28 marzo, 2024

Meter la mano

Uno de los principios de la administración de justicia consagrados en la Constitución, es que “los órganos de la Función Judicial gozarán de independencia interna y externa”, y que “toda violación a este principio conllevará responsabilidad administrativa, civil y penal de acuerdo con la ley”.

En este sentido y por la crisis que existía en la función judicial, el soberano se pronunció en la Consulta Popular del 2011 a favor de “meter mano en la justicia” con la finalidad de reestructurar el sistema judicial.

Públicamente varias autoridades han manifestando que “el Gobierno Nacional intenta que existan manos limpias en la justicia”, garantizando la independencia de la función Judicial a través de concursos de méritos y oposición para que esta noble labor sea administrada por los mejores, asignando para tal tarea, importantes recursos económicos, con el fin de erradicar de la justicia aquella imperante presión a los jueces, cumpliendo de esa manera con el mandato soberano.

Frente a estas esperanzadoras expresiones, los ecuatorianos deberíamos sentirnos tranquilos de que ahora sí tenemos un sistema de justicia independiente, donde no se mete la mano ni se presiona a quienes tienen la noble tarea de suministrarla, sin embargo la percepción general no es esa.

En Guayaquil, cada vez más personas acuden al centro de Arbitraje de la Cámara de Comercio a dirimir sus diferencias, por la confiabilidad e imparcialidad que este centro de solución alternativa de conflictos brinda a sus usuarios, quienes tienen la certeza de que siempre el veredicto será en derecho.

Frente a esto, resulta necesario y urgente ofrecer mejores garantías para que los jueces puedan ejercer su trabajo de manera independiente y sin miedos, pues funestamente continúan existiendo personas que tomándose arbitrariamente el buen nombre de “ciertas autoridades”, pretenden ejercer presión sobre jueces en casos particulares, situación que claramente contradice la ley, la constitución, y la Justicia.

Ante esta realidad, se vuelve una necesidad que el presidente del máximo organismo del sistema judicial, aliente públicamente a los operadores de justicia a que denuncien estos hechos, pues hasta ahora nunca he escuchado que algún valiente juez denuncie a quienes tratan de meter la mano a la justicia.

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  1. Mientras exista la mente corrupta de los que se creen amo y dueños del país, jamás se logrará tener una justicia imparcial, yo creo que el problema no está en las sábanas, sino en quién se acuesta. El problema es genético, de genes, lo que quiero decir que es la humanidad la corrupta, lógicamente que caerán justos por pecadores, pero como sucedió en Sodoma y Gomorra, si encuentras 50, se salavarán, si hay 40, se salvarán, si hay 30 se salvarán, si hay 20 se salvaran, si hay 10 se salvaran, si hay 5 se salvaran, si HAY UNO se salvaran, al final salió Lot y su familia, pero su mujer desobedeció y se convirtió en estatua de Sal. Sodoma y Gomorra, CHAO. Eso va a pasar nuevamente con la humanidad desecha por la corrupción y el diablo que puede más. Ojalá en algún momento se den cuenta del mal que nos están haciendo y podamos enderezar nuestras vidas hacia nuevos horizontes.

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