El Voto Blanco del Camaleón

Domingo en la mañana: ver las elecciones dónde los Asambleístas escogerán entre cumplir su función de legislar con independencia a favor del ecuatoriano o seguir siendo borregos complacientes.

Con grandes poses de maestro griego, abre la boca un ciudadano y, por la forma con que mueve su lengua, larga y pegajosa, representando la facultad de cambiar de color según las condiciones ambientales, pienso en un Camaleón; con la disculpa de este animal.

Qué lo llevará a hablar así: ¿Aceite rodado? ¿El puestito para el cuñado? ¿Premio de una palmadita y una galleta?

Las inconsistencias dialécticas se presentan en tres sabores: Errores de léxico, errores estúpidos, y praxis ilógicas.

¿Se ha cambiado el canal y pasado a algún concurso de baile o de sumisión? Porque el nombre que escucho es del bailarín hipnotizado que ha interpretado roles según lo han conducido; desde operetas a salsa verde.

Sí, es él mismo. Dado que en el único chequeo de votación válido el resultado le es adverso, a su pasito yes-yes lo anula.

Las acciones de hombres pueden ser tan tontas y obvias que si no puedes determinar que con sofismas te están engañando, te puedes parecer igual de estúpido.

Lamentablemente, no toda la gente quiere saber si un mandado es infiel ¡al fin, podría perder el bono, o los abalorios con que los contentan!

El Teatro del Absurdo, término acuñado por Martin Esslin, es un teatro que se caracteriza típicamente por obras que tienen acciones ilógicas, diálogos sin sentido y alguna parcela de la realidad. Se torna el mal circo en un Teatro del Absurdo.

La atención que debería estar centrada en salvar la nacionalidad atrapada en una situación absurda e ilógica, se direcciona a acomodarse y el actuar de una politiquería sucia.

Loas a una dictadura derivada de una democracia falseada. De una justicia que a propósito se le impuso términos y ejemplos malsanos; de un pueblo sometido a una delincuencia desbordada por el auspicio que recibe de los malos manejos estatales.

Un costo de la vida en continua alza por disposiciones de protección a unos pocos favorecidos a quienes premian por su ineficiencia, repitiendo ¡calcando! los factores de un recontra fracasado modelo cepalino.

La gran amenaza del Emperador aterró a varios ineptos ¡la tan repetida Muerte Cruzada!, de la cual están conscientes de que ni su familia votará por ellos, por haber arruinado al país.

Un Ecuador que cuelga del delgado hilo dependiente del precio del petróleo.

Un país dónde siempre fue afectado por la malhadada corrupción pesetera y que hoy en día se ha vuelto el “gran negocio”, muy bien protegido, de los “Decretos de Emergencia”, del mal uso de las normas de compras gubernamentales y del terror de la falta de respeto a las leyes.

Los corruptos de hoy ya no son “los del contrabando científico”, del reparto de la tajada, el saludo con un billete… Hoy son Doctores del atraco con títulos de sexta y séptima categoría.

Ya ni son los nacidos en este hermoso Ecuador los que se “cuadran”, ahora son la escoria que viene importada o introducida para saquear las arcas y corromper el alma sana del cholo, indio, negro, meztizo…

En los próximos días, quizás al momento de la publicación de esta opinión, todavía haya tiempo de salvar el prestigio de, cuando menos dos estamentos del Estado.

Los estaremos mirando, tarde o temprano pedirán nuestro voto. No recibirán ni yucas.

Y aquél que tanto se llena su boca con lo de la “Muerte Cruzada” debería pensar en “BUTTE DU LION”, COLINA DEL LEÓN en castellano. En este escenario se desarrolló el 18 de junio de 1815 la famosa batalla de Waterloo, donde se enfrentaron 188.000 soldados, entre franceses, ingleses, prusianos, holandeses y belgas. Al perder los franceses frente a los aliados de Europa, supuso el final del imperio de Napoleón.