28 marzo, 2024

Talabela: Un caso espinoso

Parece que todo el escándalo que se armó sobre el nuevo aeropuerto de la capital se hizo humo con las “negociaciones” llevadas a cabo por el flamante alcalde de Quito. Ya no parece que fue un “asalto” como expresó el presidente Correa o un peculado como dijeron las “rectas cortes” de Quito

Pero saltan algunas preguntas. La primera ya la han hecho innumerables sectores de la prensa y defensores del proceso de concesión: ¿Cómo es posible que la “recta justicia de Quito” implique con la acusación de peculado solo a Moncayo, Vallejo y compañía y se olvide de otros ex ediles entre los cuales se encontraba el mismo Barrera usando la absurda justificación de que ellos “nos estaban bien informados”? ¿Es que esos ediles son idiotas, retardados mentales o totalmente irresponsables como para votar a favor de algo sin conocer los detalles? Pero nada sorprende con esta nueva justicia que ha inaugurado la Revolución Ciudadana.

Todo parece arreglarse con la negociación que hasta ahora se explica claramente a la ciudadanía. Solo se conoce que el Municipio de Quito recibirá 9,1 millones de dólares anuales cuando antes solo recibía 1,5. ¿Cómo se entiende esta “exitosa negociación” cuando Guayaquil recibe anualmente de su concesionario casi 20 millones de dólares anuales con un tráfico aéreo aproximadamente 25% menor que el de Quito?

¿Qué dirá ahora el Contralor Polit de su denuncia de un sobreprecio en la construcción del aeropuerto? ¿Se habrá resuelto ese sobreprecio con la negociación o fue una manifestación precipitada de parte de la Contraloría como aseguran Moncayo y Vallejo?

¿Qué pasará ahora con los juicios contra Moncayo, Vallejo y compañía? ¿La “recta justicia quiteña” seguirá con los procesos? Digo recta porque según el presidente Correa solo la justicia de Guayaquil “socialcristiana” es corrupta y sobre la de Quito nunca ha dicho nada a pesar de ciertos pronunciamientos por demás extraños que se han dado en esa ciudad.

Por otro lado, como todo está en paz y el proyecto sigue adelante, ¿dejaran los señores Moncayo, Vallejo y compañía de absurdamente acusar a los socios quiteños de la concesionaria de Guayaquil de orquestar la oposición a la construcción del aeropuerto de Quito porque de esa manera su negocio en Guayaquil se beneficia?

Nadie desea que el aeropuerto de Quito no se construya. El actual es un peligro constante para la ciudad y a pesar de todos los malos augurios de la DAC sobre las condiciones del nuevo y de los ligeros estudios de aeronavegabilidad que la Municipalidad de Quito realizó, con los adelantos y técnicas actuales, ese aeropuerto será mucho más seguro que el Mariscal Sucre.

Pero de que ha sido un proyecto mal llevado, lo ha sido. Desde el famoso “Swiss Challenge” que no es otra cosa que el montubio “ven tu” hasta las condiciones del contrato de concesión que no parecen ser favorables en absoluto a la Municipalidad de Quito y que algo han mejorado con la actual negociación.

Si algo parecido hubiera pasado con la concesión de Guayaquil ya estuvieran encima todas las fuerzas que domina Alianza País: Fiscalía, Jueces, Contraloría, Procuraduría, Asamblea Constituyente, Veeduría Ciudadana, Defensor del Pueblo, Comisión de la Verdad, y el Presidente Correa hubiera hecho participar a la misma Corte Celestial acusando a Nebot y sus “socialcristianos, neoliberales y apátridas” de todo tipo de fechorías.

Pero se trata de Quito, ciudad a la que Correa huyó por su odio a Guayaquil que ahora tiene un alcalde de Alianza País que como gallinita ciega aprobó todo lo que era antes pecaminoso pero que con su sola presencia y arduo trabajo de negociación ha tornado la concesión de Quito en un contrato hecho en el mismo cielo.

Como hace el gato, se echara tierra encima de todos los errores. Todo quedara en nada y el General Moncayo tendrá después de unos años algún nuevo remordimiento y volverá a escribir otra carta con reminiscencias y añoranzas.

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La división de poderes

Califico el tema como sencillo. No hay cabal conocimiento de lo que se hace. Por ejemplo, hay quienes tienen doble titulación, eso no garantiza ni una ni otra profesión. El ejercicio de las labores para las que capacito la universidad es lo que hace al profesional.

