25 abril, 2024

Los hijos se van, las madres se quedan

GRACIAS A AURITA, una amiga que nos deleita con su belleza humana y nutre nuestro espíritu cada semana con oraciones, power point, vídeos, reflexiones, etc. Comparto hoy, en HONOR A TODAS LAS MADRES ACTUALES Y POTENCIALES, LOCALES Y MUNDIALES, esta reflexión sobre los hijos, lo más bello que pudo hacer mamá, el ser co-creadora con Dios para dar vida, y desde allí agasajar a todas las madres con un gracias por estar ahí, por permanecer siempre a nuestro lado, por ser guía, consejera, amiga y el manantial de ternura que los hijos buscamos siempre, después de nuestros viajes, caídas o éxitos. FELIZ DIA DE LA MADRE. GRACIAS MAMÁS.

LOS HIJOS SE VAN, hay que aceptarlos con esa condición, hay que criarlos con esa idea, hay que asumir esa realidad. No es que se van. LA VIDA SE LOS LLEVA, (están hechos para crecer y volar). Ya no eres su centro. Tienes que haber cuidado sus raíces y podado sus alas. No eres propietaria, sino consejera. No diriges, aceptas. No mandas, acompañas. No proyectas, respetas. Necesitan otras perspectivas, otro amor. Necesitan alas y volar muy alto. Ya les crecieron raíces y maduraron por dentro, (gracias a tus cuidados, querida Madre).

Buscarán su amor que los respete, que quiera compartir sin temores ni angustias las altas y las bajas en el camino, que les endulce el recorrido y les ayuden en el fin que desean conseguir. Y esa primera experiencia, podrá ser equivocada. Tendrán la sabiduría y la fuerza para sortearla. Así, como otro amor llegará para compartir sus vidas en armonía. Ya no les caben las raíces en tu maceta, ni les basta tu abono para nutrirse, ni tu agua para saciarse, ni tu protección para vivir. Quieren crecer en otra dimensión, desarrollar su personalidad, enfrentar el viento de la vida, a la sombra del amor y el rendimiento de sus facultades. Tienen un camino y tienen que explorarlo. Lo importante es que sepan recorrerlo. Tienen alas y quieren abrirlas. Lo importante es el corazón sensible, la libertad asumida y la pasión a flor de piel bien llevada. Que la rienda sea con responsabilidad y la formación llena de luz.

Tú, (querida madre), permaneces, te quedas dentro, en el cimiento de su edificio, en la raíz de su árbol, en la corteza de su estructura, en lo profundo de su corazón. Tú (te) quedas en la estela luminosa que deja el barco al partir, en el beso (y la bendición) que le mandas, en el pañuelo que le despides, en la oración que le sigue, ¡en la lágrima que lo acompaña! Te quedas siempre en el interior (de tus hijos), aunque cambies de lugar.

Haz de su vida tan feliz, que cuando partan (los hijos) solo piensen en regresar (recordar los tallarines, el arroz con estafado de lengua, los postres, en especial el queso de coco, de mamá, con su ternura, consejo y la alegría de toda la familia alrededor de la mesa), aunque sea para tomar su mano y estar junto a ti.

DISFRUTA TUS HIJOS MIENTRAS PUEDAS. GRACIAS MAMÁ. FELIZ DÍA.

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