Reflexiones

Diciembre es el ultimo mes del año y el año 2007 esta a punto de concluir, es entonces el momento propicio para hacer nuestras propias reflexiones, para que con absoluta serenidad y mucha honestidad, hagamos nuestra propia evaluación de las acciones que realizamos durante todo el año, de nuestros deseos, de nuestras dudas y decisiones, de los anhelos por realizar algo que no lo logramos, a pesar del esfuerzo que hicimos para intentar lograr lo que quisimos hacer, fundamentalmente para alcanzar la felicidad de nuestros seres queridos y para ser participes de los problemas de la sociedad en la cual nos desenvolvemos, involucrando en esa sociedad a los que mas necesitan porque menos tienen.

Revisando mi largo itinerario de los días transcurridos en este año 2007, encuentro la satisfacción que me dieron hechos trascendentales como la rehabilitación y transformación física del edificio del Hospital León Becerra y del inicio del  reordenamiento administrativo de la Sociedad Protectora de la Infancia, haciendo una justa evaluación de los mil problemas que esa honorable institución tiene, los que poco a poco la fueron sumiéndola en una crisis económica por sus propios errores,  no fáciles de superar, pero tampoco insuperables. El logro mas importante es haber formado un equipo en el que todos se sientan involucrados en los problemas y en las soluciones, para dejando atrás los intereses personales, involucrarse en el servicio social que esa honorable institución realiza en beneficio de muchos, aunque esto solo encierre la satisfacción de pocos.

Por otro lado a sido un año difícil en lo referente a la oportunidad de trabajar, hicimos muchos esfuerzos, pero logramos muy poco, 11 de los 12 meses hemos estado de vacaciones, quedándonos la satisfacción de que hicimos todo lo que nuestra capacidad,  experiencia y ética profesional nos permite hacer, con la mira de servir mejor a quienes requieren de nuestra participación y servicios.

Tuvimos también el inmenso dolor de perder a un ser muy querido, a mi hermano Pablo, profesional brillante, amigo incondicional, esposo y padre para ponerlo de ejemplo, tenaz y vehemente cuando se proponía realizar algo que lo comprometía servir a los demás. Que Dios lo tenga junto a él y a mi gordo querido, Rodolfo, otro hermano, que se me adelanto en el recorrido del camino sin retorno.

A mi madre, esposa, hijos y hermanos, siempre los tuve cerca, por los que realizo diariamente el esfuerzo de vivir para serles útil y para fortalecer su ideal de ser cada día mejores.

Ojala que todos, fundamentalmente los políticos, hagan su inventario de reflexiones para evaluar sus errores si existieron, para mejorar sus ideas e intenciones, a fin de cristalizar los anhelos de servir y no de servirse de los demás.

Ojala que los políticos que hoy tienen la responsabilidad de lograr los cambios que las mayorías desean, dejen atrás su vanidad y egocentrismo de poder, para sin ofensas ni revanchismos realizar los cambios que todos quieren en beneficio de todos, incluyendo a aquellos que con honestidad y esfuerzo han logrado hacer de su vida publica y privada, un formato social que muchos desean imitar, aunque otros deseen destruir.

Unamos nuestras ideas y las buenas intenciones que se nos quedaron en meros programas sin poder realizarlos en este año que ya mismo termina, unamos todas nuestras fuerzas para defender el respeto a la dignidad y a nuestra integridad personal y colectiva, que día a día se nos amenaza con unos súper  poderes que no hemos concedido, lo que si deseamos son los cambios constitucionales que permitan el derecho a la armonía y a la paz que nos guíe hacia la felicidad, a la que todos tenemos derecho.

Decía el premio Nóbel de la Paz, que acaba de visitarnos. La pobreza no debe repartirse, la riqueza es la que debe compartirse.