Conozco a distinguidos practicantes del oficio de periodista, que lo hacen mejor que muchos que tienen titulo, en ese caso ha funcionado la premisa de que el periodista no se hace sino que nace. Es cierto que es necesario darle un mínimo de formación académica a la persona para que aprenda la utilización de una serie de recursos técnicos y de los lineamientos que requiere la profesión, pero también es cierto que no son imprescindibles.

No hay comentarios

  1. Oiga don aviador frustrado, su inconsciente le trainciona y demuestra su frustracion personal tratando de embarrar a otras gentes…. mezcla temas y frustraciones para hacer una fanesca con camarones….. veo que esa es la unica manera en que puede intentar conseguir «demostrar» sus puntos de vista….

    en serio le digo que usted tiene razon en la mayoria de sus argumentos…. pero lo malo esta en que mezcla argumentos de distintas categorias lo que da como resultado una conclusion invalida….. una falacia….

    deberia separar por temas el asunto y vera como llega a conclusiones mas contundentes….. si es que logra pensar con la cabeza y no con los intestinos……..

  2. Señores,

    Insisto, hemos visto de todo DE TODO, con este «NUEVO GOBIERNO», pero debo solicitar que sus comentarios sean sin epítetos a nnguna persona y no porque los defienda, no, sino que con que cara entonces podemos pedir que El Presidente no utilice sus «adjetivos» cada sábado, …

    Nuestro idioma, es basto, para expresar nuestra opinión, sin dejar de lado nuestra buena educación.

  3. SI Guayaquil cobra $ 28 por utilizar su aeropuerto, Quito, o mejor dicho la concesionaria que se sacó la lotería con este ingreso, Quiport, cobra 40,80 Si 28 es la tasa justa que ya incluye la ganancia del concesionario por manejar y administrar un aeropuerto con mayores gastos y costos (aire acondicionado etc.), porque entonces cobran en Quito con permiso Municipal (tanto de la administración de Moncayo como de la de Barrera) $ 12,80 mas?
    Cobran mas para con nuestro dinero, el que Ud. y yo pagamos cada que utilizamos el aeropuerto, la concesionaria se financie, con esos 12,80 excedentes o sobretasa, la construcción del nuevo aeropuerto. Muy bonito los usuarios ponemos la plata que los «Quiports Boys», con anuencia municipal, la hacen suya. Viveza o ratería?
    Cada vez que usemos el aeropuerto, Quiport debe darnos un pagaré a la orden por $ 12,80 o bien un título de acción por ese valor en el nuevo aeropuerto, pues con nuestro dinero lo estan pagando! y ellos CERO INVERSION! (ME SUENA A cero corrupción, RECUERDAN?)
    Que negoció la nueva administración? Es una verguenza para Quito conocer que Guayaquil percibe al año 20 millones con una tasa de $ 28,oo
    Lo unico cierto es que nos siguen sacando $ 12,80 mas para regalarles a los fantasmas de Quiport! y como es que lo hacen? Pues lo sacan con permiso Municipal de nuestro bolsillo para ponerlo en el de ellos, unas veces, y, otras lo envian a Venezuela y lo regresan como préstamos, que lindo!, se los felicita, asi si, y sin disparar un solo tiro!
    Aprendan muchachos. Recuerdan a Chico Silencio? Ese era un tarado, ese mataba para conseguir muchisimo menos y corriendo dia y noche de la policía!
    Pero la «pepa» del negocio no está allí, está en la administración del nuevo aeropuerto por 30 años!
    30 años en los que nos harán caminar en la lluvia, sin usar las mangas ni transportes, bajo el pretexto de que son las aerolíneas las que no pagan la tasa.
    Entonces, porque nos cobran en Quito 40,80? No deberían cobrarnos nada: A la entrada nos recibe un guardia subcontratado que hace su chequeo privado de migración; luego vamos al counter donde nos atienden los empleados de la aerolínea; concluido el chequeo se nos remite a la ventanilla de Quiport donde nos sacan los $ 40,80. Pagada la sobretasa o regalo municipal de nuestra plata a los avivatos extranjeros, nos dirigimos a la sala de espera, pasando por Migracion donde somos atendidos por los señores de la Policía Nacional, pagada por el Estado con nuestros impuestos; luego llegamos a la sala de espera por la que Quiport le cobra a la aerolínrs y donde nuevamente nos atienden los empleados de la transportadora aérea. Al momento de abordar, por tercera vez son empleados de la aerolínea los que nos guian hasta el avión y a nuestros asientos.
    Quiport tiene unos morochos a sueldo para pagar la luz y a los demas tercerizados, tareas que el peor de los Municipios puede acomenter directamente.

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