18 abril, 2024

¿Otra Crisis del mundo Árabe? III

Rally for Libya

DEL PANISLAMISMO AL PANARABISMO… Como que la visión actual de las cosas apunta a que el planteamiento debería ser lo contrario. Pero los hechos evidencian otras perspectivas. El mundo árabe destinado al conocimiento de la ciencia y la filosofía, un tiempo después de la conquista de las huestes de Mahoma, desde La Meca hasta España, ladeando el norte de Africa (siglo VII), había concluido mucho, pero mucho antes de la toma de Granada en 1492, contra los restos de la imposición imperial musulmana.

Las luchas intestinas dinásticas habían permitido, la presencia, por expansión territorial, de la administración socio política de los turcos… A partir, prácticamente, del siglo XIII, los pueblos árabes hasta hace poco portadores del mando y el orden, pasaron a integrar el pluriétnico Imperio Turco Otomano, hasta su derrumbe a inicios del XX. Aunque bajo la “protección”, en general, de la misma fe islámica, muy pocos comunidades árabes pudieron insistir en la posibilidad del reencuentro con su propia identidad. Es que, de angas o de mangas, toda colonización exige del colonizado ruptura de sus valores y asimilación de los impuestos por el colonizador. Más aun sabiendo que toda colonización es sinónimo de represalia permanente mediante el miedo. Para el Imperio Turco Otomano, desde sus inicios, la fuerza bruta militar alcahueteó, hasta el final, su triste desempeño histórico. ¿Cómo salir de esta trampa, y cuándo, y hacia dónde?

Las pretensiones libertarias estaban tomando auge desde las últimas décadas del siglo XIX. Pero, claro, con las mixturas muy coloridas de la pasarela cosmetológica occidental. “Los Jóvenes Turcos” fueron un buen reflejo condicionado de esta situación. Aunque no tan acertado, fue, quizás, una de las luces que iluminó el despertar del patriotismo árabe. Egipto, Libia y Siria, en diferentes momentos, respondieron a este llamamiento “ideológico”. Pese al poder religioso de la fe islámica, sin embargo, y que de hecho aglutinaba, cuantitativamente, la mejor opción para una toma de poder global y unitaria, el juego del poder no definió éste como el mejor camino. ¿No es que una cosa era el mundo islámico y otra el mundo árabe? ¿No es que, ahora mismo, una cosa es el mundo islámico y otra, y muy distinta, el mundo árabe? Es verdad que los Estados, al independizarse de los protectorados europeos, mantuvieron como oficial la religión musulmana, en tanto comodidad del manejo político, pero antes que nada fueron árabes!

¿Y hoy? ¿Cuánta población árabe es musulmana, sea chiita, sunita o siga el jariyismo en extinción? Al parecer, de los 1.200 millones de musulmanes, apenas cerca del 20% es étnicamente árabe. ¿Y no es que este porcentaje es fuertemente menor al 30% integrado por las poblaciones de Bangladesh, India y Pakistan? El resto está distribuido entre el sur africano, Asia y hasta Latinoamérica… ¿Y cuántos musulmanes árabes, de los 240 millones existentes, están ya occidentalizados, o están guiñando los ojos a la occidentalización? ¿Acaso no significa semejante evento que cientos de miles de árabes, estarían dispuestos para autoexpatriarse de la ortodoxia islámica, sin dejar la fe ritual musulmana? ¿Es que tiene o no sentido, abandonar costumbres, principios y valores, que ya no dicen mucho, ante el atropello del marketing de la nueva tecnología de los grandes mercados internacionales? Por eso, incluso, el “fundamentalismo” islámico, más informativo mediático que real, visto desde cualquier perspectiva, no tiene hoy sendero en firme por donde caminar… ¿La Liga Árabe? Sus integrantes, en calidad de organización internacional, no han contado nunca para una decisión coherente de su mundo. Desde el 22 de marzo de 1945 en que fue creada no ha pasado de ser un simple membrete…

