23 abril, 2024

El pega mujeres…

En la vida tenemos que actuar dentro de los parámetros establecidos para aquello que
representamos. Debemos ser mucho más cuidadosos en nuestro accionar, si personificamos con nuestro cargo a
un país mediante nuestra imagen.

Un cardenal de la iglesia católica por ejemplo, no puede estar ebrio y farreando con dos
prostitutas en una discoteca. Él no se representa así mismo. Con su investidura simboliza a la iglesia y con su accionar es el símbolo de lo que este cuerpo colegiado significa.

Un policía que cuida a un banco no puede ayudar a robar el mismo banco a los ladrones.

Un embajador ha sido noticia mundial por haberle dado golpes a una mujer en un supermercado. Independientemente de quién sea el agresor o el agredido, un funcionario que ostenta la representación nuestra, no puede actuar por sus propios intereses y peor caerle a golpes a una mujer por muy agredido que se sienta.

Actuando en nuestra representación, debió usar su inmunidad diplomática para hacer que los guardias de seguridad lo protejan de la agresión que supuestamente recibía. Los de seguridad debieron contener a la agresora hasta llamar a la policía para que sometan a la supuesta pendenciera y no permitan que le caiga a golpes al funcionario. Por último si este era el golpeado, haciendo uso de su superioridad física masculina, debió inmovilizar a la mujer para evitar la supuesta golpiza hasta que llegue la policía.

En los videos se vio una mutua agresión. Tanto el embajador como la mujer se golpearon. Aquí no se juzga quién agredió primero, sino la insólita respuesta de un representante de nuestro país que al golpear a una mujer nos representa a todos.

En otras palabras cuando golpea a esa mujer, la golpea en nombre de todos nosotros.

Sobre este hecho, los prepotentes tratarán de justificar lo injustificable. Dirán que este individuo que nos avergüenza al representarnos; se defendió. Esto solo son patrañas para tratar de justificar una acción injustificable que demuestra los salvajes instintos de quién la ejecuta.

Quisiera ver que conducta tendría cualquiera de los defensores de los pega mujeres, si en algún
supermercado del país estuvieran en una fila junto a su madre, esposa, hija o hermana y miran
como el embajador del Perú le cae a golpes a cualquiera de estas mujeres.
No creo que se queden sin hacer nada para permitir esta brutal golpiza. Tampoco creo que después de consumada la infame agresión, justifiquen la conducta anormal del embajador que golpeó en sus narices a quienes debieron defender.

Psiquiátricamente se explica el apoyo que alguien le da a los pega mujeres, como un apoyo que
viene de quienes también le pegan a sus mujeres y por eso los comprenden, se identifican con
ellos y los justifican.

¿Qué le parecería a nuestro funcionario si las cosas fueran al revés?

¿Qué diría si en el mismo supermercado un peruano le hubiera dado una golpiza a su hija o su
mujer?

¿Ustedes creen que posteriormente hubiera justificado públicamente la bárbara acción del
peruano que masacró a su hija?

La respuesta es obvia: ¡Jamás!

Recuerdo que en el colegio le decían marica a los que pegaban a las mujeres.

No existe para mí una razón válida de ninguna clase, que justifique el cobarde ataque de un
hombre cuando golpea a una mujer.

Es tan inadmisible esta bestialidad para cualquier sociedad civilizada, que para castigar este hecho
criminal se crearon las comisarías de la mujer en muchos países.

En la norma legal que rige el funcionamiento de estas dependencias, no consta la excepción del
castigo para los embajadores que pegan a las mujeres.

Sea embajador, cardenal, policía, doctor o lo que sea, el que agrede a una mujer debe ser
castigado por la ley. En el código civil o penal no se contemplan excepciones de inmunidad para el macho funcionario
que apalea a las mujeres.

Solo en la mente de un agresor pega mujeres, se concibe la justificación del estúpido accionar de
otro agresor pega mujeres.

Lo sucedido es una vergüenza para la patria.

Constituye un hecho bochornoso que debe ser repudiado por todo ciudadano que haya tenido a
una mujer como su madre.

Es una conducta bestial que proyecta los sentimientos perversos de quién es capaz de golpear a
una señora en representación nuestra.

Por eso siempre digo, que la inteligencia es lo que nos diferencia de los animales y aquello que nos
hace iguales a las bestias.

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No hay comentarios

  1. Ud. le ha dado la explicación profesional que yo esperaba, a ese incidente bochornoso sucedido en Lima.
    Bastante tinta ya se ha gastado escribiendo sobre el tema. En efecto, los defensores del embajador marica, resultan ser aquellos que justamente están acostumbrados a faltarle el respeto a las mujeres, y seguramente a caerles a trompones y patadas, pues probablemente fue lo que vieron en sus hogares destruidos cuando eran niños.

    Yo lo había puesto sobre la cuenta de la imitación. Me decía que ese individuo lo que trató fue de imitar en la patanería a sus jefes, para mejor halagarlos, por una reaccion de mimetismo.

    Ahora ya lo tengo más claro. Gracias Dr Palacios por su excelente artículo.

  2. Mas claro no canta nadie;lo dicho: estamos regidos por seres incapaces de distinguir entre el bien comun y la conducta personal o la relacion que ambas tienen. No es una cuestion de bochorno tan solo,no. Recordemos que el patan de corondelec es el primer insultador ,entonces, que podemos esperar de sus servidores?.

  3. El instinto de defensa opera para ambos, desgraciadamente fue nuestro Embajador el protagonista de este incidente casero,no olvidar que mantenemos con Perú viejas rencillas y las estamos olvidando, pero cualquier alerta en este mundo globalizado exacerba loa instintos reprimidos, es cultura.

  4. Muchas gracias senor Palacio por tan buen articulo, no solo porque soy mujer sino porque el medio hombre que protagonizo este vergonzoso hecho es como usted dice un representante de nuestro pais.

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