20 abril, 2024

¡Gracias hijos! ¡Hijas!

Evocando los arrebolados cielos por las auroras que significaron en mi vida los alumbramientos de cada uno de ustedes, hijos míos, quiero decirles, igual que aquellos días, que con vuestro padre los tuve por primera vez entre mis brazos, siento el placer infinito de tenerlos todavía.

Seres germinados en mis entrañas con la savia de amor del hombre de mi vida quiero, por el maravilloso milagro de ser madre que me dieron, decirles: ¡Gracias!

¡Gracias hijos! ¡hijas! Porque el amor de vuestras tiernas vidas me convirtió en caja de ternura, para poder arrullar vuestro días y las noches con cánticos de cuna-unos aprendidos u otros inventados-acompañados de las caricias de sus manitas suaves.

¡Gracias hijos por darme la dicha inigualable de vuestros balbuceos y primeros pasos.

¡Gracias hijos! ¡hijas! Por calmarme la angustia y la agonía cuando sanaban de un dolor o un quebranto.

¡Gracias hijos! ¡hijas! Por haberme dejado ser niña cada vez que jugaba con ustedes y solíamos correr entre las flores, queriendo alcanzar mariposas y luciérnagas.

¡Gracias hijos! ¡hijas! Porque me hicieron sabia, aprendiendo en ustedes las cosas necesarias para ser una buena madre.

¡Gracias hijos! ¡hijas! Por hacerme creadora de sueños y fantasías, para contarles los mil cuentos, a mi modo.

¡Gracias hijos! ¡hijas! Porque pudo ser maestra vuestra, al enseñarles las primeras letras y darme la alegría de oírles leer en las páginas del libro, verles escribir en sus cuadernos y sumar los numeritos con los dedos.

¡Gracias hijos! ¡hijas! Por darme el placer de llevarlos cogidos de la mano por calles, caminos, bosques, ríos y montañas.

¡Gracias hijos! ¡hijas! Porque aún crecidos, nos echamos juntos a mirar el cielo y las estrellas para contarnos nuestras horas cotidianas.

¡Gracias hijos! ¡hijas! Por las reuniones de domingos y diciembres, más las fiestas de familia, que son un mundo de amor inigualable.

¡Gracias hijos! ¡hijas! Porque se dejaron guiar, reprender y enderezar cuando se doblaban.

¡Gracias hijos! ¡hijas! Por compartir éxitos y fracasos juntos.

¡Gracias hijos! ¡hijas! Por ayudarme a ser como soy, por no contarle el camino a mis ansias de luchar y de vivir.

¡Gracias hijos! ¡hijas! Por hacerme importante en vuestras vidas, aún en los años que yo tengo.

¡Gracias hijos! ¡hijas! Por venir en busca de “la palabra sabia” forjada en la experiencia de la vida.

¡Gracias hijos! ¡hijas! Por ser fieles esposos y esposas, amantes padres y madres de sus hijos.

¡Gracias hijos! Hijas! Por darme el maravilloso don de ser abuela, por dejarme ser maestra y amiga de mis nietos.

¡Gracias hijos! ¡hijas! Por amar a vuestro padre, el hombre de mi vida, por quien tuvieron esta madre.

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