El interés por el desarrollo de la sociedad ecuatoriana en general, partiendo del desarrollo de la persona individual en particular, hace que muchos de nosotros nos encontremos en distintos tipos de plataformas desde las cuales hacemos conocer ese interés y, siendo el caso, nuestras propuestas.
Internet viene siendo —e irá siendo cada vez más— el medio que satisfaga de cierta manera no sólo la necesidad de conocimiento e información, sino también la de transmitir ideas y de comunicarse. Eso sí, mientras mayor es el ámbito de acción, mayores son los riesgos que se corren, entre otros: dependencia tecnológica, disminución de las relaciones interpersonales reales, posibilidad de transmisión masiva de información errada, abusos e invasión de la privacidad (spam y hoax, por ejemplo) y otras más.
A pesar de todos esos riesgos, fue Internet el medio que hizo posible que conozca a José Fernando Gómez Rosales, con quien compartimos varias ideas políticas, cívicas y patrióticas, así como el anhelo de que nuestro Ecuador puede ser mejor de la que ya es. Y es José Fernando quien me invitó a colaborar con este medio, y ante la coincidencia de metas es imposible negarse.
Para mi primer aporte, quisiera comenzar haciendo una breve referencia a un aspecto que considero importante para entablar un serio debate ideológico en lo que se refiere a la actividad política: ¿Qué pasa con la derecha en Ecuador?
Históricamente, la derecha en nuestro país fue heredera del conservadurismo, teniendo entre sus bases la tradición cristiana católica y el depósito de valores y principios humanos que hoy casi han desaparecido, como aquel de tener al ser humano como principio y fin de ideologías o fórmulas sociopolíticas o económicas; factores estos que la diferenciaban de la derecha liberal desarrollada en otros países como Estados Unidos.
Aspectos como la dignidad humana general; la dimensión social del ser humano, ya que no es totalmente autónomo ni un mero engranaje en un aparato mayor y se potencia en virtud de su relación con los demás; una libertad limitada, en relación con la dignidad y con los condicionamientos sociales; el bien común… y otros se encuentran soslayados por una dignidad supeditada a las fluctuaciones del mercado, por una dimensión social adaptada al marketing y a la publicidad, por una libertad que cada día se diferencia menos del libertinaje y un culto a la imagen y al bienestar individual en detrimento del bien común.
La mundialización del sistema político-económico estadounidense (globalización), basada en un capitalismo científico (neoliberalismo), ha hecho que nuestras élites económicas se allanen a este signo de los tiempos y se haya terminado de sepultar a la derecha clásica ecuatoriana (que agonizaba desde mediados de los 80), para dar paso a la derecha liberal, economicista por antonomasia.
Hoy por hoy, el «ser de derecha» se supone que implica estar de acuerdo con la acumulación del dinero y con la sofisticación de las formas; estar a favor de cualquier TLC (que, en principio y bien negociados, son positivos) —en particular con el fallido con EE.UU.— y obviar del vocabulario expresiones como bien común, compromiso social o conciencia social, abusando de otras —y distorsionándolas— como libertad, comercio, emprendedor, mercado, empresa. Mientras que apelar a Dios en los discursos políticos no es más que herramienta vacía para convencer a un pueblo creyente en su mayoría.
¿De qué sirve meditar sobre estos aspectos y darle un contexto ideológico a nuestras prácticas políticas? Muchos individuos, dados de prácticos y de vivir el día a día, menosprecian y hasta desprecian el análisis político, sociológico e ideológico de estos temas, y piensan que su savoir vivre o su life style de compra-venta permanente de todo es la panacea para los problemas sociales, sin darse cuenta que son esfuerzos efímeros que casi, casi se agotan en sí mismos… no trascienden, ni en el tiempo ni en los demás; acumulan fortunas y restan valores, para luego dar limosnas a los que menos tienen, en lugar de darles bases firmes para consolidar conciencias generadoras.
Yo me siento militante de esa derecha que nunca más será como movimiento político amplio, por eso quiero presentarle mis respetos, porque así no se mantenga, para muchos de nosotros sigue siendo un referente de vida.
Aunque algunas instituciones desaparezcan, sus principios y valores darán fruto al haber caído en terreno fértil.
Me alegra mucho leer la real definición de la derecha a la cúal me adhiero, pero como bien dice el autor ha estado menoscabada a mi criterio sobre todo por quienes portando el titulo politico de cristianos no han actuado como tales al momento de gobernar o de actuar en la vida pública.Me da gusto además de ver que es un hombre joven lo cual mantiene mi esperanza por el futuro del pais.
Si algun momento cree necesario hacer grupos de intercambio de ideas para terminar en acciones me gustaría que cuenten con mis 59 años de vida de los cuales algunos me han dado la oportunidad de servir y adquirir experiencia en el campo político y de función publica.
Gracias, lo felicito
De acuerdo. El tema es relativo a la falta absoluta de educación cívica de toda la sociedad. No sólo eso, allí tenemos el ejemplo de los 18.000 profesores sometidos a tests normales de razonamiento verbal y el desastre de los resultados. No sólo que carecemos de formación en valores, sino que la calidad académica de las universidades es desatrosa. ¿¿Qué ocurrirá si son sometidos a los mismos exámens los que ya ejercen la función docente, digamos en estos últimos 30 años? ¿Y que pasaría con los abogados, los administradores, los… si les someten a ese tipo de exámenes?: No cabe duda que se repetiría casi en forma idéntica ese resultado: el 5% con aptitudes para el ejercicio profesional. Por ello el pensamiento práctico entre los de derecha liberal, como los partidos ecuatorianos del retorno al «régimen democrático» (DP, PSC, PRIAN, PSP, PRE) como los de izquierda, es apostarle al sálvese quien pueda. ¿Para qué detenerse a explorar el conocimiento y la estrcutura de la sociedad, si me puedo enriquecer más rápido que volando en una función pública (mediante el tráfico del popder) o privada (por medio de la especulación, el agiotismo y la estafa?)
