20 abril, 2024

Pensamientos

Quizás simplemente no es lo que parece en este mundo de mentiras.

Todos somos fantasmas, viento, esencias que se desvanecen en aire, volamos a través de los cielos, independientemente llegaremos a un punto, en que las vendas caigan lentamente de nuestros ojos y podamos ver la realidad, podamos ver las almas y no el cuerpo, el corazón y no la piel, los músculos que lo rodean; podremos respirar el aire puro sin cenizas del pasado y poder ver las redes que creamos en el presente, y quizás el hilo que nos va jalando hacia el futuro, ir caminando sin pisar las piedras y tropezarnos, mirar hacia delante sin ataduras y nadar hasta salir de ese estanque negro en el cual nos estamos ahogando, mover fuertemente nuestros brazos hasta alcanzar la orilla y subir por las escaleras hasta por fin… ver la luz…

La luz de la salida, de ese laberinto oscuro, acostarnos entre las rosas, en el césped y fijar nuestra mirada en las nubes, esperando que el calor del sol seque nuestra ropa, nuestros ojos, y dejar que cada gota de agua que se evaporice, pase por nuestra mirada y poder ver como se transforma en nube de nuevo y luego caiga como lluvia en nuestros hombros y mojarnos nuevamente, como un circulo vicioso, hasta de repente sentir que lo mínimo que nos queda de cordura se vaya quemando poco a poco y alcanzar la locura total, la cual nos agradece por dejarla ser libre en nuestra mente y dejar jugar con nuestras neuronas, porque la vida “normal”, rutinaria nos está matando lentamente sin darnos cuenta, hasta que despejemos las pestanas de nuestras pupilas y ver como sangramos, sangramos y nos desgastamos como un lápiz terminando de pintar un mar azul hasta que haya alcanzado el fin de su punta y no podríamos dar más color, tendríamos que dejar el dibujo como haya quedado, así de mediocre, así de simple, sin más esperanzas o expectativas, esperar a que pase el tiempo y la brisa salina se carcoma poco a poco la hoja , el mar azul, las aves y el empeño de lograr crear un poco de arte-vida.

Luego vemos a la muerte pasearse con su manto fúnebre tratando de encerrarnos en ella, de la misma manera que la sociedad, el sistema nos mantiene amarrados con cadenas irrompibles de acero inoxidable para no escapar jamás, y la única manera de salir unos segundos de esos candados sin llaves seria soñar…..soñar…e imaginar…. crear música con el silencio y dejar libre los pensamientos profundos junto con las emociones intensas que no nos dejan en paz… corriendo y corriendo bajo la noche, la luna, no encontramos el lugar adecuado para nuestro ser terrestre, pero tratamos, y el “tratar” vale más que una simple frase: “no puedo”. Entre dedos los llenamos de un frasquito alargado lleno de nicotina y otros químicos, quizás es la planta natural llamada tabaco que estimula nuestros pulmones y crea sensaciones inigualables al no estar aspirando un humo en el cual liberas momentáneamente todos los problemas al exhalar …. el… humo…..

Ventanas, ventanas rotas, sin cortinas para evitar el daño tan grande al encontrar pedacitos de vidrio tirados en el suelo y personas pisándolas mientras caminan, y no les importa, porque hay dolores más fuertes, que son los dolores que causa la vida. Dolores que parten corazones y amistades que convierten una simple mirada a una tensión infinita que atraviesa ojos hasta llegar al otro lado; pero seguirá esa luz de las pupilas dentro de las cavidades orbitarias. que dolor… el fuego, cuando esa piel quema cada vez que roza con la nuestra, esa energía de la presencia, esa electricidad de los suspiros y las ondas de las voces que trasmiten las cuerdas vocales, estremecen el cuerpo y ponen los vellos de punta, debilitan los sentidos y el cerebro no reacciona a las señales que mandamos… eso significa estar perdido… perdido de la realidad, vivir en otra galaxia, en otro mundo, en el que nuestras pasiones creen que nos hacen vivir y sentir la vitalidad…. felicidad momentánea a cambio de sufrimiento indefinido… la vida es relativa, con un balance, un equilibrio, el cual debemos descubrir, en el idioma oculto de este misterio, de esta fantasía tan real…que es… la vida.

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