¡Más respeto!

Si bien es cierto que los accidentes de tránsito se han reducido notablemente desde la entrada en vigencia de la Ley Orgánica de Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial, esta suerte no es igual para ciclistas y motociclistas para quienes las calles siguen siendo una amenaza.

Hemos visto en los diferentes medios de comunicación como conductores irresponsables han atentado contra la vida de varios deportistas, lo cual ha ocasionado el público rechazo de la ciudadanía, pues ni las figuras de TV se han salvado.

El pasado jueves 16 de mayo en la ciudad de Guayaquil, un compañero motociclista fue embestido por un vehículo que no respetó las señales de tránsito, y segó la vida de un ser humano, que era hijo, esposo, pero sobretodo padre de tres pequeñas, para quienes su querido papá ya no regresó más del que era un paseo por la ciudad, debido a la de negligencia, imprudencia, e inobservancia de las leyes de tránsito de un conductor que hoy se encuentra preso por el delito que cometió, y esperamos que sobre él, se aplique toda la severidad de la ley.

Es importante que las autoridades recuerden que la mencionada Ley contiene todo un capítulo dedicado a la prevención, en donde se prohíbe conducir de modo negligente o temerario, disponiendo al Director Ejecutivo y directores provinciales de la Comisión Nacional de Tránsito, que elaboren programas y campañas de prevención que tiendan a formular soluciones y acciones para la reducción de la accidentabilidad.

Empiecen como es su deber, una campaña de más respecto hacía los motociclistas, pues existen miles en las calles para quienes una moto es su instrumento de trabajo y el sustento de sus familias, ya que su economía no alcanza ni siquiera para un carrito de segunda mano. Recuérdenles a los conductores de automotores, las sanciones que implica no mantener la distancia prudente, utilizar el celular mientras conduce, el cambio brusco o indebido de carril, así como el olvidarse de utilizar las luces direccionales antes de efectuar un viraje o estacionamiento, y lo letal que puede ser para quien va detrás, sin la protección de una carrocería.

Atentar contra la vida de motociclistas, ciclistas o peatones es un delito penado con prisión, y el propietario del vehículo es solidariamente responsable de los daños civiles.

Señores conductores ¡Más respeto a los motociclistas!