Algo de esto ya estaba en raíz, cuando la creación del Partido Baath, en 1947, de mano del cristiano ortodoxo Michel Aflaq, nacido en Siria y fallecido en París, donde hizo sus estudios profesionales. Entonces hablar de nacionalismo, laicismo, unidad árabe, socialismo no marxista, era hablar con pleno patriotismo, de “crear las condiciones para la gran revolución árabe del siglo XX, que permitirá a los árabes volver a entrar en la historia». Pero esta aspiración ideológica partidista, aunque con mucha nitidez expuesta por Aflaq, quedó enredada por los avatares personalistas de la historia. Sin encontrar la salida adecuada los gobiernos de Siria e Irak, en ese entonces, luego Egipto y después Libia hicieron de los principios del Baath una mezcolanza de ideas incomprensibles, que les permitió justificarse en un autoritarismo fascistoide. Uno de los resultados políticos de aparente trascendencia, del renacer nacionalista del Baath, fue la creación en 1958 de la República Árabe Unida (RAU) entre Siria y Egipto. ¿Duración? Hasta 1961. Simple saludo a la bandera!

¿Y la interrogante “Del Panislamismo al Panarabismo”? No presiona, en verdad, una respuesta con suerte. El pensamiento de Michel Aflaq, pretendiendo una revolución que permita a los árabes entrar de nuevo en la historia, como que dejó de ser probable. Los términos ideológicos de aquel tiempo…, sencillamente, ya no están. Ahora otros pasos huellan otros senderos…Otros rostros deambulan con nuevas expectativas…Y estas nuevas expectativas generan distintas e inusitadas aspiraciones…! Pero, mayoritariamente, con una decisión muy incisiva hacia las formalidades democráticas de Occidente. ¿Coincidencia o manipulación? Hay que tener presente, que las monarquías y gobiernos autoritarios árabes que han venido administrando los Estados petroleros, no prestan ya el servicio de marketing y mercado que exige la operatividad del capital globalizado.

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  1. La reseña histórica es buena, su opinión personal solo lo compromete a Ud. Yo no estoy de acuerdo.

    Los pueblos árabes son como el resto del mundo. Ellos siguen las tendencias que va dictando la información que cada día irriga las mentes de jóvenes y viejos. No hay nada de estrambótico, ni sospechoso en querer adoptar los estilos de vida occidentales, tal y cual como ellos lo ven por su televisión satélite. Los jóvenes árabes ya se cansaron del panarabismo, del islamismo y de todos esos adefesios tiránicos que terminan en ismos.

    Lo que los jóvenes árabes quieren, es menos opresión, mas justicia y de preferencia esa tan vilipendiada democracia que nosotros en occidente la pateamos, o la damos por contado. Ellos nos envidian nuestro – el americano y europeo – modo de vida. Ya están hartos de tanta propaganda nacionalista y de tener que esconderse en las mezquitas para poder disentir de los regímenes dictatoriales en los que por décadas han vivido.

    Facebook, Twitter, MSN, los celulares sofisticados o simples y la televisión satelital, les ha abierto los ojos a la nueva generación árabe. El poder ya no puede controlar la comunicación, ni hacer sus cadenas ridículas como las que se hacen en nuestro país, para adormecer a los idiotas. En eso los árabes ya nos sobrepasaron.

    Hay que saber que todas las tiranías que han usufructuado y que han hecho sufrir al pueblo árabe en los últimos 60 años, van a ser borradas del mapa. No quedará ni una sola, ni así sus opresores se cuelguen con las garras de los sillones presidenciales y de los tronos monárquicos. Se irán todos, sin excepción. Ese será el nuevo despertar árabe. Lo demás son solo palabrerías huecas y sin ningún significado, por estar muy alejadas de la realidad. A la hora que le escribo, Siria será el próximo que caiga.

    ¿Se pueden imaginar que en todos esos países, a usted le dictan hasta cómo debe de vestirse, o sino lo persiguen a palos?

    En Arabia saudita, Irán, Palestina, entre otros; el velo y la abaya o vestido islámico es obligatorio para locales y extraños. Todo eso va a desaparecer, pues ya están hartos.

    El islamismo y a veces el extremismo, era el único refugio que les quedaba a los jóvenes desempleados, a los aburridos, a los desesperados y a los perseguidos, porque ese era el < único Partido político > alimentado y permitido por los déspotas árabes, para mejor perseguirlos, y así poder justificarse como los guardianes de sus países ante las potencias occidentales.

    No creo que una vez liberados del yugo en el que se encuentran, caigan en el despotismo islámico. Los árabes no son nada tontos. Ellos saben que si les roban sus revoluciones, el horrible régimen iranio les estará esperando. Dicho se a de paso, ese régimen es el mas temido y odiado, salvo por los funcionarios inescrupulosos que se lucran de él.

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