25 abril, 2024

Domenico Gaetano Maria Donizetti

Más conocido como Gaetano Donizetti fue un compositor italiano de óperas muy prolífico, conocido principalmente por sus obras L’elisir d’amore, que contiene la famosa aria “Una furtiva lágrima”; Lucia di Lammermoor; La fille du régiment, que contiene la famosa aria, tormento de los tenores “A mes amis” y La favorita. Aunque su repertorio de compositor abarca un gran número de géneros, incluida la música religiosa, cuartetos de cuerda y obras orquestales, es sobre todo conocido por su obra lírica, componiendo hasta 75 óperas.

El más joven de tres hermanos, Donizetti nació el 29 de noviembre de 1797 en una zona suburbana de Bérgamo, Borgo Canale, ubicado cerca de los límites de la ciudad. Su familia fue muy pobre, sin tradición musical. Su padre fue el conserje de la Casa de empeño del pueblo. Donizetti fue niño cantor, aunque sin la mayor relevancia; sin embargo en 1806 fue uno de los primeros pupilos en la escuela Lezioni Caritatevoli, fundada por Simon Mayr, párroco de la iglesia principal de Bérgamo, que fue también compositor de óperas exitosas, en Bérgamo, gracias a una beca. Recibió formación integral en las artes de la fuga y el contrapunto, y fue aquí donde empezó su carrera operística.

Por lo general se divide su producción musical en tres períodos. El primero, durante el cual se dio a conocer mediante sucesivos estrenos en varias ciudades italianas, comenzó en 1818, cuando se presentó su primera opera, Enrico, Conde di Borgogna, en Nápoles y continuo hasta 1830. Luego de algunas composiciones de menor orden bajo la comisión de Paolo Zanca, Donizetti escribió su cuarta ópera, Zoraïda di Granata. Este trabajo impresionó a Domenico Barbaja, prominente administrador de teatros, quien le ofreció un contrato para componer en la ciudad de Nápoles. Escribiendo también en Roma y Milán, Donizetti logró algún éxito

El segundo período se inicio con el resonante éxito de Anna Bolena en 1830, cantada por la soprano Giuditta Pasta y el tenor Giovanni Rubini, las super estrellas de la época. Premiada en Milán, marcó una década de su dominación total de la escena italiana, que siguió a la prematura muerte de Bellini, mientras la pluma de Rossini se llamo voluntariamente al silencio. Poco después de L’elisir d’amore, una comedia producida en 1832, considerada una de las obras maestras de la ópera cómica, Donizetti compuso Lucrezia Borgia en 1833 la cual le representó otro gran éxito. Lucia di Lammermoor, escrita en 1835 y basada en la novela de Sir Walter Scott, La Novia de Lammermoor se convirtió en su más famosa ópera, y una de las más altas enseñas de la tradición del bel canto. A medida que fue creciendo la popularidad de Donizetti, fueron aumentando sus compromisos, siendo contratado para escribir en Francia y en Italia.

El tercer período comenzó alrededor de 1840 cuando se muda a París, luego de que el censor italiano objetara la producción de Poliuto en Nápoles (basado en que tal tema sagrado era inapropiado para el escenario). Estrena en París Les martyrs, versión francesa de Poliuto y La fille du régiment, en el mismo año de 1840. Esta última se convirtió en otro gran éxito. Don Pasquale, se estrenó en el Teatro de los Italianos de París el 3 de enero de 1843, siendo la última de las grandes óperas bufas italianas. Fue compuesta cuando Donizetti acababa de ser nombrado director musical de la corte del emperador Fernando I de Austria, y Don Pasquale fue su ópera número 64 de las 75 que compuso en el espacio de sólo 12 años.

La esposa de Donizetti, Virginia Vasselli, dio a luz a tres hijos, de los cuales no sobrevivió ninguno. Antes de cumplirse un año de la muerte de sus padres, murió también su esposa víctima del cólera en julio de 1837. Para 1843 Donizetti mostró síntomas de sífilis y probablemente de bipolarismo. Luego de ser ingresado en 1845, fue enviado a París, donde pudo ser atendido. Tras recibir la visita de varios amigos, incluyendo Giuseppe Verdi, Donizetti regresó a Bérgamo, su localidad natal, donde murió el 8 de abril de 1848, en la casa de la noble familia Scotti, tras varios años de ser presa de la locura. Fue enterrado en el cementerio de Valtesse, aunque a finales del siglo XIX su cuerpo fue transferido a Bérgamo, a la Basílica de Santa María la Mayor, cerca a la tumba de su maestro Johann Simon Mayr.

Hasta el resurgimiento del bel canto tras la Segunda Guerra Mundial, Donizetti fue conocido sobre todo por dos obras: su tragedia Lucia di Lammermoor, y su comedia L’Elisir d’Amore. En el repertorio de hoy en día, éstas acompañan muchas veces otras de sus óperas, serias y cómicas. La primera categoría tiende hacia los temas pseudo-históricos tan en boga en el momento, fascinándolo especialmente la remota Inglaterra: Anna Bolena, Maria Estuarda y Roberto Devereux, todas estas óperas retratan a gobernantes ingleses, y en dos de ellas aparece Isabel I. Lucrezia Borgia, situada en Italia, y La Favorita, situada en España, siguen en la misma línea de dramatización de personajes de la vida real, afición popularizada por Sir Walter Scott, cuya novela “The Bride of Lammermoor” fue la fuente de inspiración para Lucia.

Terminemos esta pequeña biografía de Donizetti diciendo algo sobre la velocidad con la que escribia sus operas. Se dice que su obra maestra Lucia de Lammermoor la escribió en tres semanas, el Elixir en dos. Existe la anécdota de que cuando alguien le contó que Rossini habia escrito El Barbero en sólo 15 días, Donizetti contesto” “No me extraña, siempre supe que Rossini era algo vago”. El que estos músicos compusieran tan rápidamente no significa que sus operas no están tan bien trabajadas como las de otros. La prueba es como han perdurado en la historia y en los gustos del publico. La procesión va por otro lado

En primer lugar hacían uso del “pasticcio” en otras palabras, tomar partes de otras de sus propias operas anteriores que quizás no tuvieron tanto éxito para utilizarlas en las nuevas. Ejemplo de ello es la Obertura de El Barbero de Sevilla de Rossini y la barcarola de L’elisir d’amore de Donizetti.

Pero en mi modesta opinión hay otras razones que vale destacar. Rossini, Donizetti y hasta cierto punto Bellini, lo tres belcantistas, no se preocupaban de si la historia los iva a recordar por cada una de las notas que escribieran en el pentagrama. Esta conciencia de trascendencia, que es hasta cierto punto paralizante y lleva a una perdida de creatividad, nace a partir del Romanticismo (aunque los primeros compositores románticos aun no se contagiaron) y dura hasta nuestros días.

Por otro lado, nosotros juzgamos el tiempo según nuestro actual estilo de vida y la forma en que la tenemos organizada. Probablemente, a todos, tres semanas se nos pasan volando. Pero en una época en que la gente no hacía otra cosa que trabajar en el oficio elegido, no tenían radio, televisión, cine y todos los elementos de distracción que ahora tenemos; inclusive no se bañaban ni se cambiaban de ropa tan a menudo como ahora lo hacemos, ni salían a pasear en carro, etc., tenían todo el tiempo del mundo para componer. ¡Y cuando componían, su única ocupación era componer!

A aquellos que quieren explorar este bello mundo de la opera, les recomiendo que inicien su recorrido con estas tres operas “buffas” de Donizetti: L’elisir d’amore, La fille du régiment y Don Pasquale

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