23 abril, 2024

Mal reparto

Si definitivamente, hay mal reparto, el concepto con el cual se están haciendo las definiciones de incrementos y redistribución de las cargas impositivas implica un mal reparto.  En el pastel del estado, a los que ponemos más, que cumplimos y que nos esforzamos por ser productivos es a los que nos toca mas impuestos, esto es, debemos dar mas al estado.

El principio por el cual las agrupaciones humanas constituyeron los estados, fue el de ayuda mutua y cubrir las llamadas necesidades esenciales del ser.  Para esto se requería de la participación general, igualitaria de los asociados al estado, pero, el principio de propiedad privada cambia la apreciación de la participación, evoluciona el concepto de igualdad que se trasmuta por el de proporcionalidad, entonces el que mas tiene mas da, lo cual es justo, pero no lo es, que el que recibe lo mismo, todos los meses sea el que mas da por un lado y por otro, el único que da.

Existen tres grupos perfectamente diferenciados, los que tienen en exceso, los que tienen lo justo y los que tienen muy poco.   En el Ecuador, niveles de indigencia y pobreza absoluta no hay, sino en un porcentaje  mínimo.   Estos últimos es justo que no den, pero también es necesario que se los trate de integrar en el sector productivo de alguna manera.   En algunos países se utiliza la obra pública como motor de generación de empleo para los niveles inferiores de la escala de producción económica o en otros se crea una nueva ficción, esto es, igualar a todos hacia abajo para que no hayan las otras dos clases sino nivelar a todos hacia niveles económicos bajos y esto se hace cortando fuentes de trabajo, cerrándose a la inversión y persiguiendo a quienes quieren producir internamente.

A los grupos pudientes del Ecuador no les tocan en los montos de los impuestos, salvo en cuanto se llama anticipo presuntivo del impuesto a la renta, creando un ficción de nivel mínimo, bueno a nivel de la gran empresa, a nivel de la mediana y pequeña es negativo porque si de por si es odioso y antipático pagar impuestos, mas aun cuando te imponen una presunción que no será correctamente aplicada, creando distorsiones bárbaras afincadas en la odiosidad o en la simpatía o antipatía políticas.  Sin embargo se mantienen los escudos fiscales, fuente esencial de la elusión tributaria. El patrimonio no se ha tocado. Se castiga la transferencia de capitales, pero hay que ver como se va a definir la fuga de capitales y cuales, por esa definición,  son  merecedores de la exacción.

Los sectores de menor ingreso, quedarán fuera del impuesto a la renta, cargaran los impuestos como el IVA, ICE, que se pagan en cada transacción.   Pero renta, ese no pagarán.    No se tomará en cuenta si cobra sueldo de empleado, obrero o trabajador libre o si algunos miembros de su familia cobran el bono de la dignidad, pero no pagarán ningún impuesto.   En tanto que la clase media, entre los que se encuentran profesionales que se han preparado por 18 años, 6 de escuela, 6 de colegio y 6 de universidad o tecnológicos, si lo harán, con el agravante que no recibe ninguna ayuda del estado.

El mal reparto esta ahí, se apreta la cuerda  a la clase media, al que tiene ingresos superiores a los 7.200 dólares anuales, 600 mensuales, o lo que es peor se gravarían ingresos mancomunados que den 7.200 dólares anuales hacia arriba, esto es se sumarian los ingresos de marido y mujer y sobre eso se aplicaría el impuesto a la renta.   La clase media y media alta es la que deja impuestos, hay que tomar en cuenta que es el nivel de producción, son los empleados, profesionales, obreros y obreros especializados, con ingresos iguales o superiores a los 600 dólares mensuales, en ese nivel se encuentran los jóvenes recién graduados y otros mas que por preparación obtienen esos ingresos.  Administrar de esta forma solo lograría que se engrose las filas de las emigración porque ahora ya no se querrán ir solo los de muy bajos ingresos sino los de nivel medio porque por sus impuestos descontados no reciben a cambio ni la promesa de una pensión digna del seguro social, que en muchos casos aún sigue pagando pensiones de 30 dólares mensuales por jubilación.   Ahí  también hay mal reparto.   Esperemos que los Asambleístas, todos de clase media, se compadezcan y no sigan el mismo discurso que a nada nos conduce y no den paso a  absurdas reformas tributarias.   Demuestren que no están solo para obedecer sino para deliberar

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