Para la derecha política, (extinta desde 1.980-90) la rapacidad actual sería incomprensible, inconcebible, para la derecha económica, cuyo máximo baularte ha sido el P.S.C, el modus vivendi por antonomasia.
La izquierda lastimosamente no reflexiona las categorías éticas de la sociedad, o lo hace tan sólo de modo tangencial. Allí tenemos un debate del S. XIX, elevado a categoría de pensamiento de izquierda: DIOS NO, ABORTO SÍ, en las normas jurídicas. Quien está en contra del matrimonio o unión de hecho gay, es de derecha, el que está a favor de izquierda…¡Qué ricos imbéciles!
Así es como se debe motivar a la juventud a la participación y compromiso. Mi respeto y admiración a ese gran amigo José Fernando Gómez Rosales y a Mauricio por su gran aporte.
Por fin leo una idea que me permite ver que todavía hay sensatez en el Ecuador.
Creo que no es necesario ser de izquierda para tener conciencia social y creo que el Señor Alvarado Davila manifiesta el mismo sentido.
No es saludable que se promueva la acumulación de capital y el consumismo, copiando a Miami o a EE.UU., olvidándose de los pobres y de los barrios marginales…
Eso sí… algunos piensan que basta con regalar víveres, medicinas y atención médica a los pobres como limosna y solo como beneficencia «regalan el pescado» y no enseñan a pescar… porque no les conviene que los pobres aprendan a pensar… regalan libros como propaganda política con contenidos políticos en lugar de enseñar a pensar…
Derecha? Existe una derecha? yo solo veo a un grupo de gente que piensa en sí misma y se olvida del bienestar del resto para sacar mayor provecho
Izquierda? Tampoco creo que exista izquiera. Solo existe un grupo de gente confundida que cuando llega al poder se aburguesa igual o más que la «derecha».
SEÑORES
YO COMO GUAYAQUILEÑA SI ESTOY AGRADECIDA POR UN VERDADERO LIDER DE LA DERECHA COMO EL EX PRESIDENTE FEBRES CORDERO Y EX ALCALDE DE ESTA BELLA CIUDAD..GRACIAS A EL HOY NOS SENTIMOS
FELICES DE VIVIR EN ESTA HIDALGA CIUDAD..
Y SEGUIMOS POR EL CAMINO QUE EL DEJO A OTRO LIDER DE LA DERECHA AB. NEBOT..NI DIOS LO QUIERA QUE OTRA PERSONA DE UÑAS LARGAS E IDEAS CORTAS OCUPEN EL SILLON DE ESTOS VALIOSOS HOMBRES..
PEOR ALGUNITO DE LOS QUE HOY POR DESGRACIA ESTAN EN EL PODER…
SI YO SOY DERECHA PROGRESO, TRABAJO, BIENESTAR PARA TODOS…
MARTHA
Comparto el criterio de Pedro Valverde, aquí ya murieron las ideologías y han nacido las idiotologías, donde los únicos idiotas, tendran que perdonarme, son los ilusos que se dejan engañar constantemente por el que tiene la sonrisa más bonita, la chequera más grande o la camisa más desabotonada, todo este desprecio de parte de nuestros «políticos» a nuestro pueblo, le da vida al desprecio de la sociedad a la política. Un círculo vicioso que parece que no va a terminar nunca.
yo soy 100% socialista, me alegra ver que hay páginas donde las personas se puedan informar sobre estas tendencias políticas.
yo tengo 19 años y es muy triste que muchas personas de mi edad no saben nada sobre estos asunto y llegan al punto de preferir no hablar de eso lo cual es muy insartisfactorio esperoo que con el tiempo se abran sus ojos.
Querida Denisse:
El tema es en realidad más complicado de comprenderse, a pesar de que es más sencillo como tal.
Como digo al final de mi artículo, yo soy de derecha, pero ser derecha no quiere decir estar en contra de la izquierda, sino simplemente tener otra posición. Aquellos que se califican «de derecha» sólo por estar en contra de la izquierda o por estar en contra del socialismo sin saber de qué mismo se trata no son de derecha, son simplemente confundidos ideológicos, ignorantes de la razón de las cosas.
Algunos otros creen (insisto: sin saber ni comprender de teoría política) que son «de derecha» por ser autoritarios, por ser mandones y por tener el carácter de patrones. Pero recordemos que autoritario, mandón y patrón es hoy por hoy un personaje que se autodenomina «socialista».
No, Denisse, «ser» de derecha o de izquierda, liberal o socialista es un derecho que debemos respaldar y proteger aquellos que, independientemente del lado en el que nos coloquemos, nos consideremos demócratas y tengamos pensamiento democrático.
Por ejemplo, los socialistas suecos son capitalistas mucho más pragmáticos y objetivos que la mayoría de quienes aquí creen que son «de derecha». Es más, el socialismo no puede ser sin el capitalismo.
Esta es una cuestión de principios más que de tendencia ideológica (algo muy complicado para quienes sólo quieren que se acaben quienes piensan distinto a ellos).