Pensar o Sentir

El cerebro es el único órgano de nuestro cuerpo que se estudia así mismo.

En la complejidad de lo que constituyen las especies inteligentes como las más perfectas maravillas creadas en el universo, siempre me he preguntado qué gobierna a los seres humanos… ¿la razón o el corazón?

La inigualable maquinaria neuronal está integrada por un complejo sistema especializado de células, en cuyo interior se desarrollan permanentes intercambios químicos que dan como resultado una función intelectiva que se puede medir por los cambios eléctricos que se detectan mediante el fenómeno de la transducción.

Este intrincado sistema operativo de ilimitada perspectiva en el perfeccionamiento de la raza humana, es resultante del proceso evolutivo de nuestro cerebro que desde su inicio hasta hoy, se lo reconoce como el responsable de la capacidad intelectual del animal pensante.

Todos los procesos intelectivos son complejos y el resultado de la polifuncionalidad del sistema nervioso central. Son posibles gracias al altísimo grado de especialización de las neuronas que conforman regiones con funciones específicamente individualizadas.

Así, el lóbulo frontal sirve para pensar, moverse y hablar. Todos los procesos del pensamiento e ideación, desde el análisis de un estímulo cualquiera hasta la elaboración de la más complicada respuesta frente al más complejo de ellos, nacen, se desarrollan y terminan como ideas generadas y desarrolladas en esta región.

En el lóbulo temporal está la conducta, el control de los impulsos, el juicio, la memoria, el afecto, la agresividad y la sexualidad. La región parietal es la zona donde se integra la sensibilidad y lóbulo occipital es donde se materializa la visión.

En la actualidad el cerebro funciona solamente con el ocho por ciento de su capacidad total. En el ochenta y dos por ciento que no usamos, se encuentran funciones mentales aún no desarrolladas como la telepatía, telekinesia, la premonición, el pensamiento hologramado y la tele transportación.

Es seguro que en el futuro con el desarrollo completo, el ser humano no necesitará hablar para comunicarse, ni vehículos para transportarse y podrá visualizar su futuro. Todos estos procesos superiores se originarán como resultado de las funciones altamente desarrolladas de los hemisferios dominantes de las personas. Para los diestros el cerebro pensante y mandante es el izquierdo y para los zurdos el derecho.

Sin embargo, el cerebro no dominante, es decir el no pensante, es el afectivo o de los sentimientos.

Todos los sentimientos y las emociones que nos modulan los razonamientos se encuentran en regiones no tan exploradas del sistema nervioso central como la de los hemisferios contra laterales al hemisferio dominante.

Por eso, mi cerebro al estudiar a mi cerebro se plantea la gran pregunta: ¿somos más pensamientos que sentimientos?…

¿Quién nos gobierna?… ¿La razón o el corazón?

Por ejemplo…nuestro cerebro puede hacer razonamientos encaminados a establecer que no se debe matar y sin embargo, en un ataque de celos se puede matar sin haberlo planeado.

Eterna lucha entre el razonamiento y el sentimiento. El ser humano piensa más de lo que siente o siente más de lo que razona.

Una madre al parir da a luz a un niño con un retardo mental profundo. El cuerpo del niño está deforme y sus extremidades torcidas y sin dedos. El cerebro de la madre le dice que es mejor que el niño se muera porque con su discapacidad tendrá menos oportunidades en la vida y sufrirá. Pero con su inconmensurable amor de madre lo amará desde el primer instante de su vida y luchará hasta entregando la propia vida para que el niño viva.

Quienes nos gobiernan… ¿los pensamientos o nuestros sentimientos?

Pensar y sentir… vivir.

Siendo creados a imagen y semejanza de Dios, somos iguales a él.

Si el Creador es el amor materializado en la energía del cosmos. También es el principio universal más evidente, claro y sencillo de todo lo creado. El común denominador a todas las especies pensantes es el amor.

Un principio tan universal como el querer, solo puede ser de beneficio positivo para todos.

Viéndolo en las acciones que mueven al universo, somos mucho más corazón que razón sin duda alguna.