándose como un viejo patuleco, pobre, que les pedía a las chicas que lo acompañaran a entregar un dinero a la iglesia porque él no conocía la ciudad; para convencerlas no usaba violencia, las subía a la ruta CLP que hacía el recorrido a Pascuales desde el parque La Victoria para llevarlas hasta la vía a Daule, donde se bajaban en ese tiempo era zona inhóspita y cometía el delito. ¿Actúo solo? ¿Acaso encubrió a los verdaderos asesinos? La imprescindible investigación hecha al criminal por el doctor Óscar Bonilla, psiquiatra prominente quien lo investigó, entrevistó; prueban que Camargo seguía su propio plan del mal.

La brillante investigación del psiquiatra permitió a la policía agarrar al criminal quien ante tanta presión ya había huido a Quito para luego regresar a Colombia. Fueron dantescas las escenas cuando en compañía de la policía y los medios de comunicación iba a reconocer los sitios donde había enterrado a sus víctimas. ¿Por qué ese asesino apareció en nuestra ciudad? ¿Qué lo atrajo hasta aquí? Regó con su violencia algunas ciudades del país; su maldad no tuvo límites. El eco de las víctimas engañadas retumba en nuestra memoria.

El doctor Rómulo López Sabando siendo presidente de la Asociación 25 de Diciembre de familiares de las víctimas, se convirtió en vocero del dolor. ¿Está curada nuestra sociedad de las consecuencias de esos hechos? Si reflexionamos viendo el presente, hemos pasado de los crímenes de Camargo, a los asesinatos a esposas, amantes, por parte de hombres celosos. La violencia la continuamos, se mata, agrede y usa desde combos. Nuestra sociedad no está curada de esa enfermedad social; de continuar sin enfrentar este fenómeno, las próximas generaciones seguirán practicando la violencia, porque es compulsiva, siembra hábitos. Este tipo de violencia es tratada como privada, es cubierta por la familia, no es tratada puertas afuera; entonces la víctima resulta el victimario a quien hay que estar dándole segundas y terceras oportunidades; y toda esta violencia ocurre frente a hijos menores de edad, que se crían viendo estos hechos como “normales”.

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  1. muy bueno me gustaria que publicaran mas informacion por ejemplo fotos de las victimas,cuando fue capturado etc se lo agradeceria mucho

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