25 abril, 2024

La Constitución y las autonomías

Revisado en forma total el texto de los 444 artículos de la Constitución redactada entre noches y madrugadas en Montecristi y aprobada el 28 de Septiembre en el referéndum convocado para el efecto, nos deja tremendas dudas la sinceridad y honestidad de su redacción, pues encierra muchos vacíos que ya están generando controversias aun sin solucionar como el caso de la Corte Nacional de Justicia.

Asumiendo como deseo hacerlo, con la responsabilidad de una critica cívica y patriótica en el marco democrático que declara la propia Constitución, debo referirme al tema de las Autonomías, porque su ambigua redacción en la Constitución, dará cabida a antojadizas interpretaciones, lo que compromete el destino de futuras generaciones que anhelan el desarrollo y progreso del país y de las ciudades, lugar de su residencia en particular. La dedicatoria es más notoria, en forma especial y específica para Guayaquil, cuyo ataque a las Autonomías, que por derecho propio le competen a la primera ciudad del país, por su área urbana y por su población residente, que ya ha recibido los embates de un centralismo absorbente, que es la mira que guía como principio la Constitución de Montecristi.

Si bien es cierto que la nueva Constitución establece que los Gobiernos autónomos descentralizados gozaran de autonomía administrativa y financiera, ya se esta demostrando que esto es una simple declaratoria de principios para quienes tienen el deber de aplicar y respetar la Constitución, por las restricciones que se pretenden aplicar a los legítimos derechos de la M.I. Municipalidad de Guayaquil, amparándose erróneamente en las regulaciones y limitaciones que se establecen en la misma Constitución, para restar competencia al legitimo régimen autonómico que maneja y opera en la ciudad de Guayaquil y en otras ciudades del país, que decidieron usar y plantear para su desarrollo el mismo sistema.

La Constitución de Montecristi es sin duda centralista, al entregar una serie de competencias en forma exclusiva para el Gobierno Nacional, tales como las que corresponden al registro de personas (Registro Civil), a la planificación urbana, a los sistemas de educación, salud, seguridad y vivienda, programas y soluciones que ya han fracasado bajo el manejo y alternativa centralista.

Se rompen convenios que han dado excelentes resultados en beneficio de la niñez estudiosa de Guayaquil, como es la reparación y reconstrucción de los locales escolares, convenio que se suscribió inicialmente con el Gobierno del Coronel Lucio Gutiérrez y ratificado por el Presidente Dr. Alfredo Palacio, como solución a la crisis en que se debatía la educación fiscal por el pésimo estado de los locales escolares. Así mismo la Municipalidad, sin ser su compromiso y obligación emprendió en la entrega de libros para todas las escuelas y colegios fiscales y privados de servicio social de la ciudad, en forma gratuita, aliviando la economía familiar de los que menos posibilidades tienen, redundando en beneficio del analfabetismo y de la educación de la niñez radicada en Guayaquil.

Las erradas o malas interpretaciones de las estadísticas manejadas por el Ministerio de Gobierno, reflejan una disminución de la delincuencia en el país y específicamente en Guayaquil, la realidad es otra, la delincuencia ha crecido y se ha fortalecido por sus sofisticados sistemas de acción y del uso de armas de grueso calibre, sin embargo de eso el Gobierno determina que la policía no colabore con la Corporación para la Seguridad Ciudadana, que ha implementado un eficiente y técnico sistema de comunicación para recibir las denuncias de la ciudadanía y poder así atender en forma inmediata los requerimientos de la ciudad que con plena justicia demanda. Además la CSC ha mas de los vehículos, radios y motos ya entregados para el uso de la Policía acantonada en Guayaquil, ha construido y readecuado estaciones de policía en varios sitios de la ciudad y en los próximos días entregara una importante dotación de pistolas. Esto es colaboración y servicio.

Bajo las circunstancias de permanente ataque y controvertidas decisiones de restricciones a la acción Municipal, al Municipio de nuestra ciudad, nos genera la mas absoluta desconfianza lo que hace y de lo que pretenderá hacer el Gobierno Central, demostrando su rencor político contra Guayaquil, pretendiendo arrebatarle sus legitimas competencias, manejadas con efectivas realizaciones, como lograr tener el mejor aeropuerto, el mejor centro de convenciones y el mejor desarrollo turístico del país, conjuntamente con poseer el mayor desarrollo porcentual de la infraestructura urbana de todo el país, a pesar de tener el mayor crecimiento poblacional como consecuencia de la migración nacional en busca de mayores y mejores alternativas para vivir mejor.

Los Guayaquileños y Guayasenses deseamos vivir en una plena y absoluta democracia, en la que se escuche y se respete los derechos del manejo autonómico que tiene nuestra ciudad, para continuar por la ruta del crecimiento y desarrollo permanente, el que se ha generado por la voluntad y decisión de todos los que residimos en la ciudad de Guayaquil. Para lograrlo, es necesario eliminar la verborrea antojadiza y mal intencionada que solo genera desunión, rencor y el desorden que no construye, sino que destruye.

“Guayaquil, por la Patria, con autonomía”

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