25 abril, 2024

Necesaria Depuración

El presidente Rafael Correa se ha
referido a la necesidad de entrar en un proceso de depuración de la función
legislativa. Las razones están más que justificadas, pues salvo honrosísimas
excepciones de distinguidos legisladores, existen los que no solo nos
avergüenzan, sino los que, además nos decepcionan y no nos representan.

El retraso en la aprobación de leyes votadas como necesarias por el pueblo
ecuatoriano y la presentación de proyectos triviales e inconstitucionales, son
algunas de las causas por las cuales es ineludible un saneamiento
parlamentario. Nosotras las que somos madres, vimos con dolor como
algunas asambleístas defendían el derecho a abortar como algo natural, y
luego como se habló de niños inocentes como “los hijos del “PRE”, y que no
sabrían que hacer con ellos.

Indistintamente de nuestras preferencias ideológicas y políticas, de las agendas
propias que tienen ciertos asambleístas,
y de las acciones legales interpuestas, los niños, como grupo de atención
prioritaria no solo merecen nuestro respeto, sino también nuestra protección,
razón por la cual aquellas infelices y desacertadas declaraciones solo
cosechan nuestro repudió. Con los niños siempre se sabe que hacer, pues
todos merecen respeto, protección y amor.

El escaso nivel de preparación requerido para ser Asambleísta, solo puede derivar
en lo que vemos: errores garrafales y proyectos en función de vanidades personales, como
afirmativamente lo menciona el primer mandatario. Por ello, los partidos y
movimientos políticos responsables, no pueden seguir presentándonos como
candidatos a personas sin preparación y sin ética, pues de la calidad de la
legislación depende el futuro del país.

Insisto, no es suficiente tener nacionalidad ecuatoriana, haber cumplido dieciocho años de edad y estar en
goce de los derechos políticos, para poder representar al soberano y legislar
expresando nuestra voluntad; por lo que quizás a estas alturas del partido, es
una excelente idea el Código de Ética sugerido por el presidente para regular
conductas inapropiadas de ciertos asambleístas, entre ellas: el no trabajar y el
no fiscalizar.

Por estas razones y muchas más, yo estoy de acuerdo con la
necesaria y urgente depuración en la actual Asamblea Nacional.

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  1. Saludos. Efectivamente, la calidad de nuestros actuales Asambleístas, anteriormente Diputados, es realmente deplorable. Yo recuerdo, que en el año 1978 o 1979, cuando tenía 24 o 25 años, y se dio inicio a la actual etapa ?democrática?, quienes intervenían en las Sesiones del Parlamento o Congreso, hoy Asamblea, constituían verdaderos monumentos oratorios, con mucha calidad,claridad, sapiencia, y vasto conocimiento. Obviamente existían las excepciones, que confirmaban la regla. Varias décadas atrás, el Congreso debió ser un epicentro de cultura, conocimiento y buen gusto.Lástima que no lo viví.

    Doña Diana nos escribe en este artículo, una justa, clara y evidente aspiración de quienes deseamos una Patria mejor, una sociedad mejor, unos ciudadanos mejores, unos representantes colectivos mejores. Sin embargo, la triste y cruel realidad determina que escribe sobre una utopía, sobre una fantasía, sobre una ilusión, sobre algo que debería ser, pero no es, ni será.

    La razón? Vivimos una ?democracia? representativa, donde se elige a nuestros representantes por una ?mayoría? de votantes o electores, quienes concurren (su gran «mayoría») únicamente, por la imposición, la obligación de obtener el famoso e inútil certificado de votación.

    Y quienes son la ?mayoría?? Dentro de nuestra sociedad, la ?mayoría? son quienes se encuentran abrumados por la miseria, indolencia, ignorancia, desconocimiento, incultura, irresponsabilidad. Son quienes se encuentran marginados de los beneficios de la ciencia, la cultura, el conocimiento, la educación, y de los valores intrínsecos como ser humano. Y son ellos quienes determinan y eligen con su ?voto? a las autoridades y dignatarios del Estado, obviamente dirigidos por una «minoría».

    Voto optativo? Por supuesto, ya que quienes concurran a las urnas, para ejercer su ?derecho? (obligación) al voto, serán precisamente quienes se interesen por la suerte de este País. Serán quienes tengan capacidad de discernimiento, razonamiento, evaluación y criterio formado.

    Voto optativo será de una minoría? Efectivamente, ya que es la ?minoría? la precisamente rige los destinos de un Estado.

    Y que pasa con la ?mayoría?? Nada, absolutamente nada, ya que dicha ?mayoría? no existe, no representa nada. Su aportación al desarrollo del estado será como siempre ha sido: trabajo y más trabajo. Eso sí, esta ?mayoría? tiene suma importancia para los agitadores asalariados, de cualquier facción o color político, cuando sus consignas son la desestabilización, el caos, la anarquía, el tumulto, la algazara.

    Dejo claramente establecido que esta reflexión no es invento nuevo ni es de mi autoría: La historia y sus grandes transformaciones sociales, para bien o para mal, está forjada por los grandes movimientos de masas (mayoría), conducidas siempre por gente de una ?minoría? interesada de mantener o crear beneficios, sean personales o de grupo.

    Por ello, no considero procedente la ?depuración? deseada por Doña Diana, porque llegaremos a lo mismo, porque será la ?mayoría? quien elija a sus representantes, que posiblemente son iguales o parecidos a quienes conforman esa ?mayoría?: Saltimbanquis, bailarinas, payasos, bufones, pateadores de pelota, farándula, crónica rosa, husmeadores, paparazzis, ?famosos?, entre otros personajes descollantes por sus banalidades, superficialidades, e intrascendencias.

    Por lo menos para nuestro Ecuador, debe desaparecer la pomposa ?Asamblea? o cual sea en futuro nombre que le otorguemos a este conjunto, reunión o concierto de ?representantes del pueblo?, electos por la votación de la ?mayoría?, para que ?legislen? y ?fiscalicen?. Caso contrario, que sean electos mediante votación NO OBLIGATORIA.

    Napoleón Sotomayor

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