24 abril, 2024

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Edward M. Kennedy y Jorge Guzmán Navarrete

Aunque parezca inverosímil, existen interesantes similitudes entre el honorable Juez séptimo de Garantías Penales del Guayas, Jorge Guzmán Navarrete, y el fallecido valeroso senador Edward M. Kennedy, heredero este último del clan Kennedy, Camelot americano.

Edward M. Kennedy es el ejemplo de aquel mozo del Este americano que aprovechando la fortuna familiar tuvo sus ratos de bravucón en Harvard o en la Escuela de Derecho de la Universidad de Virginia. Sin embargo una vez aplacada la adolescencia, innegablemente el apellido le pesó en la conciencia y se arropó de las barras y las estrellas defendiendo políticamente las causas liberales (de izquierda diríamos en América del Sur) en pro de los derechos civiles de sus compatriotas. Fue un tremendo político que desde su silla en el Senado utilizó su escaño como vehículo de las iniciativas sensatas y progresistas (sean demócratas o republicanas, no importaban), gracias a su capacidad de “cruzar el pasillo” sin que signifique descamisarse de los colores demócratas.

Mala percepción de la autoridad y de donde proviene

Únicamente la obediencia tiene derecho al mando – Ralph Waldo Emerson –

El otro día conversando con un amigo evangélico me dijo que había que hacerle caso a toda persona que ostente autoridad porque la Biblia dice que “toda autoridad viene de Dios”.

Procedo a explicar un poquito el tema para evitar confusiones. Si bien es cierto Pablo dice “Todos deben someterse a las autoridades constituidas, porque no hay autoridad que no provenga de Dios y las que existen han sido establecidas por él.” (Romanos 13, 1-2). Primero que nada hay que entender que Pablo no se refiere a la autoridad como persona que la detenta, sino al ejercicio de la autoridad. Segundo debemos tener claro que la autoridad del hombre es delegada por Dios. Tercero que por sobre el ejercicio de la autoridad está la libertad del hombre que es lo que a lo largo de la historia de la salvación comenzando por Adán, Dios nos ha demostrado. Incluso en Lucas 9:23 pide Jesús que la persona que ejerce la autoridad debe negarse a si mismo y Seguirlo (hacer lo que Él manda) y en Juan 5:19,30 nos dice que la autoridad no debe despegarse del mandato de Dios. Quien detenta el poder lo recibe de Dios, fuente primera de toda autoridad. Y finalmente recordemos aquí las palabras de Jesús a Pilatos: “No tendrías contra mi ningún poder sino se te hubiera dado desde arriba”(Jn. 19, 11